El terremoto que el viernes 8 golpeó Marruecos, el más potente de su historia, ha dejado cerca de 3.000 muertos y más de 5.600 heridos.
El seísmo se ha cebado con las regiones más humildes de las montañas del Atlas ante la lenta reacción y la desidia de las autoridades, que tardaron más de dos días en ayudar a los afectados.
La Vanguardia ha viajado a la zona cero de la catástrofe para documentar el impacto en sus habitantes.