Josep Borrell dibuja un panorama pesimista del futuro de la seguridad europea. Liberado del corsé del cargo, quien hasta hace doce días era alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad fue más realista que nunca y, aunque dejó margen para la esperanza, no paró de insistir en la urgencia de la integración militar europea durante la hora que duró el diálogo que mantuvo ayer en el Palau Macaya de Barcelona con el presidente de la Societat Econòmica Barcelonesa d’Amics del País, Miquel Roca i Junyent, y con el corresponsal diplomático de La Vanguardia , Xavier Mas de Xaxàs, en un nuevo encuentro de Barcelona Tribuna.
“No podemos decir que el mundo es hoy mejor que hace cinco años”, lanzó Borrell nada más empezar una charla que estuvo monopolizada por la amenaza que representa Vladímir Putin para la estabilidad europea, así como por la debilidad y división que padece la UE, que no le permite afrontar con firmeza ni el conflicto de Oriente Medio, ni el expansionismo comercial chino ni la próxima llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. “La esperanza ha ido desapareciendo y acabó de morir cuando Rusia invadió Ucrania”. En cuanto a Oriente Medio, afirmó que la paz está “mucho más lejos hoy que hace treinta años con los acuerdos de Oslo”.
“De aquí a enero pasarán cosas muy importantes”, alertó Borrell, en referencia a la asunción del cargo del líder republicano el 20 de enero. “Los europeos no podemos depender cada cuatro años del humor del electorado americano”, agregó, recordando una y otra vez que, en sus cinco años de mandato, se ha desgañitado tratando de convencer a los socios europeos de la necesidad de ejercer la unidad de acción exterior de los Veintisiete, incluyendo una fuerza militar conjunta.
Guerra en Europa
La esperanza ha ido desapareciendo y acabó de morir cuando Rusia invadió Ucrania”
Sin usar este término, Borrell cuestionó el cierto buenismo del que peca la UE y puso varios ejemplos, como la reticencia a usar la palabra “fuerza” en el ya aprobado órgano militar denominado Capacidad de Respuesta Rápida, que el año que viene debería contar con 5.000 efectivos aportados por los ejércitos comunitarios. “Si los americanos tienen voz en el mundo, es porque tienen seis flotas que van dando vueltas por el mundo”, aseguró.
Otro ejemplo, que evidencia la inopia de algunos estados miembros, es que –según explicó– en el último Consejo Europeo de Exteriores presidido por él, el 18 de noviembre, un grupo de países le instó a normalizar las relaciones con el régimen sirio al frente del cual aún estaba Bashar el Asad, alegando que el dictador se había vuelto a hacer con el control del territorio.
“Los europeos se han despertado, pero se han vuelto a dormir”, afirmó Borrell, hablando de la guerra de Ucrania y rememorando que su célula de crisis le despertó durante la madrugada en que Rusia inició su invasión del territorio ucraniano el 24 de febrero del 2022. “Están bombardeando Kyiv”, le dijeron al sacarle de la cama.
La influencia de Putin
“En Catalunya también hemos tenido un buen ejemplo de lo que es la injerencia rusa”
Borrell reiteró que los estados miembros, tras renunciar a la moneda propia y a la frontera, aún tienen que renunciar a ejercer el “monopolio de la fuerza”, aunque reconoció que “no podemos esperar una integración militar si no hay una integración política”.
El ex alto representante puso en evidencia cómo los mercenarios rusos del Grupo Wagner se han implantado en los estados del Sahel tras la marcha de los soldados de países europeos que llevaban años desplegados en la región.
También cuestionó el papel de la UE en la guerra de Gaza, principal caballo de batalla de Borrell durante su último año de mandato. “En Oriente Medio solo usamos la persuasión”, dijo, en otra referencia velada a la necesidad de usar también la fuerza.
Donald Trump
“Los europeos no podemos depender cada cuatro años del humor del electorado americano”
“Continuamos demasiado divididos”, insistió Borrell, que levantó las risas de los asistentes cuando, primero Mas de Xaxàs y luego Roca, le preguntaron por la ausencia de liderazgos en la UE. “Ironías de la historia, de repente parece que Italia sea el país más estable de Europa”, respondió. Borrell dijo no haberle aconsejado “absolutamente nada” a su sucesora, la estonia Kaja Kallas.
También afirmó que Trump “pondrá precio a la paz”, en alusión a la amenaza del presidente electo estadounidense de no defender –ignorando el pacto ante una agresión externa– a aquellos países de la OTAN que no destinen a defensa el 2% de su gasto. Y advirtió que EE.UU. se embarcará con Trump “en una cruzada antichina y antimusulmana”, recordando que el futuro secretario de Defensa, el expresentador de televisión Pete Hegseth, lleva tatuada en el brazo la frase en latín Deus Vult (Dios lo quiere), atribuida al papa Urbano II, en el siglo XI, durante la primera cruzada.
“El gran riesgo que tiene Europa es la tentación de la Europa-fortaleza”, advirtió Borrell, sobre la cuestión migratoria. “Los europeos continúan mirando al Mediterráneo desde el punto de vista de la inmigración”, indicó. “El Mediterráneo sur está muy fragmentado, y el Mediterráneo norte está muy integrado”, añadió.
Integración militar
“Si los americanos tienen voz en el mundo, es porque tienen seis flotas que van dando vueltas”
No todo fue pesimismo. Borrell también ponderó los beneficios que ha traído la Unión para la seguridad de los europeos. “Las nuevas generaciones siempre han vivido en paz”, afirmó, no sin ver en ello el riesgo de la despreocupación de la ciudadanía ante las amenazas externas. Aunque reconoció que, tras haber vivido dos guerras mundiales en el continente, “el solo hecho de que a ningún joven europeo puedan enviarlo a matar a su compañero de Erasmus del año pasado ya es un triunfo”.
En la primera fila del auditoriodel Palau Macaya estuvieron el expresident José Montilla y el conseller de Unió Europea i d’Acció Exterior, Jaume Duch.
Durante el diálogo, solo una frase quedó en el aire. Fue al inicio del acto, cuando Borrell comentó la injerencia rusa en las recientes elecciones de Rumanía. “Aquí en Catalunya también hemos tenido un buen ejemplo de lo que es la injerencia rusa”, soltó Borrell, tras lo cual se hizo un largo silencio en la sala hasta que Roca retomó la palabra y explicó el vacío, con humor. “Para recuperarnos”, dijo Roca.