En el 2017, Jean-Claude Juncker propuso una solución radical para acabar con las disputas entre el presidente del Consejo Europeo y el de la Comisión. Se trataba de unificar los cargos. Lo planteó en una ocasión en serio y en otra en broma. En plan formal, en una comparecencia en el Parlamento Europeo en septiembre del 2017, recomendó fusionar los dos cargos. “Europa sería más fácil de entender si un capitán dirigiera el barco”, dijo el entonces presidente de la Comisión, en un anuncio por sorpresa que no tuvo ningún eco. Cuatro meses antes, Juncker había aprovechado un encuentro con Donald Trump para lanzar un mensaje similar en tono más jocoso. Cuando el entonces presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, le comentó a Trump que en Europa había dos presidentes, Juncker añadió, señalando a Tusk, que “había uno de más”. Era el Juncker irreverente ante un Trump que no dio señales ni de entender ni de interesarse demasiado por la complejidad de las presidencias europeas.
Ahora, la tensión entre los dos presidentes europeos ha saltado a primera línea a raíz del sofagate , el incidente del martes pasado en Ankara, donde mientras Recep Tayipp Erdogan y Charles Michel ocupaban los sitios de honor de la reunión, Ursula von der Leyen quedaba relegada al sofá lateral, en una posición subalterna.
Ocurrió hace una semana y desde entonces, Charles Michel se ha prodigado en declaraciones justificándose, consciente de que las imágenes en que aparece observando el desaire a Von der Leyen sin reaccionar le dejan en una situación comprometida, mientras que la presidenta de la Comisión Europea ha guardado un escrupuloso silencio. Solo ayer los dos presidentes hablaron del tema, y fue en la reunión semanal que mantienen los lunes.
El encuentro llegó precedido por una petición del equipo de Von der Leyen en el que requería “buscar un modus vivendi” entre las dos instituciones para asegurar una mejor preparación en próximas visitas a países terceros. “Poner música a la letra” de los principios que establecen los tratados, según el portavoz de la Comisión Europea.
Seis días después
Los dos presidentes hablan del incidente de Ankara y hoy lo explican en el Europarlamento
En la reunión, ambas partes manifestaron su disposición a trabajar conjuntamente para evitar que se produzcan nuevos sofagates . Todo buenas palabras, aunque, al margen, fuentes del Consejo Europeo añaden que si el servicio de protocolo de la Comisión hubiera viajado a Ankara, el incidente podría haberse evitado.
Lo que subyace en el fondo es la discrepancia en las instituciones sobre el papel respectivo de sus presidentes. El Consejo destaca el papel preeminente de Michel, apoyándose en el artículo 15 de los tratados de la UE, que especifica que “el presidente del Consejo Europea asumirá, en su rango y condición, la representación exterior en los asuntos de política exterior y de seguridad común, sin perjuicio de las atribuciones del alto representante de la UE”. Desde el Consejo, equiparan a Michel con el rango protocolario de jefe de Estado, y a Von der Leyen, con el de primer ministro.
En cambio, en la Comisión Europea sitúan a los dos presidentes al mismo nivel. “No reivindicamos nada que no esté en los tratados”, afirma su portavoz Eric Mamer, insistiendo en que Von der Leyen no quiere ocupar el lugar del Consejo en temas de política extranjera y de seguridad común.
Que los dos presidentes no hayan hablado personalmente del caso hasta ayer, seis días después del incidente en Turquía, no parece casual. Von der Leyen no ha mostrado ningún interés en hacerlo. Su portavoz lo justifica porque de Ankara viajó a Jordania y pasó el fin de semana en Alemania, para visitar a su familia, a la que no veía desde las Navidades.
La discrepancia de fondo
Consejo y Comisión chocan sobre el papel de sus respectivos máximos responsables
Hoy, Von der Leyen y Michel están citados a comparecer ante el presidente del Parlamento, David Sassoli, y los jefes de los grupos parlamentarios, la denominada conferencia de presidentes. Es un primer contacto, en un Parlamento que de forma inmediata se quejó del sofagate , al considerarlo una humillación a la presidenta de la Comisión Europea. Tampoco no será el único contacto, porque los grupos han requerido analizar el caso en el próximo pleno.
“Los líderes de los grupos escucharemos a Von der Leyen y Michel sobre su visita a Ankara. Estamos satisfechos de que hayan aceptado nuestra invitación y de que también participen en la próxima sesión plenaria para explicar lo que pasó a todos los eurodiputados”, escribió en Twitter la jefa de los socialistas europeos, Iratxe García Pérez.