La memoria demoscópica es tan frágil que a menudo da la impresión de resultar inexistente. Así sucede ahora en el Portugal sacudido por una secuencia de sondeos que señalan al unísono una fuerte caída del Partido Socialista (PS) del primer ministro António Costa y una confusa mayoría de derechas si hubiese elecciones hoy. La paradoja reside en que las anteriores legislativas se celebraron hace menos de trece meses, con un rotundo fracaso de las encuestas. Su desprestigio obliga a tomarlas con cautela, si bien tienen a su favor que el escenario que dibujan resulta congruente con la coyuntura política reciente, en la que Costa ha mostrado que tenía muchos menos problemas para gobernar en minoría que con su actual mayoría absoluta.
El político, que cuando se le daba por amortizado en el 2015 logró el milagro de llegar al poder al frente de una insólita coalición del centroizquierda, alcanzó la hegemonía parlamentaria el 30 de enero del 2022 contra los pronósticos. Las encuestas no le concedían ninguna opción, pues en las dos semanas previas estaba entre cinco y siete puntos por debajo del 41,4% de los votos que obtuvo al final. Llegó a apuntarse incluso a una posible mayoría de las derechas, en la que tendría un papel destacado el partido ultra, el Chega! (¡Basta!).
La derecha podría gobernar con el apoyo de los ultras, según los últimos sondeos
El temor a que su exaltado líder, antiguo tertuliano futbolero del Benfica, el xenófobo y racista André Ventura, se hiciese con la llave de la gobernabilidad, sin duda impulsó a Costa. Pero la diferencia entre los sondeos y la realidad resultó tan amplia que no pude explicarse solo con ese factor, sino quizá también por deficiencias técnicas.
El debate sobre la credibilidad de los sondeos, con el precedente del error clamoroso en las municipales de Lisboa, duró unos pocos días. Ahora aparece alguna llamada a la cautela, pero a las encuestas se les vuelve a hacer bastante caso. La liturgia de la política actual las convierte en imprescindibles.
El pasado jueves el diario Público y la cadena estatal RTP difundieron un sondeo de la Universidad Católica que sitúa al PS con nueve puntos menos que en los comicios del 30 de enero del 2022, lo que le lleva a estar casi empatado con la principal fuerza de la oposición, el conservador Partido Social Demócrata (PSD), que con su nuevo líder apenas sube tres puntos, pese al desgaste socialista. Este lo capitalizan mucho más en proporción de su tamaño el Chega!, con cuatro puntos de alza, e Iniciativa Liberal, con tres. También se da una recuperación del Bloque de Izquierda, aliado del BNG y Podemos, así como un estancamiento comunista. En las encuestas de otros institutos, Pitagórica y Aximage, estas tendencias se exacerban, con una mayor bajada socialista y un avance más potente del Chega!. La de Intercampus, con una metodología diferente, coincide con el diagnóstico general.
Las fuerzas de la derecha sumarían un 51% de los votos, lo que no impide que siga sin cristalizar una alternativa
Pese al pronóstico más matizado del sondeo de Público y la RTP, las fuerzas de la derecha sumarían un 51% de los votos, lo que, sin embargo, no impide que siga sin cristalizar una alternativa. El PSD del nuevo líder, Luís Montenegro, avanza poco, mientras mantiene su ambigüedad con el Chega!, del que se distancia Inicitiva Liberal. Así no se vislumbra, como sí ocurrió en el Parlamento azoriano, una geringonça de derechas, que es como se conoce al pacto de izquierda del 2015.
Las razones del inesperado desgaste del Costa absoluto, tras su éxito de seis años en minoría, están perfectamente localizadas. Residen en la sucesión de crisis en el Gobierno que, por problemas de gestión o escándalos, se llevaron por delante desde agosto a dos de los ministros en apariencia más sólidos, la de Salud, Marta Temido, y, sobre todo, el de Infraestructuras, Pedro Nuno Santos, referente del ala izquierda y otrora virtual delfín de Costa. Por en medio, hubo un goteo de salidas de secretarios de Estado, cargo relevante en el hipercentralizado Portugal.
Hasta ahora, el mejor Costa ha aparecido en la adversidad. Y en las últimas semanas se ha afanado por recuperar la iniciativa, por ejemplo, con un plan de vivienda. Lo publicado por el momento indica que ni el presidente de la República, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, que es quien convoca, ni la opinión pública desean elecciones anticipadas. Y la experiencia de estos años, de resurgimientos cuando parecía estar contra las cuerdas, constituye una advertencia de que la suerte de Costa nunca está echada, aunque el suelo se le esté moviendo bajo los pies en su residencia del palacio de São Bento.