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El húngaro Orbán se deja cortejar por el bloque ultra ante las elecciones europeas

Afinidades en la alambrada

El ultranacionalista magiar prefiere que su partido, Fidesz, siga en el PPE, y que este pacte con la extrema derecha

El húngaro Viktor Orbán (centro) y el italiano Matteo Salvini (a su izquierda), ayer junto a la valla fronteriza con Serbia cerca de Röszke

Balazs Szecsodi / EFE

Como puesta en escena de afinidad antiinmigración, la imagen del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y del ministro de Interior italiano, Matteo Salvini, juntos ayer ante la alambrada fronteriza entre Hungría y Serbia, levantada en el 2015 para contener la llegada de refugiados, resultó muy contundente. Otra cuestión es que esa comunión ideológica entre ambos ultranacionalistas se materialice en una alianza política parlamentaria de fuerzas de la ultraderecha populista continental después de las elecciones europeas del 23-26 de mayo, como quiere Salvini, que por eso viajó ayer a Hungría.

En puridad, el primer ministro magiar prefiere que su formación, Fidesz, siga en el seno del Partido Popular Europeo (PPE), del que está suspendido desde el 20 de marzo por su deriva antieuropeísta. y por una campaña de carteles contra el presidente de la Comisión Europea, el conservador luxemburgués Jean-Claude Juncker, y contra el magnate estadounidense de origen húngaro George Soros, habitual chivo expiatorio de Orbán. El PPE –del que forman parte partidos como la democristiana alemana CDU y el PP español– eludió expulsar al Fidesz, que le ha reportado en el actual Europarlamento doce escaños, y que, según las encuestas, podría obtener trece en el próximo hemiciclo.

Salvini querría más

Orbán ha hecho aspavientos amenazando con trabar alianzas fuera, pero en la práctica está cultivando amistades en la ultraderecha sin llegar a comprometerse. Ayer en Budapest, en rueda de prensa conjunta con Salvini, Viktor Orbán criticó que el Partido Popular Europeo sea “poco receptivo” a los argumentos sobre migración de partidos derechistas europeos y que parezca preferir a la socialdemocracia, informa Reuters. “Si el PPE se vincula con la izquierda, entonces será difícil encontrar nuestro lugar en esa cooperación”, señaló. Pero se guardó mucho de afirmar que llegado el caso rompería con el PPE.

De hecho, en una entrevista con el diario italiano La Stampa, previa al viaje de Salvini a su país, Viktor Orbán habló siempre desde la perspectiva de pertenencia al PPE, y de su temor a que pacte con la socialdemocracia europea tras los comicios. Según los sondeos, los populares seguirán siendo la fuerza más votada, pero la nueva Eurocámara estará más fragmentada, y el poder del PPE en las instituciones comunitarias dependerá en buena medida de los acuerdos postelectorales.

“No sabemos qué tipo de formación será capaz de crear Salvini, pero esperamos que sea fuerte –dijo Orbán al rotativo italiano–. El Partido Popular debe cooperar con las derechas europeas (...) Más adelante veremos qué forma toma esa cooperación”. Y dijo de Salvini también al diario que “es el héroe que ha frenado primero la inmigración en el mar; nosotros lo hemos hecho en tierra”.

En la rueda de prensa en Budapest, Matteo Salvini insistió en que le encantaría ver a Orbán en sus filas. Tras su visita, otro político ultra acudirá a cortejar al primer ministro húngaro; será el vicecanciller de Austria y líder del ultraderechista FPÖ, Heinz-Christian Strache, quien también mira a las elecciones europeas.