Desde luego, si un intelectual del siglo XVIII fue una superestrella en su época, ese fue Voltaire (1694-1778), objeto de una admiración –por no decir veneración– a escala internacional. Aunque también es cierto que los odios que despertó, sobre todo por sus críticas a la Iglesia católica, fueron proporcionales a su inmensa fama.
Voltaire no fue solo un escritor prolífico, también un hombre comprometido con causas como la tolerancia religiosa. En su obra es posible encontrar multitud de pensamientos penetrantes acerca de las grandes cuestiones de todos los tiempos, como la felicidad, la verdad o la libertad.
Pese al tiempo transcurrido, muchas de estas observaciones suenan todavía actuales y nos guían en un mundo tan complejo como el nuestro. En Nosotros y Voltaire (Pasos Perdidos, 2017), Ricardo Moreno Castillo propuso una antología de sus mejores citas. Aquí reunimos algunas de las más representativas:
“Sed veraces pero discretos, sinceros pero sabios, y sin prodigarla, amad la verdad. Ocultadla sin duplicidad, y atreveos a decirla con valentía”.
“El placer de quejarse y de exagerar es tan grande que al menor arañazo gritamos que la tierra chorrea sangre”.
“Todos buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como unos borrachos que buscan su casa sabiendo confusamente que tienen una”.
“Pienso que la virtud, el estudio y la alegría son hermanas que no deben ser separadas”.
“No puedo vivir sin libros. Una casa de campo sin ellos sería para mí una prisión”.
“Las censuras violentas acreditan las opiniones que atacan”.
“¿Qué es la tolerancia? Es el distintivo de lo humano. Somos un amasijo de debilidades y errores. Perdonémonos mutuamente nuestras tonterías: es la primera ley de la naturaleza”.
“La duda no es un estado muy agradable, pero la certidumbre es un estado ridículo”.
“Para la vejez no hay nada bueno, salvo una ocupación que siempre se tenga al alcance y que nos entretenga hasta el punto de que nos impida atormentarnos a nosotros mismos”.
“Hablando en serio, todo lo que incita a sobrevalorarnos nos pone siempre por debajo de lo que somos”.
“¿No es vergonzoso que los fanáticos tengan tanto celo y los sabios tan poco? Es preciso ser prudente, pero no tímido”.
“Me aproximo dulcemente al momento en el que los filósofos y los imbéciles tienen el mismo destino”.
“Persisto firmemente en la opinión de que Dios nos creó y nos puso en este mundo para divertirnos”.
“Nuestra miserable especie está hecha de tal modo que quienes caminan por un camino frecuentado tiran piedras contra los que muestran un camino nuevo”.
“La envidia, cuando es muy frenética, produce más crímenes que el interés y la ambición”.
“No me gusta citar. Normalmente es una tarea espinosa: se prescinde de lo que precede y de lo que sigue a la cita, y se expone uno a mil querellas”.