Después de muchos meses deshojando la margarita, la alcaldesa de París, la socialista Anne Hidalgo, oficializó ayer finalmente su candidatura al Elíseo en las elecciones del 2022. Lo anunció en el puerto fluvial de Rouen, en Normandía, con una declaración de fuerte acento social y ecologista, y recordando sus raíces familiares españolas y antifranquistas.
Las posibilidades de éxito de Hidalgo son, hoy por hoy, bastantes escasas debido a la prevista gran fragmentación de la izquierda en la primera vuelta.
Anne Hidalgo presenta su candidatura a la presidencia por los socialistas, en unas elecciones a las que la izquierda acude dividida. (THOMAS SAMSON / AFP)
La alcaldesa, de 62 años, nació en San Fernando (Cádiz). Su familia emigró a Francia en 1962. La aspirante presidencial se crió en un barrio popular de Lyon. Cuando tenía 14 años, se naturalizó francesa, pero hoy posee la doble nacionalidad. Inspectora de trabajo por oposiciones, fue adjunta al alcalde de París desde el 2001 al 2014, año en que ganó ella misma la alcaldía. Gobierna al frente de una amplia coalición de izquierdas que incluye a comunistas y ecologistas. En el 2020 fue reelegida por una cómoda mayoría.
La flamante candidata al Elíseo repasó su trayectoria personal, como hija de un electricista de los astilleros de Cádiz y de una costurera, y nieta de un republicano condenado a muerte por el franquismo y que pasó por la cárcel y el exilio.
La dirigente socialista, de 62 años, destaca sus orígenes humildes, de familia española y antifranquista
La dirigente socialista explicó que se presenta para que todos los niños franceses tengan las mismas oportunidades que ella y su hermana tuvieron. Lamentó el crecimiento de las desigualdades e injusticias. “Ante nuestros ojos, el modelo republicano se desintegra”, dijo. No citó a Emmanuel Macron por su nombre pero sí se refirió de modo muy crítico a su mandato presidencial. “El quinquenio que concluye debía unir a los franceses y los ha dividido como nunca –se lamentó–. Debía arreglar los problemas sociales y los ha agravado. Debía proteger nuestro planeta y ha dado la espalda a la ecología”. Junto al programa social y verde, hizo hincapié en la necesidad de descentralización, dando más protagonismo a los territorios. Ella quiere apoyarse mucho en los alcaldes.
Hidalgo puso en valor su experiencia parisina. Mencionó los atentados terroristas y la gestión de la pandemia. “Sé lo difícil que es ejercer el poder”, admitió, si bien se mostró dispuesta a asumir responsabilidades más altas. “Debemos reinventar el modelo francés, fragilizado por múltiples crisis”, agregó.
Le Pen quiere expulsar "a los talibanes del interior"
Marine Le Pen, candidata al Elíseo, por tercera vez, al frente del ultraderechista Reagrupamiento Nacional (RN, ex Frente Nacional), efectuó ayer su gran rentrée política después de las vacaciones con un discurso en Fréjus, en la Costa Azul, donde hay un alcalde de su partido. Le Pen, de 53 años, fue fiel a su estilo grandilocuente. Habló de las elecciones del 2022 como un momento en el que se escoge no solo un modelo de sociedad sino “de civilización”, y obviamente se situó como garante de que Francia no caiga en el abismo. Cargó las tintas en la inmigración y habló de “talibanes interiores” (los extremistas islámicos extranjeros que viven en Francia), a los cuales expulsará si llega al poder. También criticó el pasaporte sanitario, que calificó como “ataque desproporcionado a la libertad”. Hay nerviosismo en el RN por la posible candidatura presidencial del ensayista y tertuliano Éric Zemmour, próximo a ciertos postulados ultraderechistas. Zemmour cree que “Le Pen nunca ganará” porque el desastroso debate televisado ante Macron, en el 2017, mostró que no está preparada. “Los franceses lo saben y ella misma también”, dijo anteayer Zemmour, implacable.
La elección de Rouen para efectuar el anuncio no fue casual. Era aconsejable, por estrategia política, hacerlo fuera de París. La capital de Normandía, gobernada por un joven alcalde socialista, Nicolas Mayer-Rossignol, es además un ejemplo del esfuerzo por reconvertir ciudades desindustrializadas, una de las prioridades del programa –aún muy someramente esbozado– de la candidata.
El gran hándicap de Hidalgo, a quien los últimos sondeos otorgan un máximo del 9% de votos, es el sistema electoral francés –a dos vueltas– y el hecho de que hay múltiples candidaturas de izquierda que harán muy difícil que una de ellas llegue al segundo turno. La alcaldesa de París tendrá que disputar los votos, entre otros, a Jean-Luc Mélenchon, de Francia Insumisa (izquierda radical), al candidato comunista, Fabien Roussel, a Arnaud Montebourg –exsocialista y exministro de Economía– y al ecologista que gane las primarias entre los verdes. El terreno de juego está pues muy saturado. Si no hay un acuerdo amplio para arropar a un candidato –y nada indica que vaya a haberlo–, la izquierda está condenada a un doloroso fracaso.
La candidata esboza su plan social y verde, y ataca a Macron por dejar un país más dividido y desigual
La intervención de Hidalgo en Rouen fue muy pautada, sin la menor concesión a la espontaneidad. La alcaldesa es precavida y con fama de fría. El discurso tocó temáticas muy generales, una presentación clásica de izquierdas, del todo previsible. Recordó los valores republicanos, la resistencia contra los nazis y, en un intento de sincretismo quizás algo exagerado, citó elogiosamente a figuras tan dispares como el general Charles de Gaulle y François Mitterrand, el primer socialista que llegó al Elíseo (1981) durante la V República. El miércoles puede dar más pistas de sus intenciones. Estará en las librerías su nuevo libro, Une femme française, a medio camino entre la autobiografía y el manifiesto electoral.
Hay quien piensa que Hidalgo se ha sentido casi obligada a presentarse para cohesionar a la izquierda e insuflar vida al Partido Socialista, pese a las pocas posibilidades de victoria. Pero su candidatura sí podría ser una inversión de futuro, de cara a las elecciones siguientes, en el 2027, siempre que los Juegos Olímpicos de París del 2024 sean un éxito.