Haile Selassie, el etíope que alertó a Europa de la amenaza del fascismo
Grandes discursos del siglo XX
El emperador abisinio denunció ante la Sociedad de Naciones los bombardeos indiscriminados sobre la población civil de su país que Mussolini repetiría en Barcelona
EL CONTEXTO
“La práctica de guerra más canallesca y miserable que haya cabido en cabeza humana”. Así definía La Vanguardia del 18 de marzo de 1938 las oleadas indiscriminadas –13 en total– que durante dos días seguidos realizó la Aviación Legionaria Italiana en Barcelona sobre la población civil, en zonas y horarios elegidos aparentemente al azar, haciendo que las sirenas de antiaéreas no dejasen de sonar durante más de 40 horas consecutivas.
La operación no era nueva para los aviadores que habían acudido al llamamiento de las fuerzas sublevadas. No eran sino versiones mejoradas y ampliadas de las que esas mismas escuadras habían llevado a cabo apenas dos años antes en las ciudades del norte de Etiopía durante su ofensiva por controlar el país, como denunció el emperador etíope en el exilio, Haile Selassie , en una histórica intervención ante la Sociedad de Naciones.
La acción sobre Barcelona fue ordenada personalmente por Benito Mussolini para minar la moral de la retaguardia republicana y ejecutada con fría precisión por escuadrillas de aviones Savoia-Marchetti, los mismos que de manera convencional e igualmente discriminada, venían bombardeando la ciudad desde enero de ese mismo año y que también habían sembrado de destrucción Tarragona, València, Reus y otras ciudades bajo el control de la República.
En esos dos días se contabilizaron 924 víctimas mortales, según el registro del depósito de cadáveres del Hospital Clínic, que no tuvo en cuenta las numerosas denuncias de personas desaparecidas y las que aparecieron a lo largo de los siguientes días y semanas bajo los escombros de los edificios que acabaron en ruinas. En mayo, el bombardeo de la Aviación Legionaria sobre el mercado central de Alicante acabó con la vida de más de 300 civiles. En Granollers superaron los 200.
La gran diferencia entre los bombardeos y los que esos mismos aviadores habían llevado a cabo en África es que, en esa perversa estrategia de masacrar a la población civil, en Etiopía los italianos no dudaron en emplear armas químicas que dispersaban sobre zonas habitadas, cultivos, pastos y reservas de agua mediante pulverizadores instalados en los aviones. También las tenían aprovisionadas en su base mallorquina.
Sin embargo, la posesión de estas mismas armas, sumadas a la capacidad aérea del Ejército de la República y el fuerte impacto que habían causado en la comunidad internacional esos bombardeos de Barcelona y el de Gernika, con la participación de la Legión Cóndor alemana , llevó a los mandos sublevados a impedir cualquier ataque químico.
La de Haile Selassie fue la primera intervención de un jefe de Estado ante el organismo internacional constituido tras la Primera Guerra Mundial . Fue en vano. Tras conquistar el Imperio Etíope vulnerando sin complejos en cuanto a las prácticas militares y empleo de armamento el Protocolo de Ginebra, Italia siguió su escalada militar y parte de la comunidad internacional reconoció la soberanía italiana en el Cuerno de África.
Cuatro días después de que la infantería italiana tomase la capital, Adís Abeba (5 de mayo de 1936), Italia proclamó en el Palazzo Venezia de Roma el Imperio Italiano, sueño de Mussolini. La Sociedad de Naciones, sin embargo, reconocía a Haile Selassie como jefe de Estado de uno de sus países fundadores y, como tal, autorizó su alocución ante la asamblea. En respuesta, Italia coronó a Víctor Manuel III como Emperador de Etiopía y retiró su legación diplomática de la Sociedad.
Presentado como Majestad Imperial, Haile Selassie fue abucheado en la tribuna por la prensa italiana, pero pudo pronunciar un discurso (que ofrecemos ligeramente extractado) donde detalló los indiscriminados ataques de exterminación sistemática de la Aviación Legionaria, alertando de un modus operandi que no tardaría en repetirse. Pese a que hablaba francés e inglés, el emperador en el exilio presentó su discurso escrito y realizó su alocución en amhárico, el idioma ancestral de su país.
Su testimonio y enérgica condena del fascismo y su lucha contra el colonialismo hicieron de él un símbolo
Su testimonio y enérgica condena del fascismo lo llevaron a ser designado por la revista norteamericana Time como Hombre del Año y a ser considerado un estandarte en la lucha contra el colonialismo. Instalado en Reino Unido, Haile Selassie obtuvo el apoyo británico y posteriormente aliado para liberar Etiopía. El 5 de mayo de 1941 entró victorioso en Adís Abeba con el estandarte del León de Judá tras el triunfo de la Mancomunidad de Naciones, Francia, Bélgica y fuerzas etíopes fieles en la Campaña de África Oriental. Tras eso Etiopía fue también miembro fundador de Naciones Unidas.
