Loading...

Apuñalado en Hong Kong el más odiado diputado pro Pekín

La violencia ahonda la división social en la excolonia tras meses de protestas

Junius Ho, en una demostración de sistemas antidisturbios en agosto

Kin Cheung / AP

El sábado pasado, un hombre que recriminó a los manifestantes de Hong Kong acabó inconsciente y casi desnudo tras ser apaleado por la turba. El domingo, una discusión sobre política en un restaurante se saldó con tres acuchillados, un concejal con un trozo de oreja arrancado de un mordisco y el agresor linchado por los testigos. Ayer, el legislador pro Pekín más vilipendiado por los manifestantes antigubernamentales, Junius Ho, fue apuñalado por un hombre que se le acercó en un acto de campaña simulando ser un partidario.

Ho, de 57 años, dijo que los defensores de la independencia de Hong Kong deberían ser “asesinados sin piedad” y una vez fue visto estrechando la mano al grupo de atacantes que había apaleado a manifestantes en una estación de metro. Aunque dijo que sólo saludaba a sus electores, les excusó al insinuar que sólo protegían sus hogares. Tras ser apuñalado ayer en el pecho, Ho se recupera en el hospital, desde donde dijo que no se dejará amedrentar.

“Mis supuestos amigos compartieron mis datos personales en foros de manifestantes”, dice un opositor a las protestas

Aunque más graves de lo habitual, no son hechos aislados en la otrora pacífica excolonia británica. Tras cinco meses de protestas, a los rutinarios choques entre policía y manifestantes del fin de semana se han sumado las cada vez más habituales trifulcas. Una muestra de que el tejido social de esta ciudad multicultural se deshilacha.

Las redes sociales de los antigubernamentales arden con cada ataque de tríadas pro Pekín o similiares a uno de los suyos, incluyendo a varios activistas insignes. Como Jimmy Sham, líder del grupo que ha organizado las marchas más multitudinarias, al que varios hombres golpearon en la calle con saña, martillazos en la cabeza incluidos.

Situación similar se vive en el otro bando. El caso más notorio fue el de un periodista de un medio estatal al que ataron y golpearon en el bloqueo al aeropuerto de agosto. Desde entonces, espoleados por su desconfianza hacia la policía y la presencia de infiltrados, muchos manifestantes se han arrogado el derecho a impartir justicia a palos. Si bien el ataque a Ho es el más grave contra un político, otros denuncian haber sido acosados o que sus oficinas han sido asaltadas.

“Las protestas han fracturado nuestra sociedad profundamente”, se quejó a este diario Jackie Ko, un músico, profesor de saxofón de 40 años reconvertido en una de las cabezas visibles del sector ciudadano contrario a las protestas. “Mi hijo y yo ya no nos hablamos; mis supuestos amigos compartieron mi información personal en foros de los manifestantes; incluso he recibido amenazas de muerte. Antes esta era una ciudad segura en la que cada uno se podía expresar libremente”.

La cuestión que muchos se plantean ahora es cuál es el apoyo real a los manifestantes tras 22 semanas de conflicto. El enquistamiento de la violencia, las pérdidas económicas, la disminución de los asistentes a las marchas y las molestias en la vida diaria sugieren que las simpatías están a la baja. Sin embargo, encuestas recientes como la de la Universidad China de Hong Kong apuntan a que los jóvenes todavía cuentan con el apoyo de una parte importante de la sociedad, que culpa a la policía del incremento de la violencia.

El día 24 se celebran elecciones de distrito. Será una buena oportunidad para medir este apoyo social, aunque hay quien teme que episodios como la agresión a Ho den argumentos para posponer los comicios hasta que soplen vientos más favorables a sus intereses.