Modi se venga de la BBC

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La cadena, imputada por el fisco tras emitir un documental demoledor

Indian Muslim women hold placards as they stage a protest against Gujarat Chief Minister Narendra Modi, in New Delhi, 16 May 2007. Activists of the India Peace Organisation and the Jamaat-e-Islami Hind protested against the murder of a Muslim woman Kauser Bi, in the wake of the murder of her husband Sohrabuddin on 26 November 2005 in an alleged fake encounter by the Gujarat police. Protesters demanded an open apology from the Gujarat government and the resignation of Chief Minister Narinder Modi, said to be responsible for murders committed by his officials. AFP PHOTO/ Prakash SINGH (Photo by PRAKASH SINGH / AFP)

El rostro de Modi en un cartel en una protesta por la muerte de musulmanes en Gujarat, en el 2005 

PRAKASH SINGH / AFP

El gobierno de Estados Unidos consiguió meter en chirona a Al Capone por un asunto de impuestos y no por su historial de asesinatos. Las autoridades de India que la semana pasada decidieron imputar a la BBC, dos meses después de haber registrado sus redacciones en Delhi y Bombay, lo han hecho también por una historia de muertos. Alrededor de dos mil. Pero estos no los puso la cadena británica.

Lo que es de la autoría de la BBC es La cuestión Modi , un documental en dos partes retransmitido en febrero solo para el Reino Unido y en la segunda cadena. Aun así, sacó de sus casillas al primer ministro indio. Sobre todo la mitad que reconstruye el pogromo antimusulmán que durante tres días del 2002 asoló el estado de Guyarat, cuando su jefe de gobierno y responsable de la policía era Narendra Modi.

Las redacciones de la BBC en Nueva Delhi y Bombay fueron registradas por la policía hace dos meses, tras la emisión

Nueva Delhi ordenó a Twitter, Youtube y otras plataformas que eliminaran los enlaces al documental en India. Algunas universidades, como la Jawaharlal Nehru de Delhi, intentaron burlar la censura con cineclubs, pero los visionados fueron abortados por antidisturbios.

El documental es demoledor para Modi, pero incluye puntos de vista afines y no olvida cuál fue la espoleta del pogromo. Horas antes, un tren cargado de extremistas hindúes que volvían de exigir un templo de Rama sobre las ruinas de la mezquita de Ayodhya, fue incendiado por una multitud de musulmanes en la estación de Godhra.

Murieron 58 camaradas de Modi, cuyo partido, el BJP, orbita alrededor de la misma organización supremacista hindú (RSS) que el de aquellos. La violencia, en un estado dado a los disturbios, pese a ser el terruño de Gandhi, se daba por descontada. Pero el gobierno de Modi, en lugar de contenerla,la atizó al permitir que los restos carbonizados fueran expuestos en la capital. Luego, según los testimonios recogidos por la BBC, “dio tres días para que se desfogaran”.

Aquella carnicería, ante la pasividad policial, no solo no arruinó la carrera de Modi sino que fue fundamental para catapultarla a escala nacional. Aunque Estados Unidos y Reino Unido le vetaron la entrada muchos años. Hasta los empresarios guyaratíes le afearon la masacre. Solo le defendió Gautam Adani, que con Modi ya en Nueva Delhi se encumbró fugazmente a primera fortuna de Asia. La segunda parte retrata episodios más recientes de islamofobia, inspirados o amparados por el chovinismo hindú en el poder. Desde el linchamiento de docenas de transportistas de carne vacuna a la supresión del autogobierno de Cachemira, pasando por la ley de ciudadanía que discrimina a la inmigración musulmana. También refleja la represión de protestas en la universidad Jamia Millia Islamiya y el conato de pogromo en el nordeste de Delhi, justo antes de la covid.

Un equipo de televisión extranjero que hubiera querido grabar este documental, nunca habría obtenido los visados necesarios. Si la BBC pudo burlarlo es gracias al personal indio en sus redacciones de Nueva Delhi y Bombay. De ahí que ambas fueran registradas por la policía poco después de la emisión. Con las “pruebas” conseguidas, la agencia antifraude acusó la semana pasada a la BBC de violar las reglas sobre introducción y cambio de divisas.

En realidad, nada de lo que aparece en La cuestión Modi es nuevo para cualquier indio informado, aunque en las elecciones de dentro de un año votarán jóvenes que entonces aún no habían nacido. Lo que algunos se preguntan es por qué la BBC se acuerda ahora de Modi, por asuntos “archivados”. Cuando además el primer ministro británico, Rishi Sunak, es de origen indio.

Modi celebró hace poco los 75 años de la independencia india colocando una estatua del líder antibritánico Subhas Chandra Bose en el palio de piedra que fuera de Jorge V. Y Reino Unido tiene prisa por cerrar un acuerdo de libre comercio que India supedita a concesiones en inmigración.

El caso es que ya habría material para una tercera parte. El rostro de la oposición, Rahul Gandhi, acaba de ser condenado a dos años de cárcel e inhabilitación por preguntarse en un mitin “por qué será que todos los ladrones se apellidan Modi”.

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