El presidente Joe Biden llamó “dictador” al presidente chino Xi Jinping escasas 24 horas después de que el pasado lunes recibiera en Pekín al secretario de Estado, Antony Blinken, para rebajar la tensión.
Hubo consenso general en que esa descalificación dirigida a Xi, el mandatario de la principal potencia rival en lo económico y lo militar, era una más de sus meteduras de pata.
En cambio, ayer tendió la alfombra roja de la Casa Blanca y rindió todos los honores al primer ministro de India, Narendra Modi, que no se caracteriza precisamente por desarrollar un estilo democrático, o no para todos, famoso por su poco respeto por los derechos humanos y disidente de la posición de Estados Unidos y los aliados occidentales en la guerra por la invasión rusa de Ucrania.
Biden siempre echa mano de la retórica idealista en las relaciones exteriores y remarca la batalla entre la democracia y la autocracia como una de las cuestiones decisivas de esta época. Pero no en esta ocasión, cuando todo se transforma en el actual tablero de la geoestrategia global, al emerger India como un contrapeso a la alargada sombra que proyecta Pekín. Hay que mirar hacia otro lado.
Hemos tenidos una buena discusión sobre valores democráticos”
“Los desafíos y oportunidades que enfrenta el mundo requieren que trabajemos y lideremos juntos, y en eso estamos”, afirmó el anfitrión al dar la bienvenida a su invitado.
El primer ministro habló de que ambos países “se enorgullecen de su diversidad y comparten valores democráticos básicos”, frase que sonrojó a no pocos miembros del Partido Demócrata. Cerca de un centenar de legisladores de la Cámara Baja y del Senado le enviaron una carta para que Biden saque el tema de los derechos humanos en este encuentro.
En declaraciones a la CNN, el expresidente Barack Obama defendió que su amigo Biden debería sacar ese asunto por el bien de India. “Mi argumento sería que si no protege los derechos de las minorías de su país, existe una gran posibilidad de que India empiece a separarse en algún momento”, dijo.
De hecho, en el entorno de la Casa Blanca se organizó una manifestación de partidarios, pero entre los que también se contaron opositores con carteles que decía: “Di no a Modi”.
Las oportunidades y desafíos que enfrenta el mundo piden que lideremos juntos”
En rueda de prensa junto a Biden (la primera vez que responde preguntas de prensa en nueve años, según medios locales), Modi negó cualquier abuso de poder. “Me sorprende que me digan esto”, se arrancó. “Vivimos en una democracia, sin lugar para la discriminación; la democracia está en nuestro ADN, en nuestro espíritu, corre por nuestras venas”, dijo.
Biden no le afeó en público. “Hemos tenido una buena discusión sobre valores democráticos, que están en la naturaleza de nuestra relación, y nos tratamos con respeto”, aclaró.
El invitado, que busca poder de influencia para la nación más poblada del mundo, agradeció la ceremoniosa bienvenida, “un honor para los 1.400 millones de ciudadanos indios y los más de cuatro millones que residen en Estados Unidos”, dijo.
En realidad, Modi ya estuvo el miércoles por la tarde en la residencia presidencial de Washington (cena privada con los Biden), tras participar antes en los cuarteles de la ONU, en Nueva York, en una sesión con motivo del día del Yoga.
La democracia está en nuestro ADN, en nuestro espíritu, corre por nuestras venas”
Los parabienes incluyeron ayer un discurso en el Congreso, rematado con una cena de gala en la Casa Blanca. Este trato solo es comparable al otorgado a los presidentes de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, y de Francia, Emmanuel Macron, países bien alineados con la política estadounidense, sea en Ucrania o en la condena de los gobiernos autocráticos.
Por contra, Modi, que representa la quinta economía y la que crece más en el grupo del G-20, se ha abstenido siempre en las Naciones Unidas en las votaciones para reclamar que Vladímir Putin rinda cuentas, y se ha convertido en uno de los mejores clientes del petróleo ruso. En poco más de un año, según los analistas, India ha pasado de adquirir escaso combustible a Moscú a comprar la mitad de lo que Rusia exporta por mar.
Tal como están las circunstancias, y frente a las acusaciones que se formulan contra Modi, sobre todo por la falta de respeto a la libertad religiosa, el Departamento de Estado es tan silencioso ante estas denuncias como ruidoso resulta en la condena de las transgresiones que cometen otros que juegan un papel menos relevante en la partida internacional.
India se posiciona, para el Gobierno de EE.UU., como el argumento en Asia para contrarrestar a China, tanto en el aspecto militar como en el económico.
Es nuestra prioridad”, en un signo de plena sintonía en la defensa del Indo-Pacífico
En este sentido, los dos líderes anunciaron iniciativas para avanzar en la cooperación en telecomunicaciones, semiconductores e inteligencia artificial entre otras. Modi pretende firmar el acuerdo Artemis (principios que rigen la exploración pacífica de la Luna, Marte y otros) y tiene prevista una misión conjunta a la estación espacial internacional en el 2024.
Biden aludió a los 2.000 millones que India se ha comprometido a invertir en EE.UU. “Ambos países somos emprendedores”, afirmó. Mientras que Modi aludió a un nuevo capítulo en la estrategia global de cooperación.
Pero donde hubo plena sintonía fue en la defensa del espacio del Indo-Pacífico.
“Es nuestra prioridad”, recalcó Modi. “Queremos una zona libre, segura y de progreso”, dijo Biden, quien sostuvo que su calificativo de “dictador” a Xi no tendrá consecuencias.