Treinta años después de la caída del muro de Berlín, la democracia no es tan obvia como parecía. Aquellos que quieren ponerla en tela de juicio reiteran sus vulneraciones a nuestros valores liberales, a nuestros logros democráticos a nuestras sociedades libres. Su blanco son las minorías y la figura del migrante, cuestionan los derechos LGBTIQ+, quieren revertir décadas de emancipación de la mujer.
La crisis sanitaria ha ensombrecido además las perspectivas de nuestros jóvenes. Ha limitado la movilidad, una de las promesas del proyecto europeo que brinda el programa Erasmus. Asimismo, la crisis ha afectado a quienes estaban más expuestos al trabajo precario y ha empeorado las condiciones de la educación. La consecuencia es que el populismo se impone también como fuerza política entre los jóvenes, sin mencionar la abstención, que refleja una desilusión creciente.
Los jóvenes son el motor de la modernización digital y verde de nuestra economía
Sin embargo, no habrá generación perdida. Este es el poderoso mensaje que nos envía Europa. Europa hizo esfuerzos considerables para diseñar la recuperación tras la pandemia y que los jóvenes pudieran mirar al futuro con esperanza. No por nada el fondo europeo se llama Next Generation EU: los jóvenes son el motor de la modernización digital y verde de nuestra economía.
Ya durante el acto de firma del tratado de Aquisgrán, el 22 de enero del 2018, Francia y Alemania anunciaron su voluntad de escribir juntos un mensaje de futuro, de innovación, de esperanza. Era un llamamiento a la juventud, al compromiso y a la sociedad civil en toda su diversidad para ser vanguardia y avanzar con todos los que se ven reflejados en nuestra visión de una globalización y de un espacio político en
el que el ser humano ocupe el lugar central.
Sabemos lo frágil que es la democracia. La democracia antiliberal de la que hablan algunos no es nuestra visión de Europa, al contrario. Creemos en el objetivo de una Europa más unida, más democrática, más soberana, que proteja, también socialmente, que garantice un salario mínimo así como expectativas de empleo y de movilidad social para nuestros jóvenes, una Europa de innovación, a la vanguardia de la transición ecológica y en la cual la cultura y el conocimiento sean los cimientos.
Este no es un proyecto que Francia y Alemania puedan llevar a cabo sin España y los españoles. Necesitamos socios fuertes y convencidos para defender nuestros valores. Este será el hilo conductor de la presidencia de la Unión Europea que Francia está por asumir en enero del 2022, un año y medio después de Alemania y un año antes de la presidencia española.
La conferencia sobre el futuro de Europa presentará sus trabajos en primavera. Se trata de un amplio ejercicio participativo y abierto, cuyo objetivo es pensar la Europa que queremos en las próximas décadas. Es un llamamiento a la imaginación, al compromiso, a superar la tentación de repliegue, a proyectarse en un futuro común, para que cada uno cuente y pueda plasmar en Europa sus expectativas y ambiciones.
En este contexto, las embajadas de Alemania y Francia en Madrid, junto con La Vanguardia , quieren impulsar una reflexión sobre la cuestión de cómo en Europa podemos “creer en el mañana”. Lo haremos a través de una serie de artículos que se publicarán en La Vanguardia , dos eventos destacados que se celebrarán en Madrid y Barcelona y una campaña en las redes sociales junto con los jóvenes de Equipo Europa. Estamos unidos por una convicción común: no debemos dar por sentadas nuestras democracias europeas, sino que debemos comprometernos a que las generaciones jóvenes reconozcan su valor y sigan defendiéndolas.
Las embajadas de Alemania y Francia en España han puesto en marcha un ciclo de debate sobre el futuro inmediato de Europa y han tenido la amabilidad de confiar en ‘La Vanguardia’ como medio de comunicación de referencia de esa iniciativa. La tribuna que hoy publicamos, firmada por los embajadores Wolfgang Dold y Jean-Michel Casa, irá acompañada de una serie de artículos de intelectuales franceses y alemanes, más dos coloquios, en Madrid y Barcelona, junto con una campaña de difusión en las redes sociales.