Ursula von der Leyen y António Costa avanzan posiciones en sus respectivas carreras para convertirse en las nuevas caras de las instituciones de la Unión Europea a partir de otoño: la democristiana alemana como candidata a presidir cinco años más la Comisión Europa, y el socialista portugués para liderar el Consejo Europeo.
Anoche no hubo acuerdo en la cena informal celebrada por los líderes, nunca fue el objetivo que lo hubiera. Se trataba de analizar la situación y tantear posiciones de cara a llegar a un acuerdo en la cumbre formal de la próxima semana, pero anoche quedó claro que los líderes europeos se inclinan por cerrar un acuerdo rápido y sin excesivos dramas sobre el reparto de los altos cargos que estarán al frente de las instituciones de la UE durante el nuevo ciclo político. “Es importante que tomemos decisiones rápidamente. Vivimos tiempos muy complicados y es importante saber qué futuro depara a Europa”, reclamó el canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, a su llegada a la cena informal de líderes, en la que confirmó su apoyo a que Von der Leyen, miembro del partido rival CDU, sea designada candidata a la Comisión a la vista de que el Partido Popular Europeo (PPE) fue el más votado en las elecciones del 9 de junio. “Los ciudadanos europeos no entenderían que los políticos nos pasemos semanas hablando en Bruselas sobre quién va a hacer qué cuando hay problemas tan urgentes”, abundó en el mismo sentido el primer ministro irlandés, Simon Harris.
¿Lo conseguirán? ,El complejo panorama político que dejan las elecciones europeas del 9 de junio, sumado al explosivo contexto internacional, ha reducido enormemente el margen para las posibles maniobras sorpresa gestadas en París, y los dirigentes de los Veintisiete se inclinan por aceptar los nombres propuestos por las dos grandes familias políticas europeas, aunque quieren conocer mejor su programa de la alemana antes de comprometer su apoyo. El pacto se completaría con la primera ministra estonia, la liberal Kaja Kallas, como alta representante para Asuntos Exteriores -aunque este nombre está más en el aire que los anteriores, los socialistas preferirían a alguien con una experiencia diplomática más amplia- mientras la popular maltesa Roberta Metsola, tal y como se esperaba, repetiría otro mandato como presidenta de la Eurocámara, con vistas a dejar paso a los socialistas en la segunda parte de la legislatura.
“Los ciudadanos no entenderían que nos pasáramos semanas hablando de esto”, avisa el premier irlandés
El elenco de nombres consensuados hasta la fecha cumple con los equilibrios ideológicos, geográficos y de género que se espera de este pacto, pero falta por despejarse la incógnita Meloni, dicen fuentes diplomáticas. Es la única líder de la UE que no salió debilitada del 9J y no estaba claro si la primera ministra de Italia se desmarcaría del consenso para exigir que su grupo político, Conservadores y Reformistas Europeos, donde militan Vox y otros partidos de ultraderecha, sea también tenido en cuenta. Quien sí lo pidió, en un tuit incendiario publicado al final del día, fue el premier húngaro, Viktor Orbán, que acusó a sus colegas de “ignorar” la voluntad del pueblo y el avance de las fuerzas de la derecha más conservadora en las elecciones europeas al no contar con ellas para repartir los altos cargos.
Su respaldo al acuerdo no es imprescindible, se puede designar al candidato a la Comisión por mayoría cualificada. Pero no hay que perder de vista dos clásicos adagios anglosajones. El primero, que el diablo está en los detalles, que es lo que deberá negociarse de aquí al 27 de junio, por ejemplo el reparto de las vicepresidencias ejecutivas dentro de la futura Comisión, una suerte de contrapeso interno que permite reequilibrar el reparto al más alto nivel. Y el segundo, que nada está acordado hasta que todo esté acordado, como anoche recordaban fuentes diplomáticas después de que en la primera reunión entre los negociadores del Partido Socialista Europeo, Pedro Sánchez y Olaf Scholz, con sus homólogos del PPE, Kiriakos Mitsotakis y Donald Tusk, estos elevaran por sorpresa su precio al condicionar su respaldo a Costa a que solo ocupe el puesto de presidente del Consejo un mandato, es decir, dos años y medio. El portugués fue “un buen colega” y “un primer ministro eficaz”, pero debería aclararse su “contexto jurídico”, deslizó de paso Tusk en la cumbre del PPE.
