Miles Davis, el ‘Príncipe de las Tinieblas’

Hace hoy 25 años

El trompetista afroamericano sigue siendo, un cuarto de siglo después de su muerte, la encarnación del jazz. La música era su obsesión y las mujeres su afición. Cofundador del jazz cool y padre del hard pop, esta es su historia

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Miles Davis tocando la trompeta en Hollywood (1975)

Miles Davis es el ‘blackbird’ del jazz, un negro de imagen gansteril conocido con el sobrenombre de ‘Príncipe de las Tinieblas’ que, enarbolando su trompeta, revolucionó el mundo del jazz

Todo empezó en 1938. El 25 de mayo, Miles cumple 12 años y su padre, un próspero cirujano dentista, le regala una trompeta. El pequeño se lleva el instrumento a los labios, sopla y descubre su vocación musical.

Apoyado por sus progenitores (su madre era una gran melómana y violinista de afición), Miles empieza a estudiar teoría musical. Tres años después, ya es uno más de los afiliados al sindicato local de músicos. Su profesor, Edgar Buchaman, le introduce en el mundo del jazz. A los 16 años ya toca en su primera banda, los Blue Devils. Poco después ingresa en la sección de trompetas de la orquesta de Billy Eckstine, donde conoce a Dizzy Gillespie y Charlie Parker. A petición de su padre, Parker se lleva a Miles a Nueva York en 1944 para ingresar en la prestigiosa escuela superior de música Juilliard. Por las noches el joven trompetista participa en las históricas sesiones de los clubs de la calle 52, donde alterna con los fundadores del nuevo jazz.

En 1945 realiza su primera grabación con ‘Bird’ Parker y en 1948 forma su propia banda.

Al año siguiente, Miles lidera las históricas sesiones de grabación de Birth of the cool, que aparecerá en el sello Capitol Records, base evolutiva del jazz. El trompetista realiza también legendarias grabaciones de los 50, para Prestige con Johhn Coltrane. A principios de esa década, Miles escapa de la cocaína.

Con tan solo 29 años, en 1955 alcanza el reconocimiento popular al empatar con Dizzy Gillespie en una encuesta de la revista Down beat. Inspirado, se rodea de músicos adictos al ‘bebop’ y crea el ‘hard bop’, una forma revolucionaria de jazz.

Trompeta en ristre, se  convierte en uno de los grandes estilistas del jazz. Durante las cuatro décadas de su reinado, Miles acerca el jazz puro a los grandes públicos sin hacer ninguna concesión, convirtiéndose en vida en un mito.

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Su voz susurrante y carrasposa desde que en 1956 le extirpan unos pólipos de las cuerdas vocales, contribuye a ello. Esta es la primera de sus afecciones, y es que Miles lucha durante toda su vida contra graves enfermedades como la diabetes y la neumonía, tiene fallos cardíacos, y problemas crónicos de caderas y se rompe ambas piernas en un accidente de circulación en 1972. Castigado por sus dolencias, exhibe las cicatrices de su cuerpo con el orgullo del superviviente.

Sus adicciones contribuyen a menoscabar su salud y llega a ejercer como proxeneta durante los 50 para financiar su consumo de heroína. Adicto a los ferraris y las pistolas, es un hombre educado que se expresa con el lenguaje del gueto. Su continua huida de sus orígenes burgueses hace de él un inadaptado que se define a sí mismo con extremada crudeza: ‘Rebelde y negro, inconformista, frío y con estilo, airado, sofisticado y ultra limpio, añade el rasgo que quieras: yo era todas esas cosas y más’.

Es un genio, sí, pero también es fanfarrón, vulnerable, brutal y cruel, su personalidad atormentada se centra especialmente en las mujeres, su confesada debilidad, pese a su condición de bisexual.

La primera de sus cinco esposas, la bailarina Frances Taylor, asegura haber temido por su vida en varias ocasiones durante su matrimonio, y a finales de los 70 otra de sus novias tuvo que ser hospitalizada tras recibir un puñetazo en la mandíbula.

Por aquellos años es un hombre que se pasa el día en pijama, abusando de la cocaína y el bourbon y que se pasea con un pistola cargada. A finales de esa década logra otra vez dejar la droga, etapa que retrata en Miles Ahead.

El príncipe declara: ‘Yo no hago rock ni jazz porque ambas son definiciones blancas; yo hago música negra y la hago según el día en que vivo, sin alienarme con reminiscencias pretéritas’.

Espíritu inquieto, investigador insaciable, el genio está en evolución permanente: bebop, cool jazz, jazz orquestal, jazz modal, jaz-funk-rock, hip-hop. Junto a él se forman centenares de músicos, hoy estrellas del jazz.

En 1985 se adentra en el pop, e interpreta Time After Time de Cindy Lauper. Al ser increpado por la crítica, siempre seguro de sí mismo reacciona:‘¿Qué tiene de malo hacer un álbum pop?’. ‘Siempre he tocado baladas que me gustan’.

En 1986 actúa en España durante la gira del Tutu con llenos absolutos.

Entre sus discos, destaca Sketches of Spain, en el que versiona el Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo, así como el mencionado Miles Ahead, Kind of Blue, We want Miles, Star people, Heard round the world y Decoy.

En el ocaso de sus días es un hombre enamorado, que junto a su quinta esposa, la actriz Cicely Tyson, parece haber hallado la armonía: ‘Mi mujer me da equilibrio, si no fuera por ella ahora estaría haciendo cosas ajenas a la música’.

Pero sus enfermedades y excesos le cobran factura. El 28 de septiembre de 1991 Miles fallece en Santa Mónica víctima de una neumonía, dificultades respiratorias y un ataque apoplético. El Woodlawn Cemetery de Nueva York es su última morada.

El ‘Príncipe de las Tinieblas’ al fin descansa en paz.

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