Está claro cómo debe ser un villancico: transmitir alegría navideña, ser pegadizo y, sobre todo, despertar ese espíritu festivo que nos hace tararearlo sin parar. Pero Kim Kardashian ha decidido saltarse estas reglas con una versión de Santa Baby que no ha sentado bien a todo el mundo.
En lugar de un homenaje clásico a Eartha Kitt, la empresaria ha creado un espectáculo visual que unifica lo surrealista con lo desconcertante, dejando a sus seguidores sin saber muy bien qué pensar sobre este nuevo proyecto audiovisual.
Poco convencional
Una estética casera que potencia la angustia
En el videoclip, producido por su cuñado Travis Barker, Kim aparece con una peluca rubia, un escote llamativo y una serie de escenas que podrían estar sacadas de un sueño febril. Desde un coro de monjas hasta fisicoculturistas, pasando por una aparición de Jesús, el vídeo es un cóctel visual que culmina de forma impactante: Santa Claus, interpretado nada menos que por Macaulay Culkin, resulta ser el hombre detrás de la cámara.
Además, toda la grabación tiene ese estilo de filmación casera que juega con tomas entrecortadas, momentos en los que la cámara parece fallar y una estética casi amateur que añade un toque inquietante. Todo ello, dirigido por Nadia Lee Cohen y Charlie Denis.
Las opiniones no se han hecho esperar. Algunos espectadores calificaron el vídeo de “blasfemia navideña” y otros incluso lo describieron como “demoníaco” por su estética, que podría recordar a una especie de ritual satánico. Sin embargo, no faltaron los elogios, destacando la creatividad y el riesgo que supone romper con lo tradicional. “Es genial cómo desafía las normas”, comentó un usuario en X, mientras que otros afirmaron estar “obsesionados” con la versión.
¿Creatividad?
Kim vuelve a la música de forma polémica
La canción, ya disponible en plataformas, marca un nuevo paso en la incursión musical de Kardashian, trece años después de su debut con Jam (Turn It Up). En esta ocasión, con el respaldo de la discográfica DTA Records, propiedad de Travis Barker, y su empresa Kimsaprincess Inc., Kim ha conseguido, una vez más, que todos hablen de ella.
Aunque pueda ser complicado decidir si esta versión es un homenaje, una sátira o simplemente un ejercicio de autoexpresión, lo cierto es que ha conseguido reinventar una canción clásica de Navidad. Y en una industria saturada de lanzamientos navideños, esa es toda una hazaña.