El PPE quiere más poder: acepta a Costa en el Consejo, pero para un mandato; el próximo, dicen, les toca a ellos
De acuerdo con los tratados, el cargo puede renovarse una vez, y hasta ahora, todos los presidentes del Consejo Europeo, desde Herman van Rompuy a Donald Tusk y Charles Michel, han sido prorrogados. Y, además, nunca se ha prejuzgado de antemano que la persona elegida no tendría opción de repetir. Pero la negociación no ha hecho más que empezar, y los buenos resultados obtenidos por los populares en las elecciones al Parlamento Europeo (donde tendrán al menos 190 escaños, 44 más que los socialistas) les han llevado a reivindicar una parte más gruesa del pastel institucional que ahora se reparte alegando que están infrarrepresentado ya que los socialistas, alegan, acaban de hacerse con la presidencia del Banco Europeo de Inversiones, que ostenta Nadia Calviño, y los liberales acarician la OTAN con la candidatura de Mark Rutte.
“Todo el mundo está subiendo el precio de la negociación”, comentaban fuentes de la delegación española. Los socialistas europeos replican que no importa cuántos escaños tenga cada grupo, porque Von der Leyen necesitará el apoyo de, al menos, estos tres grupos políticos para ser elegida y el acuerdo se ve como un paquete. Porque, a diferencia de la presidencia del Consejo, que la aprueban los propios líderes de los Veintisiete, Von der Leyen deberá someterse a un voto secreto en el Parlamento Europeo. El buen resultado del PPE, sumado a que ECR de momento no ha crecido mucho en escaños y a que los Verdes están dispuestos a respaldarla, hace que en realidad la alemana no necesite los votos de los eurodiputados de Meloni, elevada por la prensa anglosajona a hacedora de reyes durante semanas. “La mayoría clásica debería ser suficiente”, dijo ayer Tusk, que durante toda la campaña calló ante los coqueteos del PPE con la ultraderecha.
La petición del PPE de limitar de antemano a un solo mandato el liderazgo de Costa en el Consejo Europeo fue rechazada por los socialistas. Las negociaciones van a seguir, a todos los niveles, hasta la cumbre de los días 27 y 28 de junio. Las capitales europeas quieren conocer mejor los planes de Von der Leyen para los próximos cinco años, con vistas a influir y a obtener contrapartidas por su respaldo. El socialista Costa, por cierto, cuenta con el respaldo de su Gobierno, de signo conservador, para hacerse con el cargo. A pesar del ruido, fuentes próximas a la negociación sostienen que se ha avanzado sigue habiendo un amplio consenso respecto a la continuidad de la presidenta de la Comisión Europea y el nombramiento del portugués como relevo de Charles Michel en el Consejo Europeo. Pero quedan diez días hasta la cumbre y “no tendría sentido no usar ese plazo”, apuntan fuentes diplomáticas. Y esto, en realidad, vale para todos.
La Eurocámara quiere avanzar “sin demora”
El Parlamento Europeo está listo para sentarse a negociar con los Veintisiete el proceso para renovar los altos cargos comunitarios, transmitió ayer su actual presidenta, Roberta Metsola, que invitó al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, a reunirse con los líderes de los grupos políticos de la cámara este jueves y la próxima semana para abordar los próximos pasos. Entre las decisiones que podrían negociarse, figura fijar para el mes de julio el voto sobre el candidato o candidata a presidir la Comisión Europea. “Los grupos estarán listos para reunirse con esta persona el 2 de julio y determinar si puede reunir una mayoría de votos en la cámara. “Estamos preparados para avanzar sin demora en el proceso”, dijo Metsola a los líderes europeos, con quienes se sentó a analizar el resultado de las elecciones del pasado 9 de junio. “Una mayoría de ciudadanos reclama que la defensa de nuestros valores y de nuestra seguridad siga siendo nuestra máxima prioridad”, resumió Metsola, miembro del Partido Popular Europeo, que apostó por reducir la burocracia ligada al Pacto Verde para que sea “un motor del crecimiento”.