Cuba vende utilitarios a precios de lujo

Un Kia Picanto por 38.000 dólares, un Peugeot 4008 por 63.000 o un Toyota Land Cruiser por 80.000, son los precios establecidos por el Gobierno para estos vehículos de segunda mano

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Coches clásicos circulando por el paseo Martí de la Habana Cuba

MaboHH / Getty Images/iStockphoto

Junto a la salsa, los mojitos y las playas coralinas, los coches clásicos son una de las estampas más reconocibles de Cuba. Los Cadillac y Chevrolet americanos que sobreviven en el asfalto caribeño desde los años 50 se entremezclan con Ladas soviéticos a los que en los últimos tiempos se les han sumado vehículos de marca china. Un parque automovilístico tan variopinto como destartalado que hace las delicias de los turistas, mientras sus propietarios cubanos se dedican a inventar soluciones para mantenerlos en circulación, no por gusto, sino por necesidad.

Porque si un trabajador cubano quiere adquirir un vehículo nuevo con sus exiguos 45 dólares mensuales de salario medio, se va a encontrar con que el Gobierno del paraíso socialista le pide 38.000 dólares por un Kia Picanto, 63.000 por un Peugeot 4008, o 80.000 por un Toyota Land Cruiser. De segunda mano. Estos son los nuevos precios a los que el Estado cubano ofrece automóviles a la población. Desde el próximo martes, todo cubano que desee adquirir alguno de los 30 modelos de vehículos usados que oferta CIMEX -sociedad mercantil del Ministerio de las Fuerzas Armadas de Cuba- puede acudir a un único concesionario en el país, ubicado en el barrio habanero de Miramar, para hacerse con ellos previo pago de estas exorbitadas cifras.

La lista no especifica el año de fabricación, el kilometraje, el estado de los vehículos ni su procedencia

El organismo estatal publicó este viernes la lista de automóviles de segunda mano a la venta, en la que el más barato es un MG 3 chino, cuyo precio es de 34.000 dólares, y el más caro un microbús Maxus G10, por 90.000, pasando por los 40.000 de un Renault Sandero y los 45.000 de un Peugeot 301 automático. La lista no especifica el año de fabricación, el kilometraje, el estado de los vehículos que se ofertan ni su procedencia, aunque se cree que fueron usados para el alquiler a turistas o dedicados a funciones diversas en otras empresas estatales.

Se exige pagarlos en “moneda libremente convertible” o MLC, es decir, euros o dólares u otra divisa. No se acepta ninguna de las dos monedas en circulación en el país: el CUP o peso cubano ni el CUC o peso convertible. Esto va en línea con la estrategia del Estado cubano de recaudar divisas para tratar de aliviar su endémico déficit en la balanza de pagos, en un momento de crisis económica agudizada por el endurecimiento del embargo financiero y comercial de EE.UU. en los últimos meses a cargo de la Administración del presidente Donald Trump.

Pese a que los importes de los automóviles publicados hoy puedan parecer exagerados, en realidad incluyen un descuento del 10% en relación al que según CIMEX era su precio real, a cambio de pagarlos en divisas. Los precios prohibitivos de los vehículos de segunda mano en Cuba se vinculan directamente a las restricciones en la compra de coches nuevos: hasta 2011 el Gobierno prohibía comprarlos y desde 2013 los grava con un impuesto del 800%, por lo que el compacto más económico en este país puede costar más que un vehículo de lujo en cualquier país de Europa o las Américas.

Cuba no fabrica automóviles y ningún particular o empresa al margen del Estado está autorizado a importarlos, de ahí la distorsión de la oferta y la demanda que obliga a pagar cantidades desorbitadas por adquirir un medio de transporte privado, en un país donde el salario medio de un trabajador estatal ronda los 45 dólares al mes. En el mercado informal de segunda mano de Cuba los precios no son mucho mejores: en la página web de clasificados Revolico se oferta esta misma semana un Lada 2105 de 1988 por 28.000 dólares, un Hyundai Atos de 2007 por 40.000 y un Audi S4 de 2010 por 120.000.

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