Su liderazgo panafricano y la firme defensa de una espiritualidad de raíz cristiana hicieron de él un símbolo para el movimiento rastafari, que lo considera Profeta de la Liberación y adoptó su nombre y título anterior a su coronación imperial, Ras Tafari Makonnen, para denominar el movimiento.
Así informó La Vanguardia sobre la intervención de Haile Selassie ante la Asamblea de la Sociedad de Naciones (1) (y 2)
EL DISCURSO
“Yo Haile Selassie I, emperador de Etiopía, estoy aquí para reclamar la justicia que se le debe a mi pueblo, y la asistencia prometida hace ocho meses, cuando cincuenta naciones declararon que la agresión cometida era una violación de los tratados internacionales.
”No hay antecedentes de que ningún jefe de Estado haya hablado ante esta Asamblea, pero tampoco hay precedentes de pueblos que hayan sido víctimas de tal injusticia y al mismo tiempo amenazados de abandono ante sus agresores. Jamás, hasta ahora, se había dado el caso de un gobierno que procediera al exterminio de un pueblo utilizando medios bárbaros, violando las más solemnes promesas hechas a todos los pueblos de la tierra de no usar contra seres humanos inocentes los terribles y dañinos gases tóxicos.
”Ha sido para defender al pueblo que está luchando por su secular independencia que el jefe del Imperio Etíope ha venido a Ginebra a cumplir su deber supremo, después de haber luchado, él mismo, al frente de sus ejércitos.
”Yo le ruego al Dios Todopoderoso que libere a las naciones de los sufrimientos terribles que se le han infligido a mi pueblo, de los que los jefes que hoy me acompañan han sido horrorizados testigos.
Jamás, hasta ahora, se había dado el caso de un gobierno que procediera al exterminio de un pueblo utilizando medios bárbaros”
”Es mi deber informar a los gobiernos reunidos en la Asamblea de Ginebra, en tanto que responsables de la vida de millones de hombres, mujeres y niños, del mortal peligro que los amenaza, describiéndoles el destino que ha sufrido Etiopía. El Gobierno italiano no ha hecho la guerra sólo contra los combatientes: ha atacado sobre todo poblaciones muy alejadas del frente, a fin de exterminarlas y aterrorizarlas.
”Además, hacia finales de 1935, los aviones italianos lanzaron sobre mis ejércitos bombas lacrimógenas. Sus efectos, sin embargo, fueron limitados porque los soldados aprendieron a desplegarse esperando que el viento dispersase rápidamente los gases venenosos. La aviación italiana recurrió entonces al gas mostaza. Se lanzaron barriles de líquido sobre grupos armados. Pero incluso este medio tampoco fue efectivo; el líquido sólo afectó a unos pocos soldados y los barriles, abandonados en el suelo etíope, advertían del peligro a las tropas y a la población.
”Esto sucedía cuando las fuerzas italianas operaban para cercar a Mekele. Temiendo una derrota, recurrieron a procedimientos que yo ahora tengo el deber de denunciar al mundo. En los aviones fueron instalados pulverizadores para esparcir una fina y mortal lluvia sobre vastos territorios. Bandadas de nueve, quince, dieciocho aparatos se sucedían de manera que la niebla que manaban formase una capa continua.
Es mi deber informar a los gobiernos reunidos en la Asamblea de Ginebra del mortal peligro que los amenaza, describiéndoles el destino que ha sufrido Etiopía”
”Así fue como, desde finales de enero de 1936, soldados, mujeres, niños, ganado, ríos, los lagos y los pastos fueron empapados con esta lluvia mortal, a fin de eliminar sistemáticamente a toda criatura viviente y para tener la seguridad de envenenar las aguas y los campos, el mando italiano hizo pasar sus aviones una y otra vez. Este fue su principal método de guerra.
”Pero el auténtico refinamiento en la barbarie consistió en llevar la devastación y el terror a territorios densamente poblados, a los puntos más alejados del frente. Su fin no era otro que el de desencadenar el terror y la muerte sobre la mayor parte del territorio abisinio. Esta terrible táctica tuvo éxito. Hombres y animales sucumbieron. La lluvia letal que emanaba de los aviones hacía morir a todos aquellos que alcanzaba, con grandes gritos de dolor. Aquellos que bebieron aguas envenenadas o comieron alimentos infectados sucumbieron con terribles sufrimientos. Las víctimas de los gases italianos cayeron a miles.
”He decidido venir a Ginebra para denunciar ante el mundo civilizado las torturas infligidas al pueblo etíope. Nadie más que yo y mis valientes compañeros de armas podía brindar una prueba innegable a la Liga de las Naciones. Las llamadas dirigidas a la Liga por mis delegados han permanecido sin respuesta. Mis delegados no han sido testimonios oculares. Este es el motivo por el que me he decidido a venir a dar testimonio directo del crimen perpetrado contra mi pueblo y a poner en guardia a Europa del destino que le espera si no reacciona ante estos hechos.
El auténtico refinamiento en la barbarie consistió en llevar la devastación y el terror a territorios densamente poblados , a los puntos más alejados del frente”
”¿Es necesario que le recuerde a la Asamblea las diversas etapas del drama abisinio? En los últimos 20 años he dirigido los destinos de mi pueblo, como Heredero Evidente, Regente del Imperio, o como Emperador. He buscado brindar a mi pueblo los beneficios de la civilización, y en particular, establecer buenas relaciones con las potencias vecinas. En particular, conseguí cerrar con Italia el tratado de amistad de 1928, que prohibía bajo ningún pretexto recurrir a la fuerza de las armas, sustituyéndola por la conciliación y el arbitraje, procedimientos sobre los que las naciones civilizadas han basado su orden internacional.
”El 3 de octubre de 1935, las tropas italianas invadieron mi territorio. Pocas horas más tarde decreté la movilización general. En mi deseo de mantener la paz, siguiendo el ejemplo de una gran nación europea en la víspera de la gran guerra, hice que mis tropas se retiraran 30 kilómetros para evitar cualquier pretexto de provocación.
”La guerra tuvo lugar en las condiciones atroces que he expuesto ante esta Asamblea. En la desigual batalla entre un Gobierno que tiene más de 42 millones de habitantes, que dispone de medios financieros, industriales y técnicos que le permiten producir cantidades ilimitadas de armas mortales y un pequeño pueblo de 12 millones de almas, sin armas, sin recursos, que cuenta sólo con la justicia de la propia causa y de la promesa de la Liga de las Naciones.
”¿Realmente cada Estado miembro ha considerado al agresor como si hubiera cometido un acto de guerra contra él? ¿Qué se ha hecho de las promesas que se me hicieron en octubre de 1935? He notado con dolor, pero sin sorpresa, que tres grandes potencias han considerado el pacto de la Liga de las Naciones como algo que no tiene ningún valor.
Éste es un problema de seguridad colectiva , de la propia existencia de la Sociedad de las Naciones , de la confianza de los estados en los tratados internacionales”
”El Gobierno etíope nunca esperó que otros gobiernos derramaran la sangre de sus soldados para defender el pacto de la Liga de las Naciones cuando sus propios intereses no han estado amenazados. Los guerreros etíopes sólo pidieron medios para defenderse. En muchas ocasiones yo he pedido ayuda financiera para la compra de armas. Esa asistencia ha sido constantemente negada. ¿Cuál, entonces, en la práctica, es el significado del artículo 16 del pacto y de la seguridad colectiva?
”El uso por el Gobierno etíope del ferrocarril desde Yibuti a Addis Abeba fue considerado en la práctica un peligroso transporte de armas por parte de la fuerzas etíopes. En el momento presente este es el principal, sino el único, modo de entrada de refuerzos para las fuerzas italianas de ocupación. Las reglas de la neutralidad deberían haber prohibido el transporte destinado a las fuerzas italianas. Pero no ha habido neutralidad en la medida que el artículo 16 establece la obligación de todo Estado miembro de la Liga de las Naciones, no de permanecer neutral, sino de acudir en ayuda de la víctima de la agresión y no del agresor. ¿Ha sido el pacto respetado? ¿Éste ha sido respetado hoy?
”Yo había puesto todas mis esperanzas en el mantenimiento de este compromiso. Afirmo que la cuestión hoy a examen ante la Asamblea es mucho más amplia. No se trata sólo de emitir un juicio sobre el problema de la agresión italiana, es un problema de seguridad colectiva, de la propia existencia de la Sociedad de las Naciones, de la confianza de los estados en los tratados internacionales, de la promesa hecha a las pequeñas naciones de que su integridad e independencia serán respetadas.
¿Se trata de una elección entre el principio de igualdad entre los estados o de la imposición a las pequeñas potencias de vínculos de vasallaje ? Es la moralidad internacional la que está en juego”
”¿Se trata de una elección entre el principio de igualdad entre los estados o de la imposición a las pequeñas potencias de vínculos de vasallaje? En una palabra, es la moralidad internacional la que está en juego. ¿Acaso las adhesiones a los tratados internacionales sólo valen cuando las potencias firmantes tienen intereses personales directos e inmediatos?
”Ningún sofisma puede cambiar la naturaleza de este problema o modificar los términos de la discusión. En el momento en que mi pueblo está amenazado de extinción, cuando el apoyo de la Liga puede evitar el golpe final, ¿se me permitirá hablar con toda franqueza, sin reticencias y directamente como prevé el principio de igualdad entre los estados miembros de la Liga?
”Aparte del reino del Señor no hay en la tierra ninguna nación que sea superior a otra. Y si ocurre que un gobierno fuerte encuentra la manera de destruir con impunidad a un pueblo débil, entonces es el momento de que los pueblos débiles recurran a la Liga de las Naciones para que dictamine con toda libertad. Dios y la Historia recordarán su juicio.
”He oído afirmar que las insuficientes sanciones hasta ahora aplicadas no han alcanzado su objetivo. En ningún momento y circunstancias unas sanciones deliberadamente insuficientes e intencionadamente mal aplicadas hubieran podido parar al agresor. Cuando Etiopía pedía, como pide ahora, que le fuera concedida ayuda financiera, ¿se trataba quizá de una medida imposible de aplicar? ¿Acaso la ayuda financiera de la Liga de las Naciones no había sido concedida –en tiempos de paz– justamente a dos países que en este caso han rechazado aplicar las sanciones contra el agresor?
Enfrentados por el agresor frente a los hechos consumados , ¿van a sentar los estados de la Sociedad de Naciones el precedente de inclinarse ante la fuerza ?”
”Ante las numerosas violaciones por parte del Gobierno italiano de todos los tratados internacionales que prohíben el uso de las armas y de métodos de guerra bárbaros, hoy se ha tomado la decisión de levantar las sanciones. ¿Qué significa, en la práctica, esta decisión sino el abandono de Etiopía en manos de su agresor? En la misma víspera del día que yo estaba a punto de intentar un esfuerzo supremo en defensa de mi pueblo ante esta Asamblea.
”¿Esta iniciativa no priva acaso a Etiopía de una de sus últimas posibilidades de obtener la ayuda y la garantía de los estados miembros? ¿Es quizá ésta la pauta que la Liga de la Naciones y cada uno de los estados miembros deben esperar de las grandes potencias cuando estas afirman su derecho y su deber de liderar las acciones de la Liga? Enfrentados por el agresor frente a los hechos consumados, ¿van a sentar los estados el precedente de inclinarse ante la fuerza?
”Yo renuevo mi protesta en contra de las violaciones de los tratados de los que el pueblo etíope ha sido víctima. Yo declaro ante el mundo entero que el emperador, el Gobierno y el pueblo de Etiopía no se inclinarán ante la fuerza; que ellos mantendrán sus reclamaciones, que ellos utilizarán todos los medios a su alcance para asegurar el triunfo de la razón y el respeto al pacto fundamental de la Liga de las Naciones.
A aquellas grandes potencias que han prometido seguridad a las pequeñas naciones sobre las que pesa la amenaza de sufrir el destino de Etiopía , yo pregunto, ¿qué medidas piensan tomar?”
”Yo pregunto a las 52 naciones que han prometido al pueblo etíope ayudarlo en su resistencia al agresor, ¿qué están dispuestos a hacer por Etiopía? Y aquellas grandes potencias que han prometido la garantía de seguridad colectiva a las pequeñas naciones sobre las que pesa la amenaza de que algún día puedan sufrir el destino de Etiopía, yo pregunto, ¿qué medidas piensan tomar?
”Representantes del mundo, yo he venido a Ginebra a descargar en medio de vosotros el deber más doloroso de un jefe de Estado. ¿Qué respuesta debo llevarle de regreso a mi pueblo?”
ENTREGAS ANTERIORES
1. El día que Churchill prometió sangre, sudor y lágrimas
2. Cuando De Gaulle abrió la puerta a la autodeterminación de Argelia
3. Cómo Gandhi encontró en la no violencia la mejor estrategia contra el Imperio Británico
4. La guerra fría empezó con un cheque de 400 millones de dólares
5. Los primeros pacificadores de Oriente Medio
6. La fórmula de Trotski para construir el Ejército que implantó la Revolución y derrotó a Hitler
7. La revolución con la que Roosevelt sacó a EE.UU. de la depresión y lo preparó para la guerra
8. El concilio que trajo a la Iglesia al presente y la proyectó al futuro
9. La reivindicación de Martin Luther King sigue siendo un sueño
10. La industria que alimentó la guerra forjó la Europa de la paz
11. El presidente que ganó la guerra en Europa y perdió la paz en EE.UU.