Meloni asegura que Italia no debe ceder al “chantaje” de Putin

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La primera ministra reniega de cualquier simpatía al fascismo en su discurso de investidura

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La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en su discurso de investidura ante la Cámara de Diputados

REMO CASILLI / Reuters

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, se ha estrenado este martes ante el Parlamento con un estudiado discurso de investidura en el que ha asegurado que Italia no dará un paso para alejarse de las posiciones de la OTAN y de la UE ante Rusia, y prometiendo que Italia no va a ceder al “chantaje” de Vladímir Putin. 

En un tono duro, Meloni ha ratificado que Italia forma “plenamente parte de la UE y del mundo occidental”, pese a las recientes declaraciones incómodas de su socio Silvio Berlusconi sosteniendo haber retomado la amistad con el presidente ruso. “Ceder al chantaje de Putin sobre la energía no resolvería el problema, lo agravaría abriendo el camino a nuevas pretensiones y chantajes de futuros aumentos del precio de la energía mayores que los que hemos visto los últimos meses”, ha indicado, ante el aplauso de sus representantes en la Cámara de Diputados, que esta tarde la apoyarán en un voto que es un simple trámite ante la gran mayoría de la que goza la derecha en el Parlamento italiano.

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Era el discurso más importante de su vida, y por eso lo ha preparado a conciencia, encerrándose durante toda la jornada de ayer a redactarlo junto a uno de sus más estrechos colaboradores, Giovanbattista Fazzolari, que podría convertirse pronto en viceministro. El discurso ha tenido todo tipo de momentos, algunos más moderados y otros más electoralistas, citando desde el papa Francisco a Montesquieu y Steve Jobs. Además de una declaración de intenciones sobre lo que pretende hacer durante los próximos cinco años, era también una prueba de fuego ante Europa, después de que en campaña electoral se esforzase para aparentar moderación. Por eso, Meloni ha querido tranquilizar al mundo sobre el primer gobierno de extrema derecha en Italia, prometiendo que no van a atacar el aborto ni los derechos civiles y condenando claramente al fascismo.

“Nunca he sentido simpatía por regímenes antidemocráticos, incluido el fascista”, ha dicho Meloni, que se inició en política con las juventudes del posfascista Movimiento Social Italiano (MSI), un partido fundado por los partidarios de Benito Mussolini en 1946. “Las leyes raciales –aprobadas contra los judíos por el régimen de Mussolini en 1938– son el punto más bajo de la historia italiana”, ha añadido, indicando que lucharán “contra cualquier forma de racismo, antisemitismo, violencia política, discriminación”.

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Giorgia Meloni, rodeada de sus vicepresidentes Matteo Salvini y Antonio Tajani, al final de su discurso de investdura

FABIO FRUSTACI / EFE

Durante el discurso, de más de una hora e interrumpido varias veces por los aplausos, Meloni también ha tenido palabras para la UE, reconociendo que sabe que en Bruselas sienten “curiosidad” por la actitud que tendrá el nuevo Ejecutivo hacia las instituciones comunitarias. Ha explicado que su pensamiento no es una “herejía” sino “pragmatismo”, y que no pretenden “sabotear a la UE” sino hacerla más “eficaz”, pero respentando las normas comunitarias en materia presupuestaria.

“Italia hará oír su voz en Europa como corresponde a una gran nación fundadora –ha añadido–. La UE no es un círculo de élite con miembros de Serie A y de Serie B, o una Junta Directiva que debe mantener las cuentas en orden, sino una casa común para afrontar retos que los estados miembros difícilmente pueden afrontar solos. En esto la UE muchas veces no ha estado preparada”.

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Sobre el freno a la inmigración, uno de los caballos de batalla de Hermanos de Italia, Meloni ha explicado que pedirá a la UE que recupere la propuesta de la operación naval Sophia para bloquear las salidas del norte de África, además de crear allí centros de identificación gestionados por organizaciones internacionales para distinguir “quién tiene derecho a ser aceptado en Europa de quién ese derecho no lo tiene”. “Este Gobierno quiere seguir un camino, poco transitado hasta la fecha: frenar las salidas ilegales, romper por fin el tráfico de seres humanos en el Mediterráneo”, ha exclamado bajo la atenta mirada de Matteo Salvini, que desde su nuevo puesto como ministro de Infraestructuras va a seguir pretendiendo cerrar los puertos a los migrantes.

Meloni es la primera mujer en llegar al cargo de primera ministra en Italia, y aunque se opone a las cuotas y al feminismo –ha preferido ser llamada “el primer ministro"– sí ha querido subrayar la gran “responsabilidad” que conlleva este hecho y recordar a todas aquellas mujeres que “han construido la escalera” que le ha permitido “romper el techo de cristal”. También a la comunista Nilde Iotti, la primera presidenta de la Cámara de Diputados, o a la astronauta Samantha Cristoforetti, primera mujer europea comandante de la estación espacial.

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