Joan Miró, el poeta de la forma y el color

Agenda

Un Miró universal y poético en la Fundación MAPFRE, entre las distintas exposiciones que apostamos por visitar estos días de verano

Joan Miró, un genio hermético y obstinado

'Nord-Sud' (detalle), Joan Miró, 1917. Colección Adrien Maeght, Saint-Paul

'Nord-Sud' (detalle), Joan Miró, 1917. Colección Adrien Maeght, Saint-Paul

© Photo Galerie Maeght, Paris © Successió Miró 2021

En un recorrido que comienza en Madrid, el Joan Miró más poético e imperdible encabeza las recomendaciones de Historia y Vida de agosto, que continúan con la propuesta de asomarse por diferentes geografías: volar en Barcelona con la exposición de aeronáutica durante la Guerra Civil en el Museu Nacional d'Art de Catalunya, descubrir la Amazonia con ojos yanomami –entre otros– en Sevilla, admirar los objetos de devoción religiosa en Valladolid y recorrer el Valle de los Caídos con la mirada de Toni Amengual en Palma.

Poème (III), Joan Miró, 1968

'Poème (III)', Joan Miró, 1968

Foto Jaume Blassi © Successió Miró 2021

“No hago ninguna distinción entre pintura y poesía”, afirmó en una ocasión Joan Miró. Su propia obra lo confirma. Desde que se instaló en París, en 1920, se centró en despojar su pintura de anécdotas narrativas, hasta lograr que forma y color hablaran por sí solas, despertando enigmáticas emociones. 

Un camino semejante al emprendido por los poetas con los que trabó amistad: Paul Éluard, Tristan Tzara, Lise Hirtz, Jacques Prévert, Joan Brossa… Con algunos de ellos colaboró como ilustrador, pero también Miró escribiría y publicaría, hacia el final de su vida, sus propios poemarios de artista.

Las lunas, asteriscos y otros trazos que pueblan la iconografía mironiana no dejan de ser signos que revolotean por sus cuadros, libres al fin de la obligación de tener un significado evidente.

Imagen de un Túpolev SB Katiuska, en el MNAC.

Imagen de un Túpolev SB Katiuska, en el MNAC.

MNAC

En 1937, en plena Guerra Civil, el gobierno de la Segunda República construyó a toda prisa el aeródromo de La Sénia, en el extremo sur de la provincia de Tarragona, para acoger tres escuadrones de bombarderos Túpolev SB y otros tantos de cazas Polikárpov I-16, pilotados por españoles y soviéticos. 

En abril de 1938, las instalaciones, ya en manos del bando sublevado, pasaron a acoger a los aviadores y aeronaves de la Legión Cóndor alemana. 

El MNAC acoge dos reproducciones a escala real de los aviones soviéticos, junto con información sobre algunos de sus pilotos destacados, como el extremeño Leocadio Mendiola, protagonista de un ataque casi suicida al aeródromo ocupado.

Yarushe Shina, del yanomami Sheroanawe Hakihiiwe, 2018

'Yarushe Shina', del yanomami Sheroanawe Hakihiiwe, 2018

© Colección del artista.

La deforestación de la selva amazónica, rica en madera y oro, tiene graves consecuencias. Afecta al clima, a la biodiversidad y a la vida de las comunidades locales: korubo, kokama, yanomami… La pandemia de la Covid-19 no ha hecho sino empeorar una situación ya precaria.

La exposición visibiliza esta tragedia ecológica y humana a partir de la obra de artistas latinoamericanos (François Bucher, Jonier Marín, Susana Mejía, Nela Ochoa, Sergio Vega) y de europeos que han vivido y trabajado en el Amazonas (Claudia Andújar, Lothar Baumgarten, Barbara Brändli, Margaret Mee, Thea Segall). Destacan los acrílicos del artista yanomami Sheroanawe Hakihiiwe.

Relicario de la costilla de san Blas en el convento de San Pedro Mártir, Mayorga de Campos (Valladolid).

Relicario de la costilla de san Blas en el convento de San Pedro Mártir, Mayorga de Campos (Valladolid).

Foto: Javier Muñoz y Paz Pastor

El comercio de reliquias fue un negocio boyante en la Edad Media. Las piezas más codiciadas estaban relacionadas con Jesús, la Virgen María o los apóstoles, pero también había mercado para santos, mártires y obispos locales. 

La presencia de una reliquia daba prestigio a monasterios e iglesias. Sus propiedades milagrosas podían llegar a atraer a miles de peregrinos, que vaciaban sus bolsas en posadas y comercios de los alrededores. 

Para albergar la mano de san Andrés, la costilla de san Blas y otros restos humanos sagrados, se elaboraron exquisitos relicarios, obras maestras de la escultura y la orfebrería.

De la serie 'Flowers for Franco', Toni Amengual, 2011-2015.

De la serie 'Flowers for Franco', Toni Amengual, 2011-2015.

© Toni Amengual, 2021

Entre 2011 y 2015, cuatro años antes de la exhumación de Franco, Toni Amengual visitó varias veces el Valle de los Caídos para, en sus propias palabras, fotografiar las “tensiones entre quien conoce la historia y quien no. Entre quienes han podido contar su historia y los que no. Entre vivos y muertos. Entre vencidos y vencedores. Entre visible y perceptible”. 

El resultado, publicado en un libro en 2019, adopta ahora formato de exposición. Monjes, turistas y nostálgicos del franquismo deambulan por unas instantáneas en blanco y negro que evocan el silencio de la parte del mausoleo vedada al fotógrafo: la fosa, no visitable, con los restos de más de treinta y tres mil soldados republicanos.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...