Jordan Bardella, una extrema derecha francesa normalizada
Lepenismo 3.0
De 28 años, el candidato de Reagrupamiento Nacional se dispone a ganar las europeas
El Reagrupamiento Nacional (RN, ex Frente Nacional) está cada vez más cerca de conquistar el poder en Francia. El partido fundado por Jean-Marie Le Pen hace más de medio siglo ha sabido transformarse, dulcificar su imagen, eliminar estridencias y presentarse como una opción a la que ya no da miedo votar. Marine Le Pen contribuyó mucho al cambio. La actual fase tiene un protagonista: Jordan Bardella, 28 años, favorito para ganar con gran rotundidad las próximas elecciones europeas.
Bardella es la versión 3.0 del lepenismo, con la ventaja de no llevar el apellido del clan. Representa a una extrema derecha normalizada dentro del sistema, educada y con corbata. Presidente del RN desde septiembre del 2021 por decisión de Marine Le Pen, el joven político acepta todavía la tutela de su madrina y, si los planes salen como ambos desearían, ella se instalaría en el Elíseo después de la victoria en el 2027, y él, en el palacio de Matignon como primer ministro.
Criado por su madre divorciada en un suburbio popular de la periferia norte de París, Bardella tiene un 75% de sangre italiana (tres de sus abuelos nacieron en el país transalpino) e incluso un bisabuelo originario de la Cabilia argelina. Su nombre de pila, fruto de la influencia de las películas y series estadounidenses entre las clases medias-bajas, no es infrecuente entre los hombres de su edad y extracción social. Abundan los Jordan, Kevin, Steve, Liam y otros nombres ingleses. No pocos de ellos son hoy votantes del RN. Una paradoja para un partido que presume de patriotismo y de defensa acérrima de la identidad francesa.
Si se confirman los sondeos, su ventaja resultará humillante para el Elíseo
Bardella atesora una fama de político inoxidable, muy telegénico, con respuestas para todo y que difícilmente pierde los estribos. Sus cualidades fueron puestas a prueba, anteayer, en el debate televisado del canal público France 2 que le enfrentó al primer ministro, Gabriel Attal, de 35 años, otro joven prodigio. El duelo tuvo morbo al oponerse dos exponentes de la nueva generación. Su indumentaria era idéntica: traje, camisa blanca y corbata oscura. El chico de extrema derecha salido de los suburbios contra el vástago de una clásica familia –en parte judía– de la burguesía intelectual parisina, que fue militante socialista antes de abrazar el proyecto centrista y liberal de Macron.
Bardella ya venció en las europeas del 2019, por la mínima. Ahora, si se confirman los sondeos, su ventaja resultará humillante para el Elíseo. Fue sintomático que el debate no fuera entre él y la cabeza de lista macronista, Valérie Hayer. Ese hecho realzó al candidato del RN y eclipsó a los aspirantes de los demás partidos, furiosos con France 2 por relegarlos.
Poco importa que Bardella, ante el hábil y muy preparado Attal, evidenciara contradicciones en sus propuestas de proteccionismo comercial, de política migratoria o sobre la relación con la Rusia de Putin. Quizás perdió por puntos, pero no por K.O. Resistió y también asestó algunos golpes a Attal sobre la energía nuclear o el coche eléctrico. Lo importante para Bardella era defender su liderato. Su lepenismo 3.0 aún presenta fisuras, aunque se está consolidando y, salvo sorpresas, dará un nuevo salto adelante el 9 de junio.