Cuatro armas que cambiaron su tiempo
Guerras
Instrumentos de muerte, también alcanzaron la categoría de símbolos: la estadounidense Winchester, la alemana Luger, la versión española del Mauser o el Kalahsnikov ruso
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La guerra medieval, solo para profesionales
Desde su nacimiento, la función de las armas, ligeras o pesadas, ha sido simple: matar. Ya fuera para atacar a un enemigo al que se pretendía reducir, o exterminar, o también para defenderse de los agresores. Durante siglos se han diseñado y usado miles de ellas, pero unas pocas han terminado por tener una dimensión simbólica en términos históricos.
Es el caso del rifle Winchester, que asociamos al mito del cowboy pero que fue un arma que ayudó al genocidio indio, la pistola Luger alemana, icono del nazismo; del fusil Mauser español, que jugaría un papel clave en la guerra de Cuba o en la Guerra Civil Española, y del fusil de asalto Kalashnikov o AK-47 , considerado el arma de los pueblos oprimidos pero también del imperialismo soviético.
La Luger, el Winchester y el Mauser son hoy piezas de coleccionista, el Kalashnikov se sigue fabricando
Tres de ellas, la Luger, el Winchester y el Mauser, son de las más buscadas y codiciadas por los coleccionistas, con alto valor en el mercado si son originales. Son piezas que hace décadas que no se fabrican (en el caso del estadounidense se han hecho versiones que no tienen nada que ver con los originales). No es el caso del AK-47, el arma más vendida en la historia, y que con sus nuevas versiones sigue formando parte de ejércitos, y grupos guerrilleros, de todo el mundo: se han fabricado más de 100 millones de Kalashnikov.
Winchester, símbolo del Far West y del genocidio indio
La cinematografía estadounidense ha logrado que se asocie en Occidente a este rifle de palanca y de repetición con la iconografía de los tiempos salvajes del “Oeste americano”. Esta es la versión más benigna de una historia que se alimentó a través de películas como Winchester 73, dirigida por Anthony Mann y protagonizada por James Stewart. Pero lo cierto es que su aparición, en 1866, ayudó también a que la represión y a que el exterminio de los pueblos nativos indios fuera más efectivo por parte del ejército estadounidense y de los colonos.
Fue diseñado y fabricado a iniciativa de Oliver Winchester, presidente de Winchester Repeating Arms Company; y su principal atractivo era que permitía realizar varios disparos, hasta quince, sin necesidad de parar a recargar el arma. El sistema de palanca permitía desalojar el casquillo usado y reemplazarlo por un cartucho nuevo depositado en un tubo ubicado debajo del cañón. Era, además, un arma ligera, lo que permitía ser usada mientras se montaba a caballo, como así se ha visto en otras muchas escenas de Hollywood.
Su éxito fue inmediato, y en pocos años se llegaron a fabricar casi un millón de unidades. Hubo varias versiones sobre el sistema original, hasta finales del siglo XIX; pero fue siendo sustituído por otros modelos más versátiles. Su principal problema era la precisión por la corta longitud de su cañón y la composición de las galas, lo que la invalidaba para disparos a muy largo alcance. Pero se compensaba con su facilidad de uso y comodidad.
Luger, el honor y el horror de la Wermacht
Seguramente es el arma ligera más asociada al nazismo, aunque su fabricación y venta fue muy anterior al ascenso de Adolf Hitler. Es también una de las más buscadas en los mercados de coleccionistas, y lo más sorprendente es que algunos modelos, con más de un siglo, siguen funcionando a la perfección. Fue, en cierto sentido, un arma innovadora, tanto por su tecnología como por su diseño, y de una estética muy particular.
Su nombre real era Parabellum o Parabellum-Pistole, su diseño fue patentado por Georg Luger en 1898, y comenzó a producirse en la fábrica alemana de armas Deutsche Waffen und Munitionsfabriken (DWM) a partir del año 1900. Fue diseñada para emplear una corredera interna articulada, al contrario de las correderas externas de casi cualquier otra pistola semiautomática. El sistema permitía un control cómodo del retroceso del arma cuando se disparaba, lo que le añadía fiabilidad en el tiro.
Aunque sus primeros modelos fueron fabricados en calibre 7,65 mm, su modelo de 1908, conocido como P08, ganó fama por ser la pistola para la cual se desarrolló el cartucho 9 x 19 Parabellum. Fue utilizada por los ejércitos alemanes en la I y II Guerra Mundial, y dejó de fabricarse en 1942. Otros ejércitos como el suizo o el boliviano también las incorporaron, pero fue en Alemania donde formó parte de las cartucheras de los oficiales.
