Ecuador ordena a Assange que cuide de su gato o lo perderá
Protocolo de comportamiento
La embajada ecuatoriana en Londres también ordena al fundador de Wikileaks que evite publicar comentarios políticos en internet
El gato de Julian Assange en la embajada de Ecuador en Londres
Medios británicos y ecuatorianos se han hecho eco de las nuevas normas que Ecuador ha diseñado para el fundador de Wikileaks, Julian Assange, refugiado en su embajada en Londres desde el año 2012. El protocola ordena al activista desde que evite publicar comentarios políticos en internet que pudieran perjudicar sus intereses diplomáticos hasta que cuide y alimente a su gato si no quiere perderlo.
El documento, escrito en español y publicado por primera vez por el portal ecuatoriano Codigo Vidrio, ordena al exhacker australiano que mantenga limpia la embajada, especialmente el baño, y le amenaza en confiscarle su emblemático gato si no lo cuida.
El documento ordena al exhacker australiano que mantenga limpia la embajada
El portal WikiLeaks anunció este domingo en su cuenta de Twitter que Ecuador le ha devuelto internet al australiano Julian Assange. Ecuador le cortó las conexiones por internet a Assange a finales de marzo, a raíz de unos pronunciamientos en materia política que Quito consideró que le perjudicaban en sus relaciones exteriores, entre ellas sobre el proceso de independencia de Catalunya y el caso del exespía ruso Sergei Skripal.
“Es prácticamente un régimen carcelario”, denunció a The Guardian el abogado Carlos Poveda, integrante de la defensa de Assange en Ecuado. “Este nuevo régimen va en contra de su dignidad humana básica como asilado”, añadió. Poveda relató que, hasta el lunes, a Assange no se le había restaurado su internet y no había podido leer y entender el memorándum, ya que no había sido traducido del español.
El fundador de Wikileaks, Julian Assange, en la embajada de Londres en mayo de 2017
El protocolo pide a Assange y a sus invitados mantener el baño limpio. Asimismo, el texto declara que la misión diplomática no pagará por su comida, lavandería o cualquier otro gasto relacionado con su estancia desde el 1 de diciembre de 2018 en adelante. Assange también debe realizarse chequeos médicos trimestrales pagados de su bolsillo.
Además de perder a su animal de compañía, si Assange incumple alguna de las indicaciones perderá automáticamente el asilo, lo que implica su entrega a las autoridades del Reino Unido, que mantienen una orden de prisión en su contra por haber escapado de su arresto domiciliario y evitar una extradición a Suecia.
El activista era requerido desde 2010 por las autoridades suecas debido a las acusaciones, que él niega, de dos mujeres por supuesto abuso sexual, pero Suecia archivó la causa al no poder avanzar en la investigación. Aún así, sigue asilado por temor a ser arrestado por las autoridades británicas y deportado a EE.UU., donde teme ser juzgado por la publicación de documentos militares y diplomáticos de carácter confidencial.