Una de los enclaves militares más importante de Estados Unidos, la base aérea Ain Al Asad, en Irak, fue atacada ayer por misiles lanzados desde irán como respuesta a la muerte del general Qasem Soleimani. Es un punto estratégico para el despliegue militar de tropas estadounidenses, sobre todo para su fuerza aérea. En diciembre de 2018 recibió la visita del presidente Donald Trump y hace apenas dos meses el vicepresidente Mike Pence también visitó la base para el Día de Acción de Gracias.
Fue construida en la década de 1980 por el ejército iraquí en Al Anbar, en medio del desierto y a unos 180 kilómetros al oeste de Bagdad. Pero después de la invasión estadounidense en 2003 para derrotar a Saddam Hussein, se convirtió en una de las bases más grandes para las tropas estadounidenses y se moldeó siguiendo los estándares del estilo norteamericano.
“Camp Cupcake”
Una base al estilo estadounidense
Inicialmente, la equiparon con cines, piscinas, restaurantes de comida rápida e incluso dos rutas internas de autobús. Algunos miembros del ejército estadounidenses la apodaron como la base “Camp Cupcake”. El periodista de la BBC Oliver Poole, tuvo acceso a su interior en 2006 y la describió como “una ciudad suburbana moderna de los Estados Unidos”.
La actividad norteamericana en la base menguó cuando fue devuelta a los iraquíes en 2009 y 2010, y en 2014 Estado Islámico tomó el control de la provincia circundante de Anbar y atacó la base. Ese mismo año, con el regresó del ejército de Estados Unidos para combatir contra el EI, la base fue asegurada y reconstruida, aunque al alojar a menos tropas, las comodidades ya no volvieron a ser las que eran.
La base alberga unos 1.500 soldados estadounidenses y de coalición
Trump y su esposa, Melania, visitaron a los soldados que se encontraban en la base área en diciembre de 2018. “Los hombres y mujeres estacionados en Al Asad han desempeñado un papel vital en la derrota militar de Estado Islámico en Irak y Siria”, dijo en un discurso a las tropas. Lo mismo hicieron el vicepresidente estadounidense Mike Pence y su esposa, Karen, antes del último Día de Acción de Gracias, el 23 de noviembre de 2019.
Actualmente se estima que Ain Al Asad alberga a unos 1.500 soldados estadounidenses y de coalición. El parlamento iraquí votó en unas votaciones no vinculantes expulsar a las tropas de Estados Unidos presentes en la base. A lo que Trump respondió: “Tenemos una base aérea extraordinariamente cara”, dijo. “La construcción costó miles de millones de dólares. Mucho antes de mi tiempo. No nos iremos a menos que nos paguen por ello”, aseguró.