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Evelyn Waugh, el novelista más odiado de Inglaterra

HACE HOY 55 años

Evelyn, misógino, snob, maleducado y reaccionario hasta la médula, reflejó con su ingeniosa sátira social la frívola generación de entreguerras. Pero nunca hizo morir a sus criaturas en el váter familiar. Allí falleció tras oír misa el domingo de Resurrección de 1966. Contaba 63 años

Evelyn Waugh 

Terceros

Evelyn Waugh es reconocido como uno de los grandes novelistas del siglo XX.

Pero… ¿ cómo llegó a ser el escritor más odiado de Inglaterra? ¿Fue debido a su controvertida personalidad? ¿Era en realidad merecedor de tantas críticas?

Todo parece indicar que sí.

El ogro de las letras británicas se lo ganó a pulso: Waugh era misógino, cruel, esnob, maleducado, antisemita y reaccionario hasta la médula, aunque paradójicamente estaba obsesionado con el pecado y la penitencia que éste conlleva.

Su obra más memorable, Retorno a Brideshead, escrita con gran sinceridad en las postrimerías de la guerra, es un hito discordante en una trayectoria vital cuanto menos singular. 

Fotograma de 'Retorno a Brideshead' serie televisiva basada en la novela de Evelyn Waugh 

Terceros

A los siete años firma su primer texto, repleto de faltas de ortografía, La maldición de la carrera de caballos, dando testimonio de su temprano talento para las letras. Este debut adquiere una relevancia inusitada si consideramos que el pequeño Evelyn no había tenido una infancia precisamente feliz. 

Su padre, el editor y crítico literario Arthur Waugh, quería más a su hermano mayor

Marcado por la sensación de que su padre, el editor y crítico literario Arthur Waugh, quería más a su hermano mayor, el también novelista Alec Waugh, Evelyn crece a la sombra de un complejo de inferioridad que le traumatiza de por vida.

En 1928, a la edad de 25 años, publica su primera novela, Decline and fall.

SEXUALIDAD

Ese mismo año contrae matrimonio con Evelyn Gardner, una joven aristócrata que se refugia en el escritor huyendo de su autoritaria madre. 

Evelyn Waugh junto a su tocaya Evelyn Gardner, un matrimonio abocado al fracaso

Terceros

Pasados solo unos meses, su tocaya le abandona por otro hombre: una de sus biógrafas revela que antes de casarse por primera vez, el escritor no había tenido apenas experiencia con las mujeres (aunque sí con sus compañeros en el Hertford College de Oxford, donde la homosexualidad era común). 

La joven esposa no habría dudado en quejarse a una amiga de que Evelyn era un amante ‘más que inadecuado’.

Sería Laura Herbert su segunda y definitiva cónyuge, proveniente de una familia conversa, quien le daría la paz. Junto a ella engendraría tres hijos.

RELIGION

En 1930, Waugh se convierte al catolicismo y construye una pequeña capilla en su habitación con santos y vírgenes de escayola, lo que no le impide caer con frecuencia en las tentaciones que la vida interpone en su camino. 

Será poco después cuando conoce a Laura Herbert, una joven católica junto a la que decide fugarse. 

Evelyn Waugh, rodeado de su familia.

Terceros

Retirado a un bucólico exilio campestre, alejado de la urbe, se centra en condenar la corrupción del progreso, el liberalismo y el mundo moderno.

ADIÓS A LAS ARMAS

Con el estallido de la II Guerra Mundial, Evelyn decide alistarse. Su elevado intelecto y su capacidad de liderazgo impresionan a sus oficiales, quienes, por su amistad con Churchill, lector entusiasta de sus libros, le elevan al rango de capitán.

Con el estallido de la II Guerra Mundial, Evelyn se alista. Por su amistad con Churchill, lector entusiasta de sus libros, le elevan al rango de capitán

El autor participa en la operación de Dakar contra los franceses, en Libia, en Creta y finalmente en la misión de Yugoslavia, apoyando a los partisanos, aunque también se opone a apoyar a Tito, por la política contraria de éste hacia el catolicismo croata.

Pero Evelyn Waugh no acepta órdenes de nadie y su arrogancia acaba creándole tantos enemigos que se ve obligado a decir adiós a las armas.

OCASO

Evelyn era políticamente incorrecto y, a sabiendas de ello, no dudaba en mostrarse tal cual. Ni siquiera el amor profesado por su querida Laura lograría endulzar su agrio carácter. A principios de la década de los cincuenta, su salud empieza a deteriorarse progresivamente.

La cara es el espejo del alma, en su caso: su rostro congestionado, una sordera considerable, un reumatismo incipiente, el insomnio, la ciática y espantosos dolores de muelas son una combinación de males que le impulsan a ingerir grandes dosis de ginebra como paliativo.

Los cambios en la Iglesia católica tras el Concilio Vaticano II hacen mella en él y le convierten en el católico converso más retrógrado e intolerante del panorama literario del momento.

Octogenario, poseído por un desencanto vital que le acompaña hasta el fin de sus días y le enfrenta con la mayoría de sus amistades, Evelyn Waugh fallece el domingo de Resurrección de 1966. 

La parca sorprende a Waugh en el váter familiar. Triste final que ni siquiera el escritor más odiado de Inglaterra había elucubrado para ninguna de sus criaturas

La parca sorprende a Waugh en el váter familiar. Un ataque al corazón conduce al novelista a la última morada. Triste final que ni siquiera el escritor más odiado de Inglaterra había elucubrado para ninguna de sus criaturas.

Una misa oficiada en latín en la Abadía de Westminster congratula a buen seguro al hijo pródigo en el seno de la Iglesia que había tenido a bien acogerle.