Mauser español, de Cuba a la Guerra Civil
Fue el arma empleada por las fuerzas en conflicto durante la Guerra Civil española, principalmente por las franquistas, pero también fue la que ayudó a los españoles a enfrentarse con las tropas estadounidenses en la Guerra de Cuba. De hecho, en los libros de historia del Ejército Español se recuerda como en el asalto de las tropas americanas a Santiago de Cuba, en 1898, unos 750 soldados españoles armados con fusiles Mauser Modelo 1893 sembraron el terror entre el enemigo, causando 1.400 muertos.
Era un arma tremendamente precisa para largas distancias, de fácil uso, muy resistente y que con la bayoneta calada permitía cierta ventaja en el cuerpo a cuerpo. Usaba un peine de cinco balas y una más en la recámara. Comenzaron a producirse a finales de 1880 en Alemania, en la fábrica Königliche Waffen Schmieden. Sus modelos fueron exportados a todo el mundo y fueron tomados como base para la producción de multitud de fusiles de repetición manual con sistema de cerrojo.
El Máuser Español Modelo 1893 o Máuser Modelo 1893 (7x57mm) era un fusil de cerrojo con un cargador de 5 balas “sin humo” (no producían humo o éste era muy escaso, por lo que era muy difícil detectar de donde venían los disparos). El cargador queda dentro del rifle. La vida útil de tan eficaz arma superó a la Guerra Civil. Inicialmente, el ejército español importaba los mauser de Alemania, pero tiempo más tarde ya eran fabricados en la propia Península, con un coste unitario de 70 pesetas.
AK-47, el incombustible Kalashnikov
Si hubiera que elegir al arma ligera más popular del siglo XX, seguramente pocos dudarían de que del AK-47 o Kalashnikov se merece este premio. Diseñada por Mijaíl Kaláshnikov, combatiente soviético durante la II Guerra Mundial, ha sido el subfusil con más presencia en los conflictos bélicos más importantes en el mundo posteriores a 1945, como en las guerras de Vietnam o Agfanistan. Y se sigue produciendo y vendiendo, con versiones mejoradas.
Más corto y manejable que los fusiles de la Segunda Guerra Mundial como el M-1 Garand de EE.UU. o el Mauser alemán, el Kalashnikov se mostró además sólido y resistente disparando en condiciones de frío polar, bajo la lluvia o después de ser arrastrado por el barro. Mucho mejor que los subfusiles americanos de esas mismas décadas; más pesados y con muchas más dificultades de uso en situaciones climáticas extremas.
La idea partió de un concurso del Ejército Soviético en 1947 para dotarse de una nueva arma ligera. Lo ganó ganó Mijaíl Kalashnikov, a los 27 años. A los ingenieros les sorprendió la sencillez del AK-47, la facilidad para encajar las piezas y la resistencia de los materiales. El subfusil, del calibre 7,62, fue adoptado como arma principal de la infantería, aunque no fue hasta 1954 cuando entró en servicio a gran escala.
Kalashnikov declaró sentirse orgulloso de su invento, pero triste porque lo usaban grupos terroristas
Todos los ejércitos de los países de la órbita de la URSS y las guerrillas comunistas y marxistas incorporaron esa arma. Con el tiempo, la lista de países que fabrican el Kalashnikov y sus derivados ha ido creciendo y extendiéndose por el globo: China, la antigua Yugoslavia, Cuba, Iraq, e incluso Venezuela. Ocurre como con la Luger, las primeras versiones siguen funcionando perfectamente.
Su popularidad inicial se debió a la Guerra de Vietnam: los soldados americanos se sorprendían de la efectividad del AK-47, usada por el Vietcong y el Ejército de Vietnam del Norte, frente a los problemas de sus M-16. Y desde la década de 1980 ha sido adoptada por la mayoría de grupos terroristas como ISIS o Al Qaeda. También es una de las armas preferidas por los cárteles de las drogas.
Poco antes de morir en el 2013, el inventor de esta popular arma declaró que “Me siento orgulloso de mi invento, pero me entristece que lo utilicen terroristas. Habría preferido inventar una máquina que la gente pudiera utilizar y sirviera para ayudar a los granjeros en su trabajo -por ejemplo, un cortacésped”.