El Tribunal Supremo del Reino Unido, máxima instancia judicial del país, consideró este miércoles ilegal el plan del Gobierno británico de enviar a Ruanda a los solicitantes de asilo que entran de manera clandestina en el país. La justicia británica tumba así uno de los grandes objetivos en materia de política migratoria que defendía el Ejecutivo de Rishi Sunak, que llegó a organizar en junio uno de estos vuelos.
En un dictamen unánime de cinco jueces, el presidente del Supremo, Robert Reed, rechazó el recurso del Gobierno al considerar, entre otros motivos que, a la luz de las evidencias, hay un riesgo de que los demandantes de asilo enviados a Ruanda puedan estar en peligro de ser deportados a sus países de origen, de los que previamente habían escapado.
El dictamen es un varapalo para el Ejecutivo de Sunak, que defendía el plan como uno de los pilares para detener la llegada de migrantes por el Canal de la Mancha
El primer vuelo quedó paralizado 'in extremis' por intervención del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), que respondió a una queja de organizaciones. A finales de junio, un tribunal británico determinó que el plan de deportaciones aprobado durante la etapa de Boris Johnson en Downing Street era ilegal.
Con el dictamen de la máxima instancia judicial del Reino Unido, los magistrados dan la razón a varios solicitantes de asilo y organizaciones no gubernamentales, que argumentaron en todo momento las deficiencias del país africano en materia de derechos humanos.
Reed explicó que la misión de la corte en este caso era puramente legal y que no se tenía en cuenta el actual debate político sobre la política migratoria, y agregó que se evaluaron leyes y tratados internacionales en materia migratoria y de derechos humanos.
El presidente hizo hincapié, además, en el principio legal fundamental de que no se debe devolver a un solicitante de asilo a su país de origen sin haber "considerado sus reclamaciones" sobre el peligro que supondría ese retorno.
Esta decisión supone un duro varapalo para la política migratoria del Ejecutivo conservador, puesto que el plan de Ruanda era considerado por los tories como central para atajar el aumento de los botes con migrantes que cruzan el Canal de la Mancha, que separa Inglaterra de Francia.
Este programa había sido defendido por la ahora exministra británica de Interior Suella Braverman, quien fue destituida por Sunak el pasado lunes a raíz de sus críticas contra la Policía británica.