Hizbulah e Israel abren unas tímidas conversaciones de alto al fuego mientras los ataques aéreos se intensifican en Líbano. Amos Hochstein, el enviado del Gobierno estadounidense para el conflicto, se reunió ayer con funcionarios libaneses en Beirut para tantear el terreno y hacer llegar la propuesta del bando israelí.
El Gobierno de Beniamín Netanyahu ha entregado a sus aliados norteamericanos un documento con sus condiciones para una solución diplomática que ponga fin a la guerra en Líbano, informó el medio estadounidense Axios. En él se solicita que sus fuerzas puedan participar en la “aplicación activa” del acuerdo para asegurar que Hizbulah no se rearme ni reconstruya su infraestructura militar cerca de la frontera, lo que implica presencia permanente de tropas israelíes en territorio libanés. Además, Israel demanda que su fuerza aérea tenga libertad de operación en el espacio aéreo del país.
Hizbulah presentó también su propuesta: acatamiento por ambas partes de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, lo que implica la desmilitarización de la franja desde el sur del río Letani hasta la frontera, donde se encuentran los cascos azules y donde actualmente se producen los choques entre la milicia y la infantería israelí.
Tras el primer día de reuniones, Hochstein dijo que las garantías propuestas por Hizbulah, con base en el acuerdo que cerró el último conflicto en el 2006, y que exige que el sur de Líbano esté libre de tropas o armas que no sean las del Estado libanés, no son “suficientes”. Con este paso, la administración Biden encara su último intento para conseguir estabilidad en la región antes de las elecciones presidenciales de noviembre. Por ello, el secretario de Estado, Antony Blinken, viajará por undécima vez a Oriente Medio desde el 7 de octubre del 2023 a fin de presionar para un alto al fuego que ya no sólo afectaría a Gaza.
Amos Hochstein, el enviado de Washington, rechaza la propuesta de Hizbulah de volver al acuerdo del 2006
El jefe de la diplomacia estadounidense se enfrenta al reto a mediar en los diversos frentes interconectados de Israel, que aún no ha respondido al ataque con misiles de Irán y que este domingo castigó con fuerza la estructura económica de Hizbulah en Líbano. En concreto, los cazas israelíes realizaron más de diez ataques contra sedes financieras de Al Qard al Hasan, entidad perteneciente a Hizbulah, en el sur de Beirut y en otras partes del país como el valle de la Beqa y Nabatiya, con el objetivo de debilitar su sistema económico. Asimismo, se produjeron al menos otros once ataques contra sedes bancarias en Al Barakat, uno de ellos muy cercano al aeropuerto de Beirut, cuyos aviones siguieron despegando pese a la gran nube de humo que emergió de la explosión.
“Residentes de Líbano, nuestras tropas próximamente atacarán infraestructura perteneciente a Al Qard al Hasan, manténganse alejados de ella de inmediato”, escribió en un mensaje en su cuenta de X el portavoz en árabe del ejército israelí, Avichay Adraee, el encargado de anunciar, con minutos de antelación, las bombas israelíes. Estas alertas de evacuación fueron dirigidas ayer contra “sitios utilizados por Hizbulah para financiar su actividad terrorista”, alertó el portavoz del ejército, Daniel Hagari en una conferencia de prensa. “Vamos a atacar el poder económico de Hizbolah”, aseveró, y agregó que “el objetivo es dañar la confianza de los agentes en la organización”.
Guerra desde todos los frentes
Tel Aviv quiere minar la confianza en Hizbulah al atacar su “poder económico”
Un alto funcionario de la inteligencia israelí detalló que Hizbulah tiene diferentes vías de financiación, pero las más importantes son las compañías que ha creado, como Al Qard al Hasan , una especie de banco, desconectado del sistema internacional SWIFT, que paga salarios dentro de su organización y es usado por muchos civiles libaneses, argumentó. Fundada en 1983, es oficialmente una organización benéfica, según la legislación libanesa, que otorga préstamos a partidarios de la organización chií. Según explicaron fuentes de Tel Aviv a Reuters, Irán transfiere dinero todos los meses a la formación libanesa, y también tienen constancia de que diplomáticos afines entran en el país con dinero en sus maletas.
La madrugada del sábado al domingo, el ejército israelí aseguró haber matado a unos 65 milicianos de Hizbulah en combates a corta distancia en el sur de Líbano, donde desde el pasado 1 de octubre lleva a cabo una invasión terrestre. Durante sus operaciones en el sur, las fuerzas armadas aseguraron haber destruido lanzaderas de cohetes que apuntaban hacia Israel y otras infraestructuras “terroristas”.
Israel quiere controlar militarmente el espacio aéreo libanés y tener tropas en el sur del país de forma permanente
Poco antes de las seis de la tarde, la milicia chií reivindicó cuatro nuevos ataques contra posiciones israelíes, entre ellas la localidad de Kabri, situada a unos cinco kilómetros de la Línea Azul, en territorio israelí y frente a la aldea libanesa de Labuné. Al mismo tiempo, lanzaron otra andanada de misiles contra tres bases israelíes del Golán sirio ocupado, la de Kila, la de Kila Sur y la de Yoav, según el comunicado de prensa de la milicia.
En un año de hostilidades entre Israel y Hizbulah, más de 2.400 personas han muerto solo en territorio libanés –la mayoría de ellas en el último mes– y más de 1,2 millones se han visto obligadas a abandonar sus hogares para huir de la violencia, lo que ha provocado una crisis humanitaria en el país mediterráneo.