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Assange, de adalid de la libertad de información a huésped indeseable

Detenido en Londres

En los siete años de cautiverio en la embajada de Ecuador, la popularidad del fundador de Wikileaks ha caído, en parte, por la difusión de los correos electrónicos de Clinton

Julian Assange: Detenido en Londres, últimas noticias en directo

El exhacker y fundador de WikiLeaks, Julian Assange, enseña su pulsera de vigilancia durante el arresto domiciliario en Bungay, Inglaterra en junio de 2011

AP

Tras varios meses de tensiones con el Gobierno de Quito, el fundador de Wikileaks, Julian Assange, ha sido expulsado de la embajada de Ecuador en Londres y arrestado por la policía británica. En los siete años transcurridos desde el inicio de su asilo político en la legación ecuatoriana el hacker ha pasado de ser un heraldo de la información libre a un huésped indeseado.

En este edificio diplomático de un distrito chic de la capital británica, el australiano de pelo plateado encontró asilo el 19 de junio de 2012, disfrazado de mensajero y tras pasar casi dos años bajo arresto domiciliario en la campiña inglesa. Escapaba de una orden de arresto por cargos de violación y agresión sexual en Suecia que siempre ha rechazado argumentando ser víctima de una teoría de la conspiración.

La justicia sueca finalmente desestimó el caso, pero Assange se negó a dejar la embajada, por temor a ser arrestado por las autoridades británicas y extraditado y juzgado en Estados Unidos por la filtración en 2010 de más de 700.000 documentos en actividades militares y diplomáticas del Gobierno estadounidense. El mayor temor del hacker es tener que enfrentar la pena de muerte en EE.UU. por la difusión de estos cables diplomáticos confidenciales, que fueron filtrados por la soldado Chelsea Manning, condenada a una pena de prisión y puesta en libertad tras recibir el perdón de Barack Obama.

La revelación de esos mensajes, con la ayuda de varios periódicos, puso en aprietos a Gobiernos de todo el mundo, y se le atribuye haber inspirado las revueltas en los países árabes.

Ecuador, entonces presidido por Rafael Correa, encontró una oportunidad de oro para burlarse de Washington

Al otorgar protección al fundador de WikiLeaks, Ecuador, entonces presidido por Rafael Correa, una figura de la izquierda sudamericana, había encontrado una oportunidad de oro para burlarse de Washington.

Durante su cautiverio y mientras Ecuador no lo impidió, el antiguo hacker de 47 años, con la salud cada vez más deteriorada por la falta de sol y ejercicio, siguió comprometido con su causa y difundiendo, con la ayuda de un equipo de fieles, información confidencial de Estados, empresas y organismos. No empiezas a dirigir una empresa como WikiLeaks “si eres el tipo de persona que se rinde”, declaró tras los primeros años de encierro en la legación diplomática.

Lucha por la transparencia de los Estados

Enigmático y perseverante, Assange ha hecho bandera de la lucha por la transparencia de los Estados y la libertad informativa, lo que le ha valido tanto partidarios como detractores.

El informático tuvo una infancia nómada en Australia, donde nació en 1971. Tras estudiar matemáticas y física en la Universidad de Melbourne (aunque no se licenció), en 2006 cofundó WikiLeaks con la misión de exponer información gubernamental que, en su opinión, debería estar al alcance de los ciudadanos.

Assange cierra la ventana de de la embajada tras dar una conferencia de prensa en mayo de 2017

AFP

Saltó a la luz pública cuando en abril de 2010 WikiLeaks difundió un polémico vídeo en el que soldados de EE.UU. disparaban a civiles en Irak en 2007, y posteriormente esos 250.000 cables diplomáticos que abochornaron a líderes mundiales, pero lo convirtieron en un héroe para los defensores de la verdad y la transparencia.

Durante los últimos años no ha dudado en enfrentarse a los poderes fácticos para cumplir su objetivo de difundir sus secretos turbios

Durante los últimos años no ha dudado en enfrentarse a los poderes fácticos para cumplir su objetivo de difundir sus secretos turbios, al tiempo que ha denunciado una persecución de EE.UU. y sus aliados en Suecia para silenciarle.

Pero la situación se complicó para el asilado australiano cuando llegó al poder el presidente de Ecuador, Lenin Moreno, en 2017, que le convirtió en un “problema”. El jefe de estado ecuatoriano acusó a Assange de “violaciones repetidas” de las normas que rigen su alojamiento, como respuesta a lo que percibió como constantes interferencias de Assange en los asuntos internos de Ecuador y otros países, como es el caso de su apoyo al referéndum de independencia de Catalunya. Como consecuencia, Quito le implementó un protocolo que regía sus visitas y comunicaciones en la embajada, un nuevo régimen que su equipo legal denunció que iba “en contra de su dignidad humana básica como asilado”.

Caída de su popularidad

El cambio en la línea de Quito respecto a Assange coincidió con la caída de su popularidad. Su imagen quedó particularmente deteriorada con la difusión por su plataforma, en 2016, en un momento clave de la campaña presidencial de Estados Unidos, de miles de correos electrónicos pirateados del Partido Demócrata y del equipo de Hillary Clinton, que contribuyeron a desacreditar a la candidata demócrata, y probablemente facilitaron la entrada de Donald Trump a la Casa Blanca, lo que le valieron los elogios del magnate. “Me encanta WikiLeaks”, dijo durante una reunión. Según la CIA, WikiLeaks obtuvo estos documentos de agentes rusos, lo que la plataforma niega.

El gato de Julian Assange en la embajada de Ecuador en Londres

Peter Nicholls/Reuters

Paralelamente, el personal de la sede diplomática de Ecuador empezó a notificar problemas de convivencia con el informático porque no cumplía con las normas de higiene de la legación. Ello obligó a Quito a obligarle por protocolo a mantener limpia la embajada, especialmente el baño, y le amenazaba a confiscarle su emblemático gato si no lo cuidaba.

Los malos hábitos de aseo personal son conocidos por quienes le han tenido cerca, que dicen que ya cuando estaba en libertad que se dedicaba horas a su trabajo sin asearse, comer o dormir. Daniel Domscheit-Berg, un excolaborador de WikiLeaks y muy amigo de Assange hasta que se separaron, comentó en un libro que escribió sobre él (Inside WikiLeaksque “comía todo con las manos, y se limpiaba siempre los dedos en sus pantalones”. “Nunca he visto unos pantalones tan grasientos en toda mi vida. Mi sofá había sobrevivido los últimos treinta años. Era más viejo que yo y tuve miedo de que Julian necesitara sólo unas pocas semanas para destrozarlo”, explicaba sobre él en su libro .

Comía todo con las manos, y se limpiaba siempre los dedos en sus pantalones”

Daniel Domscheit-BergExcolaborador de WikiLeaks y muy amigo de Assange
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