Un juez de Bagdad ordena la detención de Trump

ee.uu. En la cuerda floja en irak

Acusado de ordenar el asesinato con dron del jefe de las milicias chiíes, Al Muhandis, junto al iraní Soleimaní

Un juez de Bagdad ordena la detención de Trump

El aniversario del asesinato de Muhandis (izquierda) y Soleimaní (derecha) fue recordado con murales en el Líbano 

REUTERS

Un juez de Bagdad ha emitido este jueves una orden internacional de detención contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por el asesinato, hace un año, del número dos de las milicias progubernamentales, Abu Mahdi al Muhandis. El comandante chií falleció en el atentado con dron que tenía como objetivo al general iraní Qasem Soleimaní y que en total segó la vida de una decena de personas. 

El juez ha tomado la decisión tras escuchar a los familiares de Muhandis, durante la instrucción del caso. El Consejo Judicial Supremo de Irak, por su parte, ha declarado que la investigación alcanzará "a todos los culpables de este crimen, sean iraquíes o extranjeros". El asesinato premeditado está castigado en Irak con la pena capital. 

El Parlamento iraquí exigió, al hilo de aquel atentado, la salida de todas las tropas extranjeras. EE.UU. se ha visto desde entonces obligado a cerrar ocho bases y retirar la mitad de sus soldados. Más recientemente, el hostigamiento en la Zona Verde ha llevado a Washington a amenazar con cerrar su embajada en Bagdad, la más extensa legación estadounidense en el mundo.

Dos por el precio de uno

Donald TrumpPresidente de EE.UU.

El caso es que Donald Trump reconoció en su día haber dado la orden de ataque. Los dos jefes militares se encontraban en sus respectivos vehículos, a la salida del aeropuerto de Bagdad. “Dos por el precio de uno”, exclamó Trump. 

El actual primer ministro iraquí, Mustafá al Kazimi, era en aquel entonces jefe de inteligencia. Por lo que los sectores más pro iraníes de Irak lo consideran cómplice del asesinato. Unas acusaciones que deberán arreciar a medida que se acercan las elecciones iraquíes, previstas para junio.

Quien fuera primer ministro de Irak hace un año, Adil Abdul Mahdi, ha revelado recientemente que Soleimaní viajó a Bagdad desde Damasco porque Donald Trump le llamó expresamente para pedírselo, en nombre de Arabia Saudí, en vías a una posible entente.

Muhandis era el número dos de las Unidades de Movilización Popular, milicias mayoritariamente chiíes que cuentan con apoyo iraní y que fueron fundamentales en la derrota de los yihadistas suníes de Estado Islámico.

Zarif deplora los cohetes contra la embajada de EE.UU. en Irak 

El ministro de Exteriores iraní acusa a agentes provocadores de querer brindarle un casus belli a Trump en sus últimos días

Soleimaní, por su parte, era el líder de las Brigadas Al Quds (Jerusalén) de la Guardia Revolucionaria iraní y bestia negra de Israel y de Arabia Saudí, por su encuadramiento, dirección o inspiración de milicias chiíes en países árabes como Siria, Irak, el Líbano y Yemen.

Sin embargo, no parece que los jueces que puedan quitarle el sueño a Donald Trump sean los de Oriente Medio. Ya en junio pasado, Irán hizo llegar a Interpol otra circular roja contra el presidente estadounidense, por el juicio relativo al asesinato de Qasem Soleimaní.

Esta semana, el ministro de Exteriores de Irán, Javad Zarif, ha acusado a “agentes provocadores de Israel” de estar detrás de los últimos ataques con cohetes contra la Zona Verde de Bagdad, con el objetivo, según él, de brindarle un pretexto para la guerra a Trump en sus últimos días de mandato. El millonario estadounidense, sin embargo, parece que ya se había decantado por el Capitolio como espacio idóneo para su fin de fiesta. 

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