El cartel olímpico de París 2024 crea discordia

Francia

La supresión de la cruz en la cúpula de los Inválidos y la invisibilidad de la bandera enfurecen a
la derecha ultra e identitaria

Espectacular y polémico.Tony Estanguet , presidente del comité organizador de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, ante el cartel el  4 de marzo

Espectacular y polémico.Tony Estanguet , presidente del comité organizador de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, ante el cartel el 4 de marzo

Thierry Chesnot / Getty

A los Juegos Olímpicos de París 2024 no les faltaban controversias y ahora se les ha sumado una más. El causante es un artístico cartel en apariencia inofensivo. Por si no fuera suficiente con la pesadilla de las medidas de seguridad, sobre todo en la ceremonia inaugural a lo largo del Sena, por la amenaza de huelgas o por el temor a que la prueba de natación en el río deba anularse por culpa del agua contaminada, ha estallado una ácida polémica política en torno al cartel oficial presentado el lunes pasado en el museo d’Orsay.

La proximidad de las elecciones europeas del 9 de junio excita las sensibilidades de quienes buscan sacar provecho en las urnas. La derecha y la extrema derecha, cada vez más próximas en ideología y estrategia, se han escandalizado por un póster en el que se ha eliminado la cruz que corona la cúpula de los Inválidos y, además, no visibiliza la bandera tricolor nacional. Los líderes de la corriente conservadora más nacionalista e identitaria deploran un intento deliberado de borrar señas propias de Francia, un ejemplo más del radicalismo de la cultura woke que promueve la izquierda.

El artista, Ugo Gattoni, niega cualquier intencionalidad y defiende su evocación surrealista y festiva

El objeto de la discordia es un dibujo de Ugo Gattoni (París, 1988) escogido por el comité organizador. El artista, muy cotizado en el sector publicitario, es un especialista en plasmar detalles milimétricos en sus composiciones, que son a la vez surrealistas, fantasmagóricas y oníricas, al tiempo que permiten la lectura en su interior de múltiples microhistorias.

Los pósters de París 2024 le exigieron 2.000 horas de trabajo durante seis meses. “Enseguida imaginé una ciudad estadio, abierta al mundo, un tiempo suspendido en el que se puede pasear a través de microcosmos donde cohabitan felizmente monumentos parisinos y disciplinas deportivas”, declaró el autor.

La obra de Gattoni puede o no gustar, por motivos estéticos, pero no hay duda de que el artista trabajó a conciencia el concepto. El cartel muestra un París en el que se entremezclan, con gran densidad gráfica, decenas de deportes y de emplazamientos emblemáticos, siempre en escenas imaginativas, de caos creativo. Recuerda a la serie de libros ¿Dónde está Wally?, del ilustrador británico Martin Handord. El cromatismo prioriza los azules, rosas, verdes y malvas. La torre Eiffel, por ejemplo, es de un insólito color rosa y está metida dentro del Stade de France, la instalación principal de los Juegos, que en realidad se halla muy distante, en el suburbio norteño de Saint-Denis. Gattoni juega con el metro, que hace pasar por debajo del Arco de Triunfo. La plaza de Trocadero se asoma al frente marítimo de Marsella. En el mar surge una ola gigante, la de Tahití, en la Polinesia, donde se disputarán las pruebas de surf. Un saltador de trampolín se dispone a lanzarse al Sena. En el cielo vuela la Patrulla de Francia, la escuadrilla acrobática que dibuja la bandera en las grandes ocasiones, como el desfile del 14 de julio, día de la Bastilla.

A los guardianes de las esencias les ha disgustado especialmente que Gattoni sustituyera la cruz sobre la cúpula de los Inválidos por una simple flecha. Argumentan que se trata de un templo católico, la catedral de San Luis de los Inválidos. Bajo la cúpula se halla la tumba del emperador Napoleón I. Doble sacrilegio, pues.

El eurodiputado de Los Republicanos (LR, derecha) y cabeza de lista de su partido en junio, François-Xavier Bellamy, fue uno de los más indignados. “Están dispuestos a negar a Francia hasta distorsionar la realidad para anular su historia –denunció–. ¿Cómo entender Los Inválidos borrando la cruz que constituye su sentido profundo? ¿Cómo pretender amar un país cuando se hace todo lo posible para destruir sus raíces?”.

Al coro de voces críticas se unió Jordan Bardella, también eurodiputado y presidente del Reagrupamiento Nacional (RN, extrema derecha), que vuelve a presentarse a un escaño en Estrasburgo. Bardella ve en el cartel la mano del macronismo, empeñado en “un gran borrado de nuestra identidad”. Otra líder de la extrema derecha, Marion Maréchal (sobrina de Marine Le Pen), que se presenta por el partido Reconquista, se preguntó: “¿Cuál es el sentido de celebrar los Juegos en Francia si luego ocultamos quiénes somos?”.

El debate alcanzó a dirigentes extranjeros de la derecha. El vice primer ministro italiano y titular de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, estimó que “no fue una buena idea borrar la cruz de los Inválidos”. “No es una buena idea borrar nuestra historia y nuestra identidad para enviar un mensaje a los otros –estimó el sucesor de Silvio Berlusconi al frente de Forza Italia–. Ningún musulmán, ningún judío habría borrado su historia. Si no nos respetamos a nosotros mismos, los otros nunca respetarán a los europeos. No es laicismo, es estupidez”.

Sorprendido por el temporal desatado, Gattoni negó cualquier intencionalidad y recordó que sus ilustraciones “nunca buscan ser fieles” a los edificios originales, sino que el espectador “los reconozca en un parpadeo y los proyecte en un universo surrealista y festivo”. “Los evoco tal como me parecen en el espíritu, sin segundas intenciones”, agregó. Tampoco los organizadores admitieron ningún condicionante político o voluntad no declarada de complacer a los musulmanes. La ausencia de la cruz no se debería tampoco al artículo 50 de la Carta Olímpica, que prohíbe cualquier propaganda política, religiosa o racial. En cuanto a la no exhibición de la bandera, consideran la crítica fuera de lugar porque tampoco en los Juegos de Londres 2012, Río de Janeiro 2016 o Tokio 2020 se mostró la bandera nacional de los respectivos países.

Lo más probable es que la polémica se extinga con el tiempo. Es seguro, sin embargo, que el debate habrá sido una excelente promoción para la venta del cartel, disponible en varios formatos y a la venta a partir de 20 euros en las siete tiendas oficiales de los Juegos y en el museo d’Orsay. El deporte no puede desprenderse de la política y menos aún del negocio.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...