Los iraníes llevaban 25 días esperando la respuesta israelí al ataque del pasado primero de octubre en el que la República Islámica lanzó al menos 180 misiles para responder, entre otros, el asesinato del líder de Hizbulah Hassan Nasralah. El ataque llegó a partir de las dos de la madrugada de hoy sábado cuando sonaron las primeras explosiones en las afueras de Teherán y empezaron a circular los primeros videos de explosiones, uno de ellos en las cercanías del Mausoleo Imam Jomeini de Teherán.
Las imágenes que empezaron a circular en las redes sociales asemejaban una especie de guerra de las galaxias sobre el cielo de la ciudad que contrastaba con el mensaje que empezaban a mandar los medios cercanos al sistema y la Guardia Revolucionaria que desde un primer momento quisieron restarle importancia al ataque. Enfatizaban en la capacidad de Irán para neutralizarlo y en la tranquilidad que se vivía en la ciudad donde no hay alarmas ni llamados a la población para buscar refugio. “Es una derrota para Israel”, decían los seguidores de sistema en Telegram. A media mañana, no obstante, se ha informado de dos soldados muertos (no pertenecientes a los Guardianes de la Revolución).
Los dos aeropuertos de la ciudad continuaron operando, según aseguraban en los canales de Telegrám. El anuncio de que habían cerrado el cielo del país y se cancelaban los vuelos solo llegó después de las cinco de la madrugada cuando Israel había terminado su ataque, como lo anunciaron después de las fuerzas militares de ese país.
Para entonces el comando de la fuerza de defensa aérea iraní hizo público un comunicado en el que confirmaba el ataque, pero precisaba que los “daños habían sido limitados”. Aseguraba también que seguían haciendo evaluación de lo sucedido sin dar mayores detalles. Irán ha asegurado desde hace semanas que se reserva el derecho a responder, pero en los últimos días el ministro de exteriores Abbas Araqchi había hecho énfasis en que respondería proporcionalmente a a represalia de Israel que hasta ahora se considera “moderada”. El ministro visitó 11 países en las últimas semanas buscando la confirmación de que los países regionales no prestarían el espacio aéreo ni sus bases militares a las fuerzas israelíes. Sin embargo, se sabe que Israel utilizó el espacio de Siria e Iraq donde, al comenzar el ataque, destruyó sistemas de radares con el objetivo de abrir camino a los cazas que realizaron la misión. Algunas versiones desde Israel hablan de 20 objetivos.
Irán minimiza los daños y en medios oficiales se habla de respuesta moderada
Después de especulaciones aparecidas durante la noche, en la que se hablaba de que se escuchaban explosiones en diferentes partes de Irán, incluida la ciudad de Mashad, ubicada al extremo este del país, muy cerca de la frontera con Afganistán, las fuerzas israelíes aseguraron que los objetivos se habían centrado en las provincias de Ilam, Juzestán y Teherán.
Las dos primeras, próximas a Iraq, suelen albergar algunas de las bases principales que la Guardia Revolucionaria ha utilizado para lanzar los misiles y drones con los que ha alcanzado a Israel en los últimos meses. El primero fue el pasado abril cuando Irán respondía al ataque la embajada iraní en Damasco y a la muerte, entre otros, del general Mohamad Reza Zahedi, un alto mando de la Guardia a cargo de las relaciones con Siria y Líbano.El segundo ataque se dio el pasado primero de octubre esta vez con los misiles balísticos que alcanzaron la ciudad de Tel Aviv.
En Teherán los objetivos habrían sido algunos de los centros de la división aeroespacial de la Guardia Revolucionaria, entre otros, que trabajan directamente con el programa de misiles. De allí que la parte final del ataque, la que se sintió con más intensidad, estuviera enfocada al este de la ciudad donde históricamente esta fuerza tiene su centro de operaciones. Allí está la universidad donde educa a sus oficiales, allí están los complejos residenciales donde muchos de ellos habitan y también están varios complejos militares que se han ido desarrollando en las últimas décadas.
El acceso restringido a las zonas de la Guardia Revolucionaria dificulta conocer los daños
Muchas de estas instalaciones son subterráneas como se puede observar por el masivo movimiento de tierra que han realizado en los alrededores en los últimos años. Pero al mismo tiempo son zonas fortificadas y con acceso restringido por lo que será extremadamente difícil conocer realmente el impacto de estos ataques en el programa de misiles, que es considerado una de los pilares del programa de defensa iraní.
En la mañana cuando ya comenzaba el día laboral, el primero de esta semana, los medios iraníes mostraban imágenes de coches transitando con normalidad por las calles con música clásica de fondo. Una ironía pues Teherán no vivía una noche así desde la década de los ochenta cuando Saddam Hussein lanzaba misiles contra la capital durante la guerra que se extendió durante ocho años. ¿Responderá Irán? Ese es el interrogante a responder en las últimas horas.