El Tribunal Supremo dio este jueves luz verde al Gobierno de Joe Biden para finiquitar la norma de la era Donald Trump que, conocida como Quédate en México, obliga a los solicitantes de asilo en la frontera sur a esperar en ese país a que se procesen sus casos. La decisión provocaba -y seguirá provocando por algún tiempo, hasta su desactivación efectiva- la retención de miles de migrantes, bajo peligrosas y precarias condiciones, en poblaciones mexicanas limítrofes con EE.UU.
Por una parte, el fallo de la corte estadounidense da un respiro importante a Biden al devolverle el control sobre una de sus políticas más importantes en clave interna y respecto al electorado latino. De otro lado, la decisión le obliga a multiplicar sus esfuerzos por regular la inmigración y evitar el caos en un momento de fuerte crecimiento de las olas de demandantes de refugio.
La resolución se adoptó por 5 votos a favor y 4 en contra, y establece que el programa Quédate en México no es necesario según la ley federal de inmigración. De acuerdo con los argumentos sostenidos por el Gobierno, los funcionarios federales podrán liberar a parte de los solicitantes de asilo dentro del país mientras esperan a que les llamen y les den audiencia para tramitar sus peticiones.
La Administración intentó dos veces anular la regulación de Trump, pero los estados de Texas y Misuri recurrieron. Un juez y luego un tribunal de apelaciones suspendieron la revocación gubernamental, y el asunto llegó entonces al Supremo.