Un manuscrito de Mao valorado en 252 millones, robado y vendido por 50 euros
Historias del mundo
Tres cacos robaron el rollo a un coleccionista en Hong Kong y su comprador pensó que era una falsificación
La historia del arte y el coleccionismo está llena de pifias monumentales. Desde el memorable intento de restauración del Ecce Homo de Borja (Zaragoza) a manos de una jubilada a los episodios en los que una pieza de arte contemporáneo ha acabado en un contenedor tras ser confundida con basura, se cuentan por docenas el número de obras que, de manera más o menos consciente, han resultado aplastadas, seccionadas, pulverizadas, manchadas, dañadas un poco o echadas a perder sin remedio por alguien que las tuvo a su alcance.
A esta serie de catastróficas desdichas se sumó esta semana un último episodio registrado en Hong Kong, donde el que pudo ser uno de los robos del siglo ha quedado reducido a una chapuza histórica. Según se supo esta semana, los hechos sucedieron el mes pasado, cuando un trío de ladrones que se hizo con un botín millonario en casa de un coleccionista vendió la obra más preciada de todas, un pergamino con la caligrafía de Mao Zedong valorado por su dueño en 252 millones de euros, por unos 50 euros a otro coleccionista que pensó que el objeto era una mera falsificación.
Tres cacos robaron el rollo a un coleccionista en Hong Kong y su comprador pensó que era una falsificación
Por si fuera poco, en algún momento del proceso alguien consideró que los 2,8 metros de longitud eran demasiado largos para ser expuestos de una sola pieza, por lo que no dudó en partirlo por la mitad para facilitar su almacenaje y exhibición. “Es desgarrador verlo dividido en dos. Definitivamente, afectará a su valor, aunque el impacto final aún está por verse”, dijo su propietario, un conocido coleccionista local de sellos y arte revolucionario llamado Fu Chunxiao, al diario local South China Morning Post .
Los hechos se remontan al pasado 10 de septiembre. Ese día, los tres cacos accedieron sin dificultad a un edificio residencial de 16 pisos sito en la calle Nathan, principal arteria de la península de Kowloon. Tras forzar la verja de hierro y atravesar la puerta de madera, entraron al piso que Fu utiliza como almacén. Además de escamotear el valioso pergamino con un poema escrito por el padre fundador de la China moderna, también se llevaron otros seis rollos de caligrafía, diez monedas y 24.327 sellos postales chinos, entre los que se halla una rareza emitida en 1968 bajo el lema “Todo el país es rojo”. Por todo el mundo, quedan nueve sellos de esa edición, incluido uno que en el 2018 fue subastado por 1,7 millones de euros.
El coleccionista, que en la actualidad está en la China continental, estimó que el valor total de lo sustraído podría alcanzar los 549 millones de euros, por lo que este sería el mayor golpe de la historia de la antigua colonia británica. Sin embargo, las autoridades todavía están confirmando el valor exacto de lo robado a través de diferentes canales.
El 22 de septiembre, tras tener noticia del robo a través de la petición de colaboración ciudadana emitida por la policía, fue el propio comprador del manuscrito robado el que acudió a comisaría con las dos partes de este y les contó que lo había comprado por 54 euros pensando que se trataba de una copia. Más tarde, en su apartamento también hallaron dos de las monedas desaparecidas. El hombre, de 49 años, fue detenido y luego puesto en libertad bajo fianza mientras continúan las pesquisas sobre su implicación en el caso. Hasta la fecha, los agentes también han arrestado a uno de los supuestos rateros, un hombre de 44 años apellidado Ng, y a otro de 47 que al parecer ayudó al delincuente proporcionándole un escondite. Mientras, siguen las tareas para dar con la pareja de ladrones restante, a los que el conductor del taxi que pararon tras el golpe ha ayudado a identificar.
El singular caso hongkonés también ha servido para recordar que Mao, una de las figuras más controvertidas del tumultuoso siglo XX, fue un maestro calígrafo de cierto nivel. Aunque la mayoría de sus obras permanecen en China, algunas también han salido al extranjero. En el año 2017, una colección de notas manuscritas sobre literatura que el Gran Timonel redactó en 1975, un año antes de morir, fueron subastadas por casi un millón de dólares en Londres. Asimismo, una carta autógrafa que escribió hacia el final de la guerra civil china se vendió el año pasado por unos 570.000 euros.