La presidenta de Hungría, Katalin Novák, dimitió este sábado ante el escándalo desencadenado por el perdón que concedió, en tanto que jefa del Estado, a un hombre condenado como cómplice en un caso de abusos sexuales a menores. Novák, de 46 años, originaria de Fidesz, el partido ultraconservador del primer ministro, Viktor Orbán, anunció en un discurso televisado que deja la presidencia –un cargo eminentemente representativo-, que ocupaba desde marzo del 2022.
Sin embargo, desde ese cargo representativo Novák se había convertido en el rostro visible nacional e internacionalmente de un partido y un primer ministro que se presentan como protectores de los valores familiares, una imagen incompatible con el indulto concedido. Orbán, en consecuencia, ha forzado su dimisión.
“Cometí un error. Pido perdón de aquellos a quienes he herido. Hoy es el último día en que me dirijo a ustedes como presidenta”, dijo Novák en el mensaje transmitido por la televisión pública magiar, tras regresar antes de lo previsto de un viaje oficial a Qatar. “Otorgué un indulto que causó desconcierto e inquietud a muchas personas”, prosiguió en referencia al perdón presidencial que otorgó en abril del 2023 al ex vicedirector de un orfanato público que había encubierto abusos sexuales del director del centro.
El indultado había sido condenado a más de tres años de prisión en el 2018 por complicidad al encubrir al director, quien recibió una sentencia de cárcel de ocho años por haber abusado sexualmente de al menos diez niños entre los años 2004 y 2016. El perdón al encubridor fue otorgado, junto a otras dos docenas de indultos, con motivo de la visita a Hungría del Papa Francisco.
Desde que hace una semana el portal de investigación periodística 444 desveló el controvertido perdón de Novák, los partidos de la oposición exigían su marcha y la indignación en la sociedad húngara se hizo patente, con manifestaciones en Budapest ante el palacio Sándor, sede de la presidencia.
El escándalo arreciaba y amenazaba con socavar a Orbán en un año en que afronta elecciones europeas, por lo que el líder de Fidesz no ha dudado a la hora de sacrificar a Katalin Novák, una de sus mejores bazas. Con ella ha caído también la diputada Judit Varga, que fue ministra de Justicia del 2019 al 2023 y que en calidad de tal dio el visto bueno al indulto. Varga, de 43 años, anunció en un post de Facebook su dimisión como parlamentaria y como cabeza de lista de Fidesz en los comicios europeos.
Desde el cargo representativo de presidenta, Katalin Novák encarnaba los valores familiares y cristianos que defienden el primer ministro Orbán y su partido Fidesz
Katalin Novák, primera mujer en ocupar la presidencia del país, fue también la persona más joven en ese cargo en la historia de Hungría, al ser elegida con 44 años. Antes había sido diputada (2018-2022) y ministra de Familia (2020-2021). Esta abogada y graduada en Relaciones Internacionales, fiel aliada del primer ministro Orbán, comparte con él una visión ultraconservadora y ultranacionalista de Hungría, e hizo una carrera meteórica al saltar del Ministerio de Familia a la jefatura del Estado.
Cristiana calvinista, casada y madre de tres hijos, se ha proclamado siempre defensora de los valores familiares y cristianos, y al estallar esta semana el escándalo del indulto, negó haber actuado de manera incorrecta. “Bajo mi presidencia, no ha habido ni habrá indultos para pedófilos”, dijo el martes en una rueda de prensa.
Cuando, en respuesta a la polémica y a las manifestaciones, Viktor Orbán propuso una enmienda constitucional en la que se prohíban los indultos a condenados por delitos contra niños, muchos en Hungría lo interpretaron como una advertencia indirecta para Katalin Novák y Judit Varga.