La Unión Europea sopesa extender una invitación al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para participar en la próxima cumbre de los Veintisiete con los países de América Latina y el Caribe, que tendrá lugar los días 17 y 18 de julio en Bruselas.
“La decisión se tomará en los próximos días”, afirman fuentes diplomáticas europeas, que subrayan que antes es necesario “evaluar cuidadosamente” los posibles riesgos, como una reacción de rechazo por parte de países que no comparten la visión occidental de la guerra. Con motivo de la visita del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, a Kyiv en representación del Consejo de la UE, el líder ucraniano manifestó su deseo de intervenir de alguna forma en la cumbre para defender su fórmula para la paz. La presidencia española del Consejo apoya estas aspiraciones, pero la decisión final está en manos del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, anfitrión de la cita, que si bien no se opone a la idea debe evaluar primero sus pros y contras.
Lula sigue sin aclarar si irá o no a la cumbre, a la que está invitada la número dos de Maduro, Delcy Rodríguez
Por parte americana, el encargado de emitir las invitaciones es la Celac, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Un alto número de líderes de este grupo de países ha confirmado ya su asistencia a la cumbre, afirman fuentes diplomáticas, pero no así Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, que sigue deshojando la margarita. En Bruselas se sospecha que es muy probable que no anuncie su decisión hasta pocos días antes de la cita, aunque la expectativa según diferentes fuentes es que finalmente participe en el encuentro.
En cuanto a Venezuela, el plan es que la Celac invite no al presidente Nicolás Maduro, lo que podría haber creado problemas con otros países participantes, sino a su vicepresidenta, Delcy Rodríguez, que ya lo representó en la pasada Cumbre Iberoamericana (dejar fuera al país caribeño también habría provocado fricciones con otros socios). La celebración de la cumbre UE-Celac, la primera en ocho años, es una de las grandes apuestas de la presidencia española, que aspira a ampliar las áreas de cooperación con la región.
De la cumbre saldrá una declaración que reiterará el carácter estratégico de la relación entre los dos bloques, lanzará una amplia agenda de inversiones públicas y privadas y sentará las bases para dar un carácter más estructural a esta relación mediante la creación de una célula de coordinación o secretariado permanente. Como muestra de la voluntad de integrar más a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños en la acción política de la UE, la presidencia española del Consejo ha invitado a los ministros de Economía de estos países a participar en la reunión informal del Ecofin que tendrá lugar en Santiago de Compostela a mediados de septiembre.