Goebbels, el favorito de Hitler
HACE 75 AÑOS
Joseph Goebbels, ministro de Ilustración y Propaganda del Reich, se mantuvo con Hitler hasta el final: un día después de su suicidio hizo lo propio junto a su esposa, Magda, tras envenenar a sus seis hijos
Figura clave del régimen nazi, Joseph Goebbels, había nacido en Renania del Norte-Westfalia, Alemania, el 19 de octubre de 1897. Afiliado al partido tras obtener un doctorado en la Universidad de Heidelberg, en 1926 Adolf Hitler le nombró Gauletier (líder de la zona) de Berlín. Mediocre periodista con vocación de poeta, aunque incapaz de componer un solo verso, decidió dedicarse a la política. Su talento para la retórica pronto le convirtió en uno de los principales oradores del Tercer Reich.
De físico poco agraciado, (confesaba odiar su propio cuerpo), era bajito (medía 1’50) y cojo. Ello no le impidió medrar en el tercer Reich. De la mano de Hitler, al que le unía una gran amistad, logró pasar a ocuparse de la edición del periódico del partido, así como de la organización de las manifestaciones que convertirían a las masas al nazismo. Todo en pro de iniciar el mito del Führer alrededor de la figura de Hitler, la imagen de un semidiós en la tierra.
En 1930, éste le nombraría Ministro de Propaganda e Ilustración pública del Partido Nacionalsocialista. Su función consistía en controlar todos los medios de comunicación y promocionar y hacer públicos los avisos del gobierno. Para ello utilizaba técnicas basadas principalmente en ensalzar sentimientos de orgullo y promover el odio.
El 18 de febrero de 1943, Goebbels pronuncia en el Palacio de los Deportes de Berlín, (Sportpalast) un discurso épico , el más largo de su trayectoria, y uno de los más famosos de la historia del nacionalsocialismo.
En respuesta al anuncio de los aliados de que solo aceptarían la rendición incondicional de Alemania, Goebbels exhorta al pueblo alemán a continuar la guerra, una guerra total. Aquí se puede consultar el discurso.
Joseph Goebbels se mantuvo al lado de Hitler hasta el final. Un día después de su suicidio, el 1 de mayo de 1945, en Berlín, Goebbels y su esposa le emularon tras acabar con la vida de sus seis hijos, de cuatro a doce años, envenenándolos con cianuro. A todos les había puesto nombres empezados con ‘H’ en honor a Hitler, su dios.