Europa contiene el aliento a la espera de que, ahora que ya ha asumido la presidencia de EE.UU., Donald Trump materialice o no sus amenazas de imponer nuevos aranceles a productos de la UE, se decida por retirar el apoyo a la causa ucraniana o incluso ejecute su órdago en Groenlandia. Los líderes comunitarios, desde la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, al del Consejo Europeo, António Costa, o la jefa de la diplomacia, Kaja Kallas, felicitaron a Trump y aseguraron que Bruselas Espera seguir trabajando de la mano de EE.UU. en los grandes retos globales.
El comisario europeo de Economía, Valdis Dombrovskis, fue más lejos al advertir a Trump que Europa está lista para defender sus intereses económicos “de manera proporcionada” ante cualquier movimiento, tal y como ya hicieron durante su primer mandato. El letón resaltó la relevancia de las relaciones transatlánticas. “Abordamos las relaciones con EE.UU. con espíritu conciliador, pero también tenemos que ver qué ideas e iniciativas concretas desvela la administración de Trump”, indicó.
En una entrevista en France Inter, el vicepresidente de Estrategia industrial, Stéphane Sejourné, lanzó proponer a Trump que Europa invierta más en su defensa a cambio de evitar una guerra comercial entre socios históricos. Más prudente fue la vicepresidenta de Transición Limpia, Justa y Competitiva, Teresa Ribera, quien cree que la UE debe “mantenerse con la cabeza fría y defendiendo la aplicación de las reglas” ante ataques como el de Groenlandia. “No parece muy oportuno pensar que la mejor respuesta que se pueda dar a una provocación sea escalar las provocaciones”, dijo a los medios en Bruselas.