Mujeres blandiendo un arma? ¿Madres armadas? Y... ¿serán capaces? En la Guerra Civil, sin ir más lejos, las milicianas dieron fe de ello. Corría septiembre de 1988 cuando Patricia Ortega atravesaba las puertas de la Academia Militar de Zaragoza y se convertía en la primera mujer en ser admitida por las fuerzas armadas. Eso sí, sin
someterse al servicio militar.
Fueron 27 en total. El 24 febrero del año siguiente, el Consejo de Ministros aprobaba la plena incorporación de la mujer a todas las armas, cuerpos y escalas de las fuerzas armadas. En la actualidad, son casi 16.000. No obstante, la vocación militar femenina se halla en crisis, el porcentaje de mujeres en los últimos quince años es de solo un 2,9%.