Las amenazas del presidente electo de EE.UU. de anexionarse Groenlandia, un territorio autónomo de Dinamarca, son claras, pero la Unión Europea de momento prefiere no entrar en esta batalla. La Comisión Europea se ha limitado a recordar que la soberanía de los Estados debe ser respetada y a reiterar que está dispuesta a trabajar con la futura administración estadounidense en los muchos asuntos de “interés común” entre Bruselas y Washington.
Así ha respondido una portavoz comunitaria, preguntada por las fuertes declaraciones de Trump, quien ayer, en una rueda de prensa en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, no descartó recurrir a acciones militares y a la presión económica para lograr tanto la anexión de la isla más grande del mundo, muy rica en recursos naturales y petróleo, como el control efectivo del canal de Panamá. “Los necesitamos por razones de seguridad económica. No me voy a comprometer a eso. Podría ocurrir que tengamos que hacer algo”, aseguró el magnate.
Sin sustituto
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, sigue de baja por neumonía
Ante esto, la Comisión Europea solamente ha apuntado que sus principios se basan en la diplomacia y en el respeto de la soberanía de los Estados, sin querer entrar en una guerra abierta con el futuro inquilino de la Casa Blanca. De momento, ha insistido Paula Pinho, la portavoz comunitaria, que todo se trata de hipótesis y que no tienen por qué cumplirse. “Ha habido muchas amenazas que no se han materializado y no vemos la necesidad de ir más allá”, ha subrayado.
Más contundente ha sido el ministro de Exteriores francés, Jean-Noel Barrot, quien ha declarado esta mañana que no permitirá que otros países ataquen la soberanía de sus fronteras. “Es evidente que la Unión Europea no permitiría que otras naciones del mundo atacaran sus fronteras soberanas, sean quienes sean”, declaró Barrot en una entrevista en la radio France Inter. “Somos un continente fuerte”, aseguró, preguntado por las pretensiones expansionistas del magnate, que no solo ha apuntado a Groenlandia, sino también a Panamá y a Canadá.
Sin embargo, Pinho sí ha puntualizado que Groenlandia, como territorio autónomo de Dinamarca, sí estaría afectado por el Artículo 42 del Tratado de la UE, que prevé que si un Estado miembro es objeto de una agresión armada en su territorio, los demás Estados miembros “le deberán ayuda y asistencia con todos los medios a su alcance”. Todo sucede a dos semanas de la llegada de Trump y cuando la UE se encuentra con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de baja por una neumonía sin que haya designado a un sustituto.
Trump pronunció sus amenazas al mismo tiempo que su hijo, Donald Trump Jr., aterrizaba al territorio autónomo danés. Mientras, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, insiste en que Groenlandia ni está “en venta”, “ni lo estará en el futuro”. Se trata de la isla más grande del mundo, con 57.000 habitantes, una base militar estadounidense y una gran cantidad de recursos naturales, gas natural y petróleo.