En tiempos propicios para el autoritarismo y en los que las democracias parecen estar cada vez más en entredicho, conviene recordar algunas de las cosas que hacen las dictaduras.

Despacho de pan en Madrid en época de racionamiento
Movimientos forzosos. En la posguerra la pobreza se apoderó de amplias capas de la población, en especial en las zonas más desfavorecidas. Aunque muchos abandonaron sus lugares de origen en busca de una vida mejor, decenas de miles no lo lograron, pues fueron internados y reenviados a su punto de procedencia. Solo en el área metropolitana de Barcelona el franquismo expulsó a 70.000 personas en los veinte primeros años de la dictadura.

Erich Honecker, presidente del Consejo de Estado de la RDA, se dirige a los funcionarios de la Stasi
Espionaje y delación. La Stasi, el aparato de espionaje y represión de la RDA, ha adquirido fama como uno de los servicios secretos más eficaces pero también como uno de los más opresivos respecto a su propia población. Se cree que en el momento de la reunificación, en 1990, la organización contaba con 91.000 efectivos y entre medio y dos millones de colaboradores informales en un país de 16 millones de habitantes.
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Vista de la entrada a Auschwitz
Persecución y exterminio. Las dictaduras no se detienen ante nada para eliminar a sus rivales políticos o incluso étnicos. Llevado al extremo es lo que sucedió con el nazismo y la lógica de los campos de exterminio; hace solo unos días se conmemoraron los 80 años de la liberación de Auschwitz por parte de las tropas soviéticas. Stalin, por cierto, tenía sus propios (y terribles) centros de reclusión.

El festival de la canción Intervisión
Poder duro y blando. Pero el autoritarismo no solo se sirve de la represión y la violencia para alcanzar sus objetivos, sino que también utiliza el poder blando. En tiempos de la Unión Soviética, por ejemplo, el bloque comunista tenía su propio festival de la canción, Intervisión, que nació como respuesta al de Eurovisión. Ahora, Rusia se ha propuesto recuperarlo para superar el veto occidental y para difundir sus valores.
Más allá

Dos carreras en paralelo, separadas por casi un siglo
'Citius, altius, fortius'. Para los incondicionales del deporte. El canal de Youtube del Comité Olímpico Internacional presenta esta selección de filmaciones de varios deportes (y en algunos casos, sus récords) tal como se practicaban hace 50, 60 o hasta cien años, y las diferencias respecto a la actualidad. La competición, como la vida en general, ha cambiado enormemente en este periodo. O tal vez no tanto.
Objetivo, invadir China. Este mapa, publicado en redes sociales por el especialista en relaciones internacionales Xavi Ruiz, refleja lo que debía ser la Empresa de China, el plan de la monarquía hispánica en tiempos de Felipe II para conquistar ni más ni menos que el gigante asiático. El proyecto, diseñado a finales del siglo XVI no se llevó a cabo por la enormidad de un reto que quedaba más allá del alcance incluso del mayor imperio del momento.
Déjà vu
Tras los pasos de McKinley. Entre los presidentes que Estados Unidos ha tenido a lo largo de la historia William McKinley (en el cargo entre 1897 y 1901) no es de los más conocidos. Sin embargo, el historiador Jason Steinhauer llamaba la atención hace unos días en su newsletter acerca de los paralelismos entre este mandatario y las decisiones adoptadas por Donald Trump en sus primeras semanas en el cargo. Unos paralelismos que, en su opinión, van más allá de la coincidencia.
McKinley (1843-1901) llegó al cargo tras ganar las elecciones de 1896 en las que se enfrentaba al desprestigiado demócrata Grover Cleveland. Durante su mandato adoptó aranceles; emitió una orden ejecutiva que se tradujo en el despido de funcionarios; adoptó una política de expansión territorial que le llevó, entre otras cosas, a la guerra con España por Cuba; y se sirvió a fondo de los medios de comunicación para conquistar y afianzar el poder. Los paralelismos con Trump son, pues, más que evidentes. Ambos, incluso, fueron objeto de intentos de asesinato, aunque en el caso de McKinley, con éxito.

Una ilustración muestra el momento en el que William McKinley es asesinado
Según Steinhauer, estos parecidos no son casuales, sino que McKinley es una verdadera inspiración para la nueva administración estadounidense que, con su política, pretende impulsar la economía de su país de una manera similar a lo ocurrido en los últimos años del siglo XIX. Si Trump sigue la doctrina del antiguo presidente el mundo puede esperar la expansión de la hegemonía de EE.UU. en el hemisferio occidental; una reducción drástica de su gasto público y de la regulación; el establecimiento de sus intereses económicos como prioridad absoluta; y, para ello, una constante demostración de fuerza.
Un dato: dentro del torrente de órdenes ejecutivas firmadas por Trump en los primeros días de mandato figura el cambio del nombre del monte Denali, en Alaska, por el de monte McKinley, que es el que había ostentado entre 1917 y el 2015. Toda una declaración de intenciones.