Podría ser un cuento de hadas. Un viejo palacio cuyas salas, tras un sortilegio, han sido tomadas no por el bosque ni las telarañas, pero sí por un tejido que envuelve esculturas y pianos y por gigantescas figuras orgánicas y coloristas que descienden desde la cúpula que preside su escalera principal. Un sortilegio que multiplica el tamaño de los objetos cotidianos, sean anillos, lazos o, por supuesto -es un cuento de hadas- zapatitos radiantes. Y eso sin olvidar una tetera que, como si fuera la del sombrerero loco de Alicia en el país de las maravillas, se ha multiplicado sobre la hierba del jardín hasta poder acoger toda la fiesta -en concreto, ocho personas- dentro.

'Happy family' (2023), de Joana Vasconcelos en la muestra del Palacio de Liria
Pero se trata de un cuento muy real. El antiguo palacio es el de la Casa de Alba, el deslumbrante Palacio de Liria, junto a la plaza de España de Madrid, repleto de más obras maestras que la mayoría de museos del mundo. Y los tejidos y esculturas coloristas del sortilegio son obra de una maga muy particular, la artista portuguesa Joana Vasconcelos, que ha inundado las salas con sus obras en la muestra Flamboyant, inaugurada hoy por Felipe VI y que estará abierta hasta el 31 de julio.

El rey Felipe VI saluda al duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart, a su llegada a la inauguración de la muestra 'Flamboyant'
Junto al Rey, cuya presencia ha sido significativa porque no se prodiga, sino todo lo contrario, en actos con la aristocracia, han estado el duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart, el Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida o el embajador de Portugal, João Mira-Gomes.
Y lo que han podido contemplar es cómo el palacio neoclásico de los Alba, en el que todavía habitan pero cuyas magnificentes plantas inferiores están abiertas al público mostrando tesoros de Tiziano, Rubens, Goya, El Greco o Mengs, se llenaba del arte pop, irónico y reivindicativo de Vasconcelos. Una artista que mezcla la artesanía tradicional, como los tejidos de ganchillo con los que envuelve muchas de sus esculturas, sean pianos, perros, lobos o estatuas griegas, con una divertida crítica a la condición de la mujer y a la sociedad de consumo, como muestra el gigantesco anillo Solitario (2018), instalado en la entrada del palacio, un anillo de varios metros de altura cuya circunferencia está hecha de llantas doradas de ruedas y su diamante de centenares de vasos de whisky perfectamente alineados.

'Pack of dogs (Matilha)' (2005), de Joana Vasconcelos
Vasconcelos (París, 1971) saltó a la fama global en la Bienal de Venecia del 2005 cuando creó una fabulosa lámpara palaciega cuyas cuentas de vidrio en realidad eran miles de tampones. Desde entonces su fama ha sido global, interviniendo con sus creaciones palacios como Versalles o la Galería de los Uffizi y el palacio Pitti de Florencia, volviendo a la Bienal de Venecia con el primer pabellón móvil, un pequeño barco cuyo interior forró con lanas, telas, sus clásicos tejidos de ganchillo y hasta azulejos portugueses. Y desde hace una década colabora con la firma de moda Dior, para la que ha creado alguna de las obras de la muestra y que es espónsor de la exposición.

'Flaming heart', de Joana Vasconcelos, en la capilla del Palacio de Liria
Sin duda una de las piezas piezas más impactantes es el rojísimo y brillante Flaming heart (2019-24) que invade ahora como un pulpo -es un corazón con largos tentáculos- la capilla del palacio, abierta por primera vez al público. Un corazón bajo el cual Vasconcelos se ha situado con los brazos abiertos hacia el cielo en una posición mística en medio de la capilla para que la fotografiara la legión de medios que ha acudido a la presentación.

El rey Felipe VI conversa con la artista Joana Vasconcelos y con el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska dentro de la obra 'La tetera', creada para la muestra
“Nos ha llevado un año preparar lo que van a ver porque es una adaptación de mi obra, un encuentro y un diálogo generado entre mi obra contemporánea con el espacio del Palacio de Liria, con sus colecciones de los maestros, sus objetos, sus cerámicas. Creo que hemos generado aquí momentos de verdad muy interesantes y mágicos”, ha asegurado Vasconcelos, que ha explicado que ha querido conectar sus creaciones con cada rincón de la casa, comenzando por la espectacular y verdosa biblioteca de la mansión, en la que ha instalado su gigantesca lámpara Carmen (2001): si su lámpara de hierro está pespunteada por centenares de pendientes de colores que compró en Valencia recordando los que podría haber llevado la protagonista de la ópera de Prosper Mérimée, en las vitrinas de la biblioteca se conserva... una carta del propio Mérimée a la condesa de Montijo detallándole la trama de la obra.

La lámpara 'Carmen' de Joana Vasconcelos, en la biblioteca del Palacio de Liria
Y su impresionante Black Independent Heart (2006), un típico corazón de Viana portugués pero de más de dos metros y creado superponiendo tenedores, cucharas y cuchillos de plástico negro, cuelga de una sala de pintura española en la que buena parte de los trajes de los retratados por pintores como Zurbarán son de ese color, oficial de la corte de la época. Un corazón que cuelga del techo de la sala, girando lentamente al son del fado de Amalia Rodrigues. Vasconcelos cuenta que el corazón está compuesto de cubiertos porque “ el fado se canta mucho a veces en los restaurantes y está el sonido de los tenedores en los platos. Está esta tradición donde se come y al mismo tiempo se escucha”.

'Peluca', de Joana Vasconcelos, frente al retrato de la duquesa de Alba por Goya
En otra de las salas, frente al retrato por Goya de una Duquesa de Alba con su pelo natural, largo y rizado, libre, frente a la convención de las pelucas, y frente a un escritorio estilo imperio, ha instalado su particular mueble Peluca (2012), que creó para la habitación de María Antonieta en Versalles y que es un imposible mueble de madera, casi como un huevo de Fabergé, del que salen grandes espinas de las que cuelgas todo tipo de pelucas.
Vasconcelos recuerda que el retrato de Goya era arte contemporáneo en el momento que pintó a la duquesa y que están repitiendo el mismo modelo ahora con Peluca, “un homenaje a las mujeres muy importantes de la casa de Alba y a todas las mujeres, porque es un momento donde el peinado de las pelucas se cambia para una mayor libertad de las mujeres, que pueden estar con su pelo natural. Es una pieza que habla exactamente de la libertad de las mujeres y aquí están representadas todas las mujeres que estaban aprisionadas en estos palacios en su identidad y su libertad”.

Un fragmento de 'Valkyrie Thyra' en la escalera principal del palacio
Igual de reivindicativa se muestra al hablar de los dos gigantescos y elegantes zapatos Marilyn (2011), radiantes y metálicos... pero creados, increíblemente, usando centenares de cazuelas y tapas de cazuelas, jugando con el doble papel que debe desempeñar la mujer. En una muestra en la que el palacio de ha llenado de perros, lobos y todo tipo de esculturas envueltos con elegante ganchillo coloreado, sin duda la obra más espectacular es Valkyrie Thyra (2023), el inflable de varios metros situado en el hueco de la majestuosa escalera que fue creado para un palacio alemán y que alude a una diosa germánica, Thyra. Un inflable colorista y casi chamánico tapizado con prendas de la colección de Dior de hace dos años. En una sala cercana, el gran lazo J'adore Miss Dior (2017), un enorme lazo que ocupa la sala y cuyos miles de bombillas, que se van tornando entre tonos rosas y rojos, son frascos del perfume de la marca de moda.