El Gobierno polaco acusa a la Unión Europea de “imperialista” y amenaza con librar una guerra contra ella si le sigue negando los fondos de recuperación.
Sin precisar en qué consistiría el “fuego cerrado de artillería” que piensa abrir contra la UE, Varsovia ha abierto un inusitado cañoneo verbal.
Varsovia anuncia un “fuego cerrado de artillería” si Bruselas le sigue negando el fondo de recuperación
El jefe del Gobierno, Mateusz Morawiecki, acusó ayer a la UE de practicar un imperialismo hacia los países miembros menores y lo ha comparado nada menos que con la Rusia de Putin.
“La posición de Alemania y Francia en la UE pesa mucho más que todos los demás países miembros juntos”, afirma en el diario alemán Die Welt .
Formalmente, afirma, la UE es una democracia, pero de hecho es una oligarquía donde el poder lo detenta el más fuerte. Por si fuera poco, el jefe de gobierno polaco advierte que ese “imperialismo de la UE debe ser combatido igual que el imperialismo de Rusia”. Morawiecki demanda una reforma a fondo de la Unión para “restablecer el bien común y la igualdad como sus principios rectores”.
El martes, portavoces del partido gobernante, Ley y Justicia, ya abrieron fuego contra la UE cuando la Comisión Europea declaró que Polonia no había cumplido cabalmente las exigencias de la UE de dar marcha atrás en su atropello al poder judicial y restablecer la independencia de los jueces.
El incumplimiento hace que los 36.000 millones de euros del fondo de recuperación que corresponden a Polonia sigan bloqueados. Lo mismo ocurre con los fondos europeos previstos para Hungría.
De las tres condiciones de la Unión Europea para liberar los fondos de recuperación, Polonia solo ha cumplido una (y parcialmente), reformando la cámara disciplinaria del Tribunal Supremo en lugar de reemplazarla con un tribunal independiente. Pero el Gobierno se sigue negando a anular las sanciones ya aplicadas y no ha restituido a los jueces castigados con suspensión en sus cargos.
Además, y debido a que Polonia sigue desoyendo el fallo del Tribunal de la Unión Europea que exigía la abolición de la citada cámara de castigo de los jueces que desobedecen ordenes del Gobierno, Polonia tiene que pagar un millón de euros diarios.
La oposición no ha tardado en responder al exabrupto antieuropeo del Gobierno
Desde que el Gobierno de Ley y Justicia emprendió su deriva autoritaria tomando el control del poder judicial, entre Polonia y la UE se ha mantenido una creciente tensión. Pero hasta ahora el Gobierno ha preferido evitar palabras mayores y acciones drásticas, optando por maniobrar para burlar las críticas de la Unión y sortearlas con concesiones aparentes.
La presente salida del Gobierno no tiene precedentes y asciende a una verdadera guerra entre un poder que no piensa ajustar su manera de gobernar a los principios rectores de la democracia liberal basada en la división de poderes y el imperio de la ley que reina en la UE.
Fue Jaroslaw Kaczynski, el caudillo de hecho del Gobierno, quien dio la señal de pasar al ataque contra la UE en términos hasta ahora inauditos “descubriendo” un supuesto complot ruso-alemán para conquistar Europa: “Ellos (los poderosos en UE) pretenden doblegarnos y sojuzgarnos al poder de Alemania. No podemos retroceder más. Nosotros no cabemos en los planes de Alemania y Rusia para dominar Europa. Una Polonia independiente, económica, social y militarmente fuerte, es para ellos un obstáculo”, afirmaba Kaczynski en una reciente entrevista para un diario gubernamental.
Su portavoz anunció acto seguido que la política de “diente por diente” que Polonia podría emprender pasaría por vetar hasta las más importantes decisiones de la UE y buscar destituir a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y a la Comisión entera: “No descartamos nada”, dijo el portavoz.
La oposición, que en los últimos meses ha subido en los sondeos de intención de voto, no ha tardado en responder al exabrupto antieuropeo del Gobierno. “Kaczynski nos está sacando fuera de la UE paso a paso con una actitud de maniático. Palabras como ‘cañones’ y ‘fuego cerrado de artillería’ suenan ridículas, pero, créanme, la cosa no está ya para reírse”, afirmó el exjefe de gobierno liberal y expresidente del Consejo Europeo Donald Tusk.