Tres personas han resultado heridas en Manchester por el ataque con cuchillo de un hombre la noche de Fin de Año. El agresor ha sido detenido immediatamente después del ataque y acusado de tentativa de asesinato. La policía antiterrorista lo tienen en custodia y ha comunicado que está tratando el incidente como un acto terrorista.
Entre los afectados se encuentra una mujer herida en el rostro y el abdomen, y un hombre, con heridas también en el abdomen. Ambos rondan la cincuentena y han sido trasladados al hospital. El tercer herido es un policía británico, que ha recibido un cuchillazo en el hombro y ya ha sido dado de alta tras ser atendido en el hospital.
El ataque tuvo lugar en la estación ferroviaria de Victoria de esta ciudad del noroeste de Inglaterra poco antes de las nueve de la noche (hora local). Una zona especialmente concurrida por la gente que salía a la calle a celebrar la entrada en el nuevo año.
Los agentes de la policía británica lograron neutralizar al agresor con la ayuda de una pistola paralizante y un espray pimienta, según testigos, antes de que varios agentes se avalanzaran sobre él para inmovilizarlo y arrestarlo.
Según un productor de la televisión británica BBC, Sam Clack, que fue testigo del ataque, el agresor gritó “Alá” antes de avalanzarse sobre la gente armado con un cuchillo de grandes dimensiones. “Escuché ese grito absolutamente aterrador y miré en la plataforma”, dijo.
“Vino a verme y vi que tenía un cuchillo de cocina con una hoja de 30 centímetros de largo”. “Mientras continuéis bombardeando otros países, ese tipo de mierda seguirá ocurriendo”, explicó Clack que grito el agresor. “Fue aterrador, realmente aterrador”, agregó.
La policía confirmó poco después que no tenían información que hiciese pensar en nuevos episodios violentos, por lo que la celebración de Fin de Año continuó según lo previsto, aunque con la seguridad más reforzada.
La ciudad de Manchester revivió en la última noche del año los fantasmas del terrible atentado que sufrió en marzo de 2017 cuando un suicida acabó con la vida de 22 personas y 139 resultaron heridas durante el concierto de la cantante norteamericana Ariana Grande.