El metro de Nueva York, en el peor momento de su historia reciente, ha echado mano de uno de los tesoros propios de la ciudad.
La iniciativa es simbólica, pero los símbolos son una luz en la oscuridad de este largo túnel de la pandemia.
La policía despliega 500 agentes adicionales en las instalaciones del metro tras otro ataque que dejó dos muertos por navajazos
Frases habituales en la megafonía de los vagones, como esa de “manténgase alejado cuando se cierran las puertas”, tienen otro sonido desde este pasado fin de semana. Un sonido célebre.
Un total de 25 famosos neoyorquinos han grabado esos anuncios en un intento de devolver la vida a una infraestructura esencial, en un momento en el que la caída de viajeros y de ingresos la han puesto en situación de emergencia. En la lista figuran los actores Jerry Seinfeld –convertido en el rostro de la resistencia neoyorquina frente a los que “dan por muerta” a la ciudad–, Whoopi Goldberg o Debi Mazar; la escritora Fran Lebowitz; los comediantes Desus & Mero, o los raperos Jadakiss y Cam’ro. Todos se comprometieron a colaborar en la sugerencia lanzada por el director de cine Nicolas Heller, creador de una popular cuenta en Instagram (@NewYorkNico), en la que retrata personajes y cosas identificativas de la Gran Manzana.
“Todavía somos Nueva York”, declaró Heller. “Los famosos encontraron magnífica la idea. El único problema es que no había presupuesto para esto”, añadió. No lo fue en este caso.
Pero la falta de dinero se ha convertido en una plaga. La Metropolitan Transportation Authority, la MTA, empresa que gestiona el metro neoyorquino, tenía previsto aplicar a final del 2020 un plan de recortes, incluida la eliminación de rutas de trenes y autobuses. Lo guardaron temporalmente porque el Congreso aprobó a finales de diciembre un nuevo paquete de estímulos. Ahí se incluyeron 4.000 millones de dólares para rescatar un transporte sin el que Nueva York no sería Nueva York.
Efectos de la pandemia
Lejos quedan los no tan lejanos tiempos en que más de seis millones de viajeros utilizaban diariamente el metro
El presidente Joe Biden ha prometido que el próximo proyecto de estímulos, cuantificado en 1,9 billones de dólares, destinará 20.000 millones a las agencias de transporte público de esta área metropolitana.
Lejos quedan los no tan lejanos tiempos en que más de seis millones de viajeros utilizaban diariamente el metro. Ahora se habla más de los ataques a los usuarios. La policía desplegó el sábado 500 agentes adicionales después de registrarse dos muertos por navajazos.
La crisis sanitaria ha provocado algo inimaginable para los lugareños. Desde la pasada primavera, el servicio cierra de la una a las cinco de la mañana. El gobernador del estado, Andrew Cuomo, justificó ese parón por la necesidad de proceder a la desinfección de los convoyes y de las estaciones.
Esa explicación del máximo responsable de la infraestructura dejó en muchos la evidente sospecha de que la medida tenía otros dos objetivos. Uno, el ahorro económico: en un momento en que la ciudad tenía todo cerrado, de bares y restaurantes a espectáculos de todo tipo, la necesidad de viajar parecía fuera de lugar. El otro objetivo, todavía más sensible, perseguía dejar sin techo a los sintecho.
Cierre nocturno
Más de 50.000 vecinos, por lo general empleados de hostelería, con ingresos bajos, se ven gravemente perjudicados
Si bien teatros y shows musicales siguen cerrados, bares y restaurantes abrieron hace meses –solo con servicio de terraza o al 25% de la capacidad interior desde el pasado viernes–, pero el metro mantiene la pausa nocturna. Cuomo promete que reabrirá las 24 horas cuando se supere la covid. Muchas voces, que temen que la medida sea permanente, piden que se reabra ya. Sostienen que más de 50.000 vecinos, por lo general empleados de hostelería, con ingresos bajos, se ven gravemente perjudicados.
Vuelven a instalar los bancos en las estaciones
La MTA, la gestora del metro, ha dado otra muestra de su falta de sensibilidad social. Nueva York lleva unos días de frío intenso como hacía inviernos que no sucedía. En una ciudad castigada por la pandemia, lo que ha provocado una grave crisis laboral y pérdida de viviendas, a los responsables del metro no se les ocurrió otra cosa que quitar los bancos de las estaciones. Como ocurre con el cierre nocturno, argumentaron la necesidad de desinfección. Pero en este caso se les escapó un tuit en el que dejaron claro que esa medida perseguía expulsar a los sintecho. La crítica ha sido masiva, por afectar a mayores y otros muchos ciudadanos, y los bancos han empezado a aparecer de nuevo.