Horas críticas para Israel y Líbano

Guerra en Oriente Medio

Netanyahu prepara la represalia contra Hizbulah entre llamadas a la contención

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Dañar más que en todos estos casi diez meses de enfrentamientos, pero sin llegar a la terrible guerra total. Es lo que tras las bambalinas hebreas se dice que intentará Israel contra Hizbulah, al que culpa del sangriento ataque en la aldea drusa de Majdal Shams, donde un misil mató a 12 niños y adolescentes que, como cada sábado, jugaban en el campo de fútbol.

Ese bombardeo en los Altos del Golán sirios ocupados y anexionados por Israel –del que el grupo chií libanés niega ser el responsable– es el lanzamiento con mayor número de muertos desde el 8 de octubre, cuando la milicia desencadenó los ataques fronterizos diarios por la invasión de Israel en Gaza. De ahí que el primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, mantuviera anoche una reunión con su gabinete de seguridad para decidir la forma de la represalia, que según datos de medios locales sería un contraataque importante cuyo alcance y repercusión están por verse. Para Israel no hay duda de que la masacre del sábado es autoría de Hizbulah.

El jefe del ejército ha indicado que sus análisis en determinaron que el impacto fue con “un misil Falaq”, uno de los proyectiles de fabricación iraní usados por la milicia chií libanesa, que portaba “una ojiva de 53 kilos. Y añadió que la investigación preliminar señala que la defensa antiaérea no frenó el cohete por la “compleja topografía” del lugar, que hacía poco probable su derribo.

Mientras el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, insiste en que el Hizbulah “pagará un alto precio, incluso con sus ridículas negaciones”, la organización mantiene que no tuvo nada que ver, aunque antes reivindicara varios ataques sobre el Golán. Una versión que fue respaldada por el ministro libanés de Exteriores, Abdulah Bu Habib, quien descartó un bombardeo intencionado del Hizbulah, planteó otros escenarios como la acción “de otras organizaciones, un error israelí o un error del Hizbulah”, y pidió una investigación internacional para esclarecer lo ocurrido.

No obstante, a sabiendas del asegurado contragolpe israelí, Hizbulah se declaró en estado de alerta máxima y evacuó posiciones en sur y este de Líbano y en Siria –al igual que otras milicias proiraníes– según reportes de Reuters y Efe. Además, muchos han interpretado como otro indicio la intención de la aerolínea nacional libanesa MEA de retrasar la llegada de algunos vuelos del domingo a la noche a este lunes por la mañana, si bien su director alegó que se debió a “riesgos con el seguro”.

Y es que, en el delicado equilibrio de enfrentamientos entre Israel y Hizbulah, un ataque directo contra civiles forma parte de ese “error de cálculo” que los analistas a menudo subrayan como uno de los potenciales puntos de partida de que en las próximas horas dependerá la magnitud de la respuesta israelí.

El ministro libanés de Exteriores apunta que el ataque pudo ser de otro grupo y busca todo tipo de mediación

Por ello diferentes voces pidieron prudencia, como el secretario general de la ONU, António Guterres, quien exige a las partes “máxima moderación” y subraya que “los civiles, sobre todo los niños, no deberían seguir soportando la carga de esta violencia horrible que azota a la región”. Mensajes similares fueron pronunciados por la Unión Europea, Francia, y Estados Unidos.

Por su parte, Adbulah Bu Habib, que parece haber emprendido un tour mediático para tratar de enviar mensajes de calma, aseguró a Reuters que solicitó a Estados Unidos su intervención para detener a Israel. Según el canciller libanés, en esta cadenade prevención Washington también llamó a Beirut a contener al Hizbulah.

Irán advierte a Israel de que no lance “nuevas aventuras” en Líbano

Más tarde, en una entrevista con el canal saudí Al Hadath, el diplomático libanés instó a Israel a “pensar cuidadosamente” su respuesta, porque Hizbulah estaría dispuesto a retirarse “más allá del río Litani”, en el sur de Líbano, si Israel detiene sus “violaciones”. Se trata de una histórica demanda israelí que está escrita en la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, sancionada en el 2006 tras la última guerra entre Israel y el Hizbulah e incumplida regularmente por ambas partes.

Irán, patrocinador del Hizbulah, advirtió a Israel de que no lance “nuevas aventuras” en Líbano. “Cualquier acción ignorante del régimen sionista puede conducir al aumento de la inestabilidad, inseguridad y guerra en la región”, sentenció el ministro de Exteriores iraní, Naser Kanani, en su cuenta de la red social X.

En Majdal Shams, sin embargo, lo que ruegan es “calma”. Con dolor, ayer por la mañana miles de sus 11.000 vecinos, arropados por habitantes de otras aldeas de la región, despidieron a 10 de las 12 jóvenes víctimas, en un funeral que alzó sus féretros con fotos y sudarios desde el centro de la aldea hasta el cementerio. En su oración, el líder espiritual de los drusos, , se refirió a la tragedia como “un sábado oscuro para los drusos y los residentes del norte”.

Un sábado cuyas “escenas de horror nunca se borrarán”, y que han acelerado la extenuación de esta población. Porque, por un lado, se sienten agotados por diez meses de violencia fronteriza que no les pertenece y los ha forzado a estar “preocupados cada noche, cada día, cada minuto”, como expresó Laith, un enfermero de 42 años, a Afp.

“Nos abandonaron durante meses, ¿y ahora vienen aquí?”, protestan los drusos a los ministros israelíes

Pero también, como minoría árabe, denuncian ser otros de los olvidados del Ejecutivo israelí. “Nos abandonaron durante meses, ¿y ahora vienen aquí?”, gritó un hombre a los ministros que fueron al cortejo, obviando una carta del presidente del foro de autoridades drusas en la que, según el diario israelí Yediot Ahronoth , les pedía no ir y “no convertir la masacre en un acontecimiento político”. Sobre todo por los familiares, de los que el diario Haaretz informa que algunos se habrían negado a reunirse con Netanyahu.

Y es que, aunque varios vecinos exigen no demorar más esa respuesta contundente en Líbano, la mayoría rechaza ser usado y servir de excusa a Israel para una “guerra total”. Menos aún si se tiene en cuenta que solo un 20% de esta localidad pegada a Siria optó a la nacionalidad israelí y que, en general, los drusos de los Altos del Golán ocupados tienen una relación complicada con el Estado hebreo, a pesar de sus vínculos cotidianos en servicios, acceso a la educación y a la salud, o la obligación de servir en el ejército.

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