Antes de cualquier pronunciamiento oficial de la Casa Blanca, Donald Trump ha anunciado en Truth Social el acuerdo de alto el fuego en Gaza alcanzado entre Israel y Hamas: “Tenemos un trato para los rehenes en Oriente Medio. Serán liberados en breve. ¡Gracias!” En otra publicación, ha dicho que este resultado “tan solo ha sido posible gracias a nuestra histórica victoria de noviembre, que envió una señal al mundo de que mi administración buscará la paz y negociará acuerdos para asegurar la seguridad de todos los estadounidenses y nuestros aliados”.
Una hora después, el presidente saliente, Joe Biden, ha sacado pecho del pacto en una comparecencia desde la Casa Blanca junto a la vicepresidenta Kamala Harris y el secretario de Estado Antony Blinken. “Este es el acuerdo de alto el fuego que planteé la pasada primavera”, ha asegurado, en referencia al plan de tres fases que anunció en mayo, muy similar al de este acuerdo. El hecho de que se haya dado a tan solo cinco días del traspaso del poder, y que entre en vigor el domingo, un día antes de la jura, parece indicar que la elección de Trump ha sido un catalizador para el avance de las negociaciones.
Joe Biden, presidente de EE.UU.
“El acuerdo se negoció bajo mi administración, pero sus términos se implementarán durante la siguiente”
El fin de las hostilidades “se negoció bajo mi administración, pero sus términos se implementarán durante la siguiente”, ha insistido Biden, reconociendo que ha implicado al equipo de transición de Trump en la fase final de las negociaciones: “Hemos estado hablando como un solo equipo. Mientras me preparo para mi marcha, nuestros amigos son más fuertes, nuestros enemigos más débiles y hay una oportunidad para un futuro mejor en el Líbano, en Siria y para los palestinos”.
Por su parte, Trump ha atribuido el mérito a quien será su enviado especial en Oriente Medio, Steve Witkoff, y ha prometido “expandir los históricos acuerdos de Abraham” durante su mandato. Witkoff ha estado trabajando de la mano con la administración saliente en este asunto, especialmente con el asesor de Biden, Brett McGurk, a quien se unió en las negociaciones de paz en Doha. Mientras Biden llamaba a los líderes de Qatar y Egipto para intensificar la estrategia para un alto el fuego, Witkoff viajó este sábado a Tel Aviv –a pesar del Sabbath– y se reunió con el primer ministro israelí Beniamin Netanyahu con el mismo objetivo.
El alto el fuego pone fin a meses de negociaciones frustradas entre Hamas e Israel, con la mediación de Egipto y Qatar y la supervisión de Estados Unidos. Supone un éxito para la Administración Biden, que se había propuesto como una de sus mayores prioridades lograr un acuerdo antes de abandonar el poder. En noviembre, tras la paz alcanzada entre Israel y Hizbulah, dijo que el siguiente objetivo era lograr un futuro en el que “israelíes y palestinos puedan disfrutar de la misma seguridad, prosperidad y dignidad”.
Sin embargo, llega después de 15 meses de guerra brutal en Gaza, librada con las armas y el apoyo moral de EE.UU., en la que han muerto unos 1.200 israelíes y 46.000 palestinos, y se han tomado otros cientos de rehenes. Este resultado ha llevado al descontento y las protestas tanto proisraelíes como propalestinas en EE.UU. durante el último año de mandato de Biden, lo que mermó todavía más sus posibilidades de reelección y dañó la candidatura perdedora de Harris.
Donald Trump, presidente electo de EE.UU.
“Hemos logrado tanto sin siquiera estar en la Casa Blanca. Imaginaos todas las cosas maravillosas que ocurrirán cuando regrese”
En un comunicado, Biden ha asegurado que el acuerdo es resultado “no sólo de la extrema presión a la que se ha visto sometido Hamás y del cambio en la ecuación regional tras el alto el fuego en Líbano y el debilitamiento de Irán, sino también de la tenaz y meticulosa diplomacia estadounidense. Mi diplomacia nunca cejó en sus esfuerzos por conseguirlo”. Esta noche, el presidente se dirigirá a la nación desde el despacho oval para hacer balance de su mandato y enviar un mensaje de despedida, en el que pondrá en valor el alto el fuego en Gaza como parte de su legado.
Pero el momento del acuerdo, en su rampa de salida de la Casa Blanca, permite a Trump capitalizar el alto el fuego temporal (de seis semanas) y venderlo como una reacción a su amenaza de “desatar un infierno” en Oriente Medio si los rehenes no eran liberados antes de su jura. “Hemos logrado tanto sin siquiera estar en la Casa Blanca. Imaginaos todas las cosas maravillosas que ocurrirán cuando regrese”, ha celebrado el presidente electo, que tomará posesión el próximo lunes.