A la UE se le agota la paciencia con Hungría y se plantea retirarle el voto o boicotear su economía

Estado de derecho

Orbán mantiene su bloqueo a la ayuda financiera a Ucrania a tres días del Consejo Europeo extraordinario

Un documento interno del Consejo plantea posibles vías de presión económica contra Budapest 

Hungarian Prime Minister Viktor Orban holds an annual international media briefing in Budapest, Hungary, December 21, 2023. REUTERS/Marton Monus

El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, en una comparecencia de prensa en diciembre en Budapest.

MARTON MONUS / Reuters

A la Unión Europea se le ha agotado la paciencia con Viktor Orbán, el primer ministro de Hungría. En un ambiente de tensión y abierto enojo con Budapest, en Bruselas empiezan a manejarse estrategias de presión política y económica nunca vistas para intentar que el líder ultranacionalista magiar deje de bloquear a la reforma del presupuesto comunitario que permitirá dedicar 50.000 millones de euros en ayudas y préstamos a Ucrania, el enésimo pulso en que se embarca contra sus socios europeos.

Las negociaciones no avanzan y --una vez más, sean las sanciones a Rusia o cualquier medida de apoyo a Kyiv-- Orbán sigue enrocado en su veto a una decisión que los otros 26 países del club sí apoyan. Esta vez el hartazgo puede tener consecuencias. Frustrados, varios países ha puesto sobre la mesa la posibilidad de activar el artículo 7 del tratado de la Unión y privar a Hungría de su derecho de voto en el Consejo como consecuencia de sus persistentes violaciones del Estado de derecho mientras, en paralelo, técnicos comunitarios esbozan posibles vías para ejercer presión económica contra el país con el objetivo de que Orbán recapacite.

"Los demás líderes podrían decir que no se imaginan que la UE siga dando fondos a Hungría", sugiere una nota interna

"En caso de que no haya acuerdo [en la cumbre convocada] el 1 de febrero, los demás jefes de Estado y de Gobierno podrían declarar que, a la luz de la conducta obstruccionista del primer ministro de Hungría", no se pueden imaginar "cómo la UE va a seguir dando fondos a Budapest", plantea un documento elaborado por la secretaría general del Consejo, desvelado anoche por el diario Financial Times. Sin la financiación comunitaria, "los mercados financieros y las compañías europeas podrían estar mucho menos interesadas en invertir en Hungría", una situación que "podría elevar aún más los costes de financiación del déficit público y provocar una caída de su divisa", el florín húngaro, estima el documento, que repasa la delicada situación financiera del país.

"No es un plan, es una sugerencia", matizan fuentes diplomáticas europeas, que confirman la autenticidad de la nota elaborada por la secretaría general del Consejo. La reflexión sobre una posible estrategia de boicot económico contra un socio de la UE se produce al tiempo que arrecian los llamamientos  para avanzar en el expediente abierto contra Hungría por sus violaciones del Estado de derecho y apretar el botón nuclear, la posibilidad de retirarle el derecho de voto. Tal decisión debe ser aprobada por  unanimidad por los otros 26 países y mientras en Polonia estuvo en el poder el partido ultraconservador del PiS se daba por seguro que la bloquearía. Ahora en Varsovia gobierna Donald Tusk (Partido Popular Europeo) y, aunque Orbán tiene en Eslovaquia un nuevo aliado, Robert Fico, las cosas están cambiando. 

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"Hungría no cede a los chantajes", escribió anoche en las redes sociales su ministro para Asuntos Europeos, János Bóka. "El documento redactado por los burócratas de Bruselas solo confirma lo que el Gobierno húngaro lleva diciendo mucho tiempo, que el acceso a los fondos europeos se usa con fines de chantaje político", replicó Bóka, que asegura que su Gobierno sigue manteniendo "discusiones constructivas" con los demás socios de la UE. Con todo, después de que el viernes se supiera que varios países apostaban por retirar el derecho de voto a Hungría, su Gobierno ha enviado este fin de semana una propuesta de compromiso a Bruselas. 

Al margen de que la estrategia de presión económica llegue a llevarse a cabo, el documento ilustra el nivel de frustración y enfado que hay en la UE con Orbán, el único líder europeo que no ha cortado lazos con Vladímir Putin desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania (en diciembre ambos mandatarios se reunieron en Pekín) y líder del movimiento ultraconservador europeo contra el modelo de democracias liberales. Los Veintisiete celebrarán el jueves una cumbre extraordinaria convocada tras el fracaso de las negociaciones de diciembre, cuando Hungría puso como condición que Bruselas desbloqueara los más de 20.000 millones de euros que el país tiene congelados como consecuencia de las reiteradas violaciones del Estado de derecho, en particular por sus problemas de corrupción y de falta de independencia judicial. 

"Hay un alto nivel de frustración en el ambiente", afirman fuentes diplomáticas

Aunque desde hace semanas el equipo del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, maneja un posible plan b  para evitar que Kyiv se quede a la intemperie en caso de que Budapest mantenga su veto, el resto de delegaciones es reacia a activarlo (implica actuar fuera del marco de la UE y varios países tendrían que pedir permiso a sus respectivos parlamentos). Cada vez hay menos ganas de regalar una victoria a Orbán, en especial con una cuestión tan "existencial" como la guerra de Ucrania. "La base del acuerdo es que todos los países hagan concesiones. No estoy seguro que cambiar todo para satisfacer a uno solo vuele. Hay un alto nivel de frustración en el ambiente", comentaban el viernes fuentes diplomáticas tras la última reunión de embajadores.

"No me parece bien responder a un chantaje con otro chantaje" pero "los húngaros tienen que reflexionar sobre en qué lado de la historia quieren estar. ¿Quieren ser ellos los que digan que les van a dejar solos y que se las apañen?", ha planteado hoy el ministro de Exteriores de Luxemburgo, Xavier Bettel. Ucrania afronta su invierno más difícil desde el punto de vista militar y financiero. Los intentos de la UE y EE.UU. de blindar su ayuda macrofinanciera al país para garantizar el funcionamiento de su administración durante cuatro años, al margen de posibles vaivenes políticos internacionales, han fracasado. El presidente Joe Biden no consigue que el Congreso desbloquee los 62.000 millones de dólares que prometió a Kyiv y Europa sigue pendiente de Hungría. 

Como gran concesión, Budapest ha planteado trocear la ayuda a Ucrania en cuatro tramos, lo que requeriría su aprobación de forma anual y ofrecería nuevas oportunidades de veto a Orbán, de ahí la negativa de los otros 26 países. "El objetivo sigue siendo pactar una solución con los 27 estados miembros", recalcan fuentes diplomáticas. Si Hungría finalmente no cede, ahora sabe a lo que se expone. La mera redacción y posterior filtración a la prensa del documento sobre el posible sabotaje económico revela un cambio mayor en la actitud del club, renuente hasta ahora a actuar contra el Gobierno de Orbán a pesar de los llamamientos del Parlamento Europeo. El florín y los bonos de deuda pública de Hungría ha acusado ya hoy las malas noticias.

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Beatriz Navarro | Bruselas
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