En Japón la primavera llega por todo lo alto. Millones de cerezos distribuidos por todo el país florecen entre finales de marzo y primeros de abril, dando lugar al conocidísimo “Sakura”, el momento en que se dibujan fascinantes estampas con las flores de este árbol como protagonistas. Los parques de las grandes ciudades adquieren un tono rasado y blanco debido a los pétalos de estos árboles.
Este año, la Agencia Estatal de Meteorología ya anunciaba que la floración se adelantaría un poco más, tal y como viene sucediendo durante los últimos años. Creen que las altas temperaturas que se registran en las grandes ciudades y determinadas áreas del territorio serían motivo suficiente para que la explosión de las flores surja antes de lo previsto.
En esta época, es muy habitual que los japoneses aprovechen cualquier momento en el exterior para fotografiarse con este fenómeno natural que no solo atrae el interés de los lugareños, sino que también es un reclamo de admiración internacional. Algunos turistas incluso adaptan sus vacaciones para que coincida con esta época de floración.