Las ideas tienen consecuencias. Construyen regímenes políticos, valores y estructuras sociales. También influyen en las relaciones internacionales, donde por cada acción real hay decenas de faroles, planes o amenazas. Alguien podría decir que las ideas son humo, pero en todo caso un humo denso que condiciona a los grupos humanos.

Integrantes de la Dixie Protestant Women's Political League, un grupo creado a imagen del Ku Klux Klan a inicios del siglo pasado
En los orígenes del racismo. Tras cada caso sistemático y prolongado en el tiempo de racismo, en realidad, hay un proyecto político basado en la competencia por los recursos. Es la tesis del último libro del historiador Francisco Bethencourt, Racismos (Arpa), donde repasa la evolución de este fenómeno desde los tiempos de la Inquisición y la persecución de los conversos hasta el esclavismo, pasando por el nacionalsocialismo.

Franco en un discurso en Bilbao en 1939
Memoria histórica franquista. Si el franquismo duró cuatro décadas no fue solo por la fuerza bruta (que también), sino porque fue capaz de construir su propio relato sobre cómo había llegado al poder y sobre lo beneficioso que, a su juicio, había sido para los españoles. Un relato, que, por otra parte, fue adaptando de forma gradual a las circunstancias. Fue su versión de la memoria histórica.

Vladímir Putin en una imagen de diciembre pasado
Expansionismo ruso. Al margen de la ideología de quien gobierne en el Kremlin, su política exterior es muy similar. La estrategia expansionista de Putin es muy parecida a la de Stalin, tiene los mismos objetivos y obedece a iguales motivos. Incluso los argumentos públicos son idénticos: la seguridad nacional y la grandeza histórica. En el fondo, el zarismo nunca ha terminado de desaparecer.

Conferencia de Québec (1864) /
Canadá, amenazada. A mediados del siglo XIX, tras la Guerra de Secesión, las tres colonias canadienses se federaron bajo la corona del Reino Unido para constituir una nueva entidad autónoma y hacer frente a la amenaza de una invasión estadounidense que, tal vez por eso, nunca llegó a producirse. Lo que son las cosas, hoy EE.UU. ha vuelto a poner en cuestión la integridad territorial de Canadá.
Más allá

Una de las imágenes inéditas
Guerra Civil inédita. Un proyecto de la Universidad de Los Ángeles y de The Packard Humanities Institute ha permitido digitalizar noticiarios elaborados por las empresas del magnate William Randolph Hearst para ser proyectados en cines. De entre todo el fondo, cerca de 300 filmaciones, muchas de ellas inéditas, tratan la Guerra Civil española, tanto por lo que se refiere a la vida en la retaguardia como a la actividad bélica. Pueden verse aquí.
La presión de Rusia. El historiador Christo Atanasov Kostov, experto en relaciones internacionales, sostiene en este artículo que el pasado demuestra que EE.UU. no debe contemporizar con Rusia sobre Ucrania sino que ha de mantener una línea dura. En su opinión, es esto lo que funcionó en el siglo XX: en la Guerra Fría o, más recientemente, con la expansión de la OTAN. En cambio, cuando la reacción occidental es débil, Rusia aumenta su presión. Leído en The Conversation.
Déjà vu
Trump y la Revolución Cultural. En las últimas semanas el déjà vu de esta newsletter está incidiendo en los paralelismos entre acontecimientos del pasado y el huracán político, diplomático y económico que están causando estos primeros meses del segundo mandato de Donald Trump. Muchos periodistas, historiadores y toda especie de analistas creen que en esta presidencia hay muchos ecos del pasado, normalmente no muy tranquilizadores.
La última de estas comparaciones la recogía hace unos días The Economist y resulta sorprendente. En China, a pesar de los cambios ocurridos en las últimas décadas, está todavía muy vivo el recuerdo de la llamada Revolución cultural (1966-1976), el proceso a través del cual el régimen pretendía erradicar de la sociedad la influencia capitalista y burguesa, y que, en realidad, representó purgas, exilio, ejecuciones y trabajos forzados para millones de personas.

Óleo de homenaje a Mao pintado durante la Revolución Cultural
Pues bien, en ese país se está comparando el Estados Unidos actual con aquellos tiempos. Según explica The Economist, los analistas chinos creen que de la misma manera que Trump nombró a un hombre ajeno al sistema político, Elon Musk, como ariete del recorte del gasto federal, en la Revolución cultural el liderazgo en muchos aspectos correspondió a la esposa de Mao Zedong, Jiang Qing, sobre el papel también ajena al aparato oficial. De la misma manera, el grupo de jóvenes reunido en torno al magnate tecnológico para ejecutar los recortes, se compara con los jóvenes grupos de guardias rojos, encargados de velar por las esencias de aquella revolución.
Se señala incluso que la proclama –a través de X- de Trump en la que defendía que “quien salva a su país no viola ninguna ley” es parecida a la de Mao cuando dio el pistoletazo inicial de ese proceso en 1966: “Rebelarse está justificado”. Hasta el destacado neomaoísta Zhang Hongliang, destacaba hace unos días que “las flores ideológicas de la Revolución cultural en la China del siglo XX están dando ricos frutos revolucionarios”.