En este momento de amenaza existencial, con una guerra abierta en el continente y Estados Unidos desmontando el orden internacional surgido en 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial, José Manuel Albares mantiene una gran confianza en Europa. El ministro de Asuntos Exteriores dejó claro ayer, en una nueva sesión de Foros de Vanguardia, que Europa tiene todo lo que necesita para salir adelante salvo, tal vez, la convicción de que puede hacerlo. “A Europa –dijo– le falta ser consciente de lo fuerte que es. La voluntad de ser supone la mitad de ser y esta mitad es la que hay que conquistar en Europa”.
Mientras los jefes de Estado y de gobierno, reunidos en Bruselas en un Consejo Europeo extraordinario para abordar el reto de sostener a Ucrania, Albares quiso reiterar la solidaridad con un país que no solo lucha por defender su territorio y su libertad, sino que también lucha “por la seguridad de todos los europeos”.
“Si los ucranianos siguen resistiendo –aseguró el ministro-, nosotros seguiremos a su lado”.
El Consejo aprobó en Bruselas el plan de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, para rearmar Europa. Aunque la UE se creó para fomentar la paz, Albares cree que no hay otra alternativa dada la amenaza que supone Rusia para el proyecto comunitario.
Sin embargo, este rearme, como señaló el ministro, “no es agresivo, sino disuasorio”. El gran mérito de la OTAN –dijo–es haber mantenido la seguridad en Europa gracias a su poder disuasorio. “Esta magia”, como la definió Albares, ha permitido que países neutrales como Suecia y Finlandia hayan entendido que su futuro está dentro de la Alianza.
Ucrania
“Si los ucranianos siguen resistiendo, nosotros seguiremos a su lado”
El programa ultranacionalista de Trump amenaza a la organización y por eso Albares opina que Europa no tiene más remedio que asumir su propia defensa. El programa de rearme es caro y difícil. Está valorado en unos 800.000 millones de euros. Albares considera que el plan de Von der Leyen, es una propuesta de “primeros auxilios” y que no podrá financiarse solo con los presupuestos nacionales de los 27. Será necesario, por lo tanto, contar con fondos de la propia UE.
El Consejo abordó ayer el problema que plantea esta factura y ahora los ministros de Finanzas y Defensa deberán discutir cómo se reparte el coste.
Plan von der Leyen
"El rearme de Europa no es agresivo, sino disuasorio
España es uno de los países de la OTAN que menos recursos destina a la defensa en proporción a su PIB. Albares indicó, sin embargo, que es el octavo contribuyente a la Alianza en términos absolutos y mantuvo el compromiso de elevar el gasto al 2% del PIB. El objetivo es alcanzar esta cota en el 2029, pero el ministro no descartó que pudiera ser antes.
Ramon Rovira, director de presidencia del grupo Godó, Victòria Alsina, profesora de la Universidad de Nueva York, Josep Martí Blanch, analista de La Vanguardia , y Ramon Aymeric, redactor jefe de la sección de internacional de L a Vanguardia, acompañaron al ministro. Sus preguntas y sus preocupaciones sobre la capacidad de Europa para emanciparse del paraguas estadounidense no quebraron el optimismo del ministro, que puso varios ejemplos del éxito europeo. El más destacado sería el de Airbus, una empresa europea y multinacional que ha desplazado a la norteamericana Boeing en el liderazgo de la aviación comercial y que cuenta con una importante división militar.
El problema para reamar a los ejércitos europeos, según explicó Albares, no reside tanto en una falta de capacidad industrial –déficit que puede revertirse con inversiones–, sino de voluntad política, es decir, con el creer en sus propias fuerzas.
España, según el ministro, es uno de los países que más confianza tiene en Europa y “ahora se sienta en las mesas más restringidas en las que se decide el futuro de Europa”.
Gran interés del mundo empresarial y del cuerpo diplomático
El auditorio MGS de Barcelona se quedó pequeño ayer tarde para escuchar la opinión de José Manuel Albares sobre el escenario abierto tras la llegada al poder de Donald Trump. Javier Godó, conde de Godó y editor de La Vanguardia, fue el anfitrión de un acto en el que estuvo acompañado por Carlos Godó, consejero delegado del grupo Godó, y Ana Godó, consejera de La Vanguardia. Había una nutrida representación diplomática de China, Ucrania, México, Chile, Países Bajos, Hungría, Israel, Marruecos, Perú y Paraguay. En nombre del Govern, asistió el conseller de Acción Exterior, Jaume Duch. También el delegado del Gobierno en Catalunya, Carles Prieto. Del mundo económico, Ángel Simon (Criteria Caixa), Carles Tusquest Trias de Bes (Mediolanum), Jordi Ignacio Ferrero (Idilia Foods), Antoni Llardén (Enagás), Arturo Mas-Sardá (Port Aventura), Felipe Campos (Agbar), Álvaro Echevarría y Marc Calero (Banc Sabadell), Enric Brazis (Endesa), José Manuel Casas (Telefónica) o Manel Brufau (Indra), Luis Conde (Seeliger y Conde) o Tatxo Benet (Mediapro). La sociedad civil estuvo representada, por ejemplo, por Enrique Lacalle, (Círculo Ecuestre), Jaume Guardiola (Cercle d’Economia), Francisco Gaudier (Círculo del Liceo), Miquel Roca (Roca Junyent), Josep Mateu (RACC) o Jaime Malet (Cámara de Comercio de EE.UU.). También asistieron Miguel Trias Sagnier, Ciril Rozman, Manuel Garí, Josep Antoni Duran Lleida y Francesc Homs, entre otros.