Un millón contra sir Tony Blair

Polémica en Gran Bretaña

Campaña de firmas para que se le retire el título de caballero que le acaba de otorgar la reina

(FILES) In this file photo taken on June 6, 2021, former British Prime Minister Tony Blair, leaves the BBC in central London, after appearing on the BBC political programme The Andrew Marr Show. - Britain's Queen Elizabeth II said on Friday, December 31, she was appointing Former British Prime Minister Tony Blair, a Knight Companion of the Most Noble Order of the Garter. It is Britain's highest honour and is awarded for outstanding public service and achievement. (Photo by Tolga Akmen / AFP)

Tony Blair es el único dirigente laborista que ha ganado tres elecciones

TOLGA AKMEN / AFP

Franklin Delano Roosvelt pidió a los estadounidenses (y sobre todo a la historia) que lo juzgara no por sus supuestos logros y errores, por las leyes que había aprobado o los tratados que había firmado, sino por los enemigos que había hecho. Según ese criterio es difícil (más difícil todavía) llegar a una conclusión sobre Tony Blair, porque los enemigos le salen de hasta debajo de las piedras, de la izquierda y de la derecha, de arriba y de abajo.

Aunque hace más de catorce años que dejó Downing Street, Blair ha seguido teniendo una gran presencia en la política británica por sus intervenciones sobre todo tipo de temas (como el Brexit y la respuesta a la pandemia), y por las investigaciones sobre su controvertida decisión de ir de la mano de Bush a la guerra de Irak. Pero todo el amor y el odio que su figura inspira ha vuelto a explotar con su nombramiento como caballero de la orden de la Jarretera por la reina Isabel. Tener que referirse a él como sir Tony resulta para muchos repugnante. Tanto es así que una solicitud para que la decisión sea revocada está a punto de alcanzar el millón de firmas.

Su gran mancha es la guerra de Irak, pero fue uno de los artífices de la paz en el Ulster y combatió la pobreza

Es tradición que la reina haga sir a sus primeros ministros, aunque sea dejando pasar un tiempo, y por el momento solo quedan en la pista de despegue, de los que están vivos, Gordon Brown, David Cameron y Theresa May, considerados como tres de los peores que ha tenido el país en toda su historia. John Major y James Callaghan aguardaron ocho años desde que dejaron el poder, Thatcher cinco, y el laborista Harold Wilson (con quien la monarca tuvo una conexión especial, a pesar de su republicanismo) recibió el honor de modo inmediato.

Blair es el único líder laborista que ha ganado tres elecciones, y además con mayoría absoluta, lo cual ya sería por sí solo un argumento en términos históricos para recibir el homenaje. Además revolucionó el Labour, haciendo que renunciara al marxismo y se convirtiera al centro izquierda, se sacó de la manga la tercera vía, concedió la autonomía a Gales y Escocia, impulsó la paz en el Ulster, erradicó la pobreza infantil y las listas de espera en los hospitales, insufló dinero público (no siempre de manera eficaz) en la sanidad y la educación. Y fue tan europeísta que hasta casi mete al Reino Unido en el euro, siendo su ministro de Economía (Brown) quien le paró los pies.

En su débito figuran las corruptelas de la última fase de su administración, cuando se creía casi un rey, una considerable sumisión a los Estados Unidos, pero sobre todo las mentiras de la guerra de Irak, que justificó por la existencia de unas armas de destrucción masiva de Saddam Hussein que nunca fueron encontradas. Entre los firmantes de la petición para que se le quite el título de caballero se encuentran madres y padres de soldados muertos que consideran “un insulto que el hombre que los llevó a la tumba por una causa absurda reciba el mayor honor que se concede en este país”.

La derecha británica, que se considera con una prerrogativa casi divina a gobernar, no perdona a Blair que le privara del poder trece años, y la izquierda auténtica sigue lamentando que abandonara el socialismo. Entre unos y otros se encuentran los muchos británicos que no digieren la manera en que se ha enriquecido desde que salió de Downing Street a base de dar conferencias, escribir libros y asesorar a empresas, hasta amasar una fortuna de treinta millones de euros.

Cuando un sacerdote le propuso a Voltaire en su lecho de muerte que repudiara a Satán, el pensador respondió: “Amigo, no es el momento de hacer enemigos”. Para Blair, incluso ahora es demasiado tarde. Tiene demasiados.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...