El Parlamento de Israel aprobó ayer dos leyes draconianas, dirigidas contra la población palestina con ciudadanía israelí o con residencia en Jerusalén Este. La norma que más revuelo ha causado es la que habilita la deportación de familiares de autores de ataques “terroristas” de palestinos contra civiles o fuerzas israelíes.
El texto, aprobado por 61 votos a favor y 41 en contra, permite al Ministerio del Interior deportar a Gaza –o a otras áreas, según el caso– a parientes de un agresor, “si se demuestra que tenía conocimiento previo de la operación y no hizo todos los esfuerzos necesarios para evitarla”. La expulsión se extendería de 7 a 15 años para ciudadanos israelíes (incluidos siempre palestinos con documentación hebrea) y de 10 a 20 para residentes de Jerusalén Este, y los condenados mantendrían su estatus legal en Israel pese al destierro.
La expulsión se extendería de 7 a 15 años para ciudadanos israelíes (incluidos siempre palestinos con documentación hebrea) y de 10 a 20 para residentes de Jerusalén Este
Otra segunda ley dispone que los tribunales israelíes podrán aplicar penas de prisión a menores a partir de los 12 años, si se los halla culpables de asesinato por motivos “terroristas”.
Según la legislación, las condenas de cárcel solo pueden sancionarse desde los 14 años, pero la nueva norma, que estará en vigor cinco años renovables, establece que entre los 12 y los 14 los menores condenados por “terrorismo” serán encerrados en un centro penitenciario y luego serán transferidos a prisión.
La organización defensora de los derechos de los árabes Adalah considera que estas dos leyes marcan “una tendencia legislativa alarmante hacia medidas de castigo enmascaradas como antiterrorismo”, incluyendo otra ley de días atrás que permite el despido de profesores y un recorte de la financiación a escuelas